Traducido del griego para Rebelión por Juan Muñoz Flórez
Señor presidente, para empezar un comentario sobre la deuda, que se ha disparado hasta el 174% del PIB, de acuerdo con los últimos datos de Eurostat…
Es ya claro para cualquiera que quiera ver la verdad que con la supuesta política de hacer frente a la deuda ésta ha adquirido dimensiones monstruosas. Y eso al mismo tiempo que la economía ha quedado hecha pedazos, la sociedad se deshace y el país se hunde cada vez más profundamente en el descrédito y en la crisis.
Finalmente, el objetivo no era la disminución de la deuda, sino la imposición de una catastrófica política de devaluación interior y de reestructuraciones neoliberales. La deuda ha funcionado simplemente como excusa.
Si queremos, en consecuencia, afrontar el problema real de la deuda, en primer lugar deberemos acabar con la política actual que la agiganta. Y muy especialmente con un gobierno que apela a ella constantemente para imponer nuevas medidas calamitosas y catastróficas.
¿Por qué se niega usted a participar en una negociación nacional de la deuda? En el sentido de que en el futuro próximo es probable que su gobierno, un gobierno con SYRIZA como núcleo, sea impelido a gestionar un acuerdo alcanzado en su ausencia.
En primer lugar, este gobierno es el gobierno de los partidos derrotados en las elecciones europeas y por lo tanto políticamente deslegitimado para comprometer al país en un acuerdo a muchos años vista. En segundo, aquellos que sin oponer resistencia alguna han conducido a Grecia a la actual tragedia no tienen ni la voluntad, ni el prestigio, ni la disposición para negociar nada. De lo contrario, lo habrían hecho con los memoranda, las exigencias, los préstamos a medio plazo, el criminal PSI [1], que nos han llevado a la situación actual. Es decir, no buscan consenso para gestionar la deuda, que en un contexto de memorándum no es viable; buscan el consenso para los memoranda que ellos mismos han garantizado y firmado. Consenso para el régimen del memorándum. A eso nosotros no le ponemos la firma. El único camino democrático y nacional es que se marche el gobierno de coalición y que negocie la deuda un gobierno con un mandato popular nuevo, claro y fuerte. Que será un gobierno de SYRIZA.
Después del referéndum que usted solicitó sobre «la pequeña DEH [2]» y la iniciativa que tomó en el asunto de las costas, ha aumentado la presión sobre el gobierno y da la impresión de estar conformando un frente antigubernamental más amplio que supere los límites de la izquierda. ¿Cree que esta presión que se está ejerciendo basta para conducir al país a elecciones anticipadas, como pedía usted insistentemente tras las elecciones europeas?
Es de una enorme importancia que la propia sociedad comprenda que sin resistencia no va a conseguir nada, sino que aún perderá mucho más. Las limpiadoras están dando una batalla que es una lección para todos. En una Grecia que cuenta en este momento con casi dos millones de desempleados, cuatro millones atrapados en la pobreza y el conjunto de los trabajadores en un régimen de esclavitud, éste es el camino que nosotros proponemos y escogemos. El camino de la lucha.
Y es seguro que el gobierno se verá obligado a recurrir a las urnas cuando esté claro que ya no puede pasar su política, por más que disponga de una mayoría formal en el Parlamento. A través de un proceso de unidad y lucha, las elecciones serán el punto de inflexión para que el país tome un nuevo rumbo.
¿Considera que el primer ministro, a iniciativa propia, por sus propias razones y acorralado, recurrirá a elecciones anticipadas?
Desde abajo ya no quieren. Lo han demostrado las elecciones europeas. Ahora han entendido que desde arriba tampoco pueden. Y la única salida son las elecciones, por más que no les gusten al señor Samarás, al señor Venizelos, a la troika y a la señora Merkel.
Señor presidente, la noche de las elecciones europeas, después del resultado victorioso de SYRIZA, usted declaró que con el porcentaje conseguido tendría 131 diputados. Con 130-132 diputados, lo que es seguro es que no puede formar gobierno, así que la pregunta es evidente: ¿cómo va a formar gobierno?
En las elecciones generales el pueblo deberá responder a cuestiones clave: ¿qué política puede sacar al país de la actual ciénaga de miseria? ¿Qué gobierno puede negociar con fuerza y empeño el asunto de la deuda? ¿Qué partido puede en este momento garantizar estabilidad política y normalidad democrática? La respuesta a estas cuestiones, sobre la base de la amarga experiencia de la «success story» de los señores Samarás y Venizelos, es tan lógica que no cabe duda alguna: SYRIZA junto con sus aliados conseguirá una mayoría clara que le permitirá aplicar, con el apoyo de los movimientos democráticos y de la sociedad, el programa de salvación nacional.
Que lo tengan claro los valedores extranjeros y sus validos de aquí: al gobierno de coalición y a los memoranda les quedan días. Éste es el último verano con calima que vive el país. Las cosas van a cambiar y van a cambiar muy rápido.
Lo cual significa que el objetivo de SYRIZA para las próximas elecciones parece ser una única vía. Van ustedes a por la mayoría absoluta.
«Mayoría absoluta» es un término desacreditado en las últimas décadas por los partidos que han gobernado y que aún hoy gobiernan el país. Vamos a por una gran mayoría parlamentaria: beligerante, digna y popular. Pero no encerrados en nuestras certezas y con la arrogancia de la inminente victoria. Queremos conseguir una mayoría absoluta, sí, pero con nuestra mano tendida a la unidad y no levantada para la pelea. Por esta razón conformaremos listas electorales que nos lleven a la mayoría absoluta.
El potente y amplísimo frente de fuerzas sociales y políticas que se decidió en la última reunión del Comité Central de nuestro partido es imprescindible, pues nosotros no ambicionamos una simple alternancia en el poder, sino un gran y radical cambio democrático, institucional, económico y social. Y semejante obra requiere, por decirlo así, de muchas manos. Desde un punto de vista histórico, si quiere, nos inspira el ejemplo del EAM [3], y no las mayorías absolutas quebradas del PASOK, de ND y del consenso neoliberal, que han llevado a Grecia al desastre.
No obstante, SYRIZA en este paisaje político da la impresión de ser «hermano único». El KKE les rechaza con obstinación, ANTARSYA está fuera del Parlamento, DIMAR tiene problemas internos y parece que no va a entrar en el Parlamento. ¿Con quiénes van a colaborar?
Esto que usted llama «paisaje político» iba cambiando tras cada contienda electoral estos últimos años. El PASOK se ha ido a pique, ND tiende a acabar convertido en un pequeño partido de extrema derecha, aparecen nuevas formaciones… Así que no nos apresuremos. El día siguiente de las elecciones habrá surgido un nuevo paisaje político. Y entonces todos serán llamados a asumir sus responsabilidades. Las fuerzas de la izquierda, sobre todo. Pero también fuerzas del ámbito socialista que en este complejo proceso de confrontación social se desmarcan de las políticas de corrupción y aniquilamiento. Incluso también personalidades o fuerzas del ámbito conservador que son conscientes de que en este momento la izquierda supone la única solución democrática y nacional.
Todo dependerá de las correlaciones de fuerzas que surjan y de nuestra propia voluntad de aprovechar el poder político como vehículo de cambio y no de egoísmo de partido o personal. Por tanto, esté seguro de que el pueblo elegirá una solución estable y clara que garantice una marcha estable hacia el cambio. No soluciones que eternicen el problema y la inestabilidad.
¿Incluye también a los Griegos Independientes y a Panos Kamenos, pero también a personales de la derecha popular, en el frente democrático, antimemorándum?
Nosotros no incluimos a nadie en ningún frente. Cada uno tiene su política y determina su posición. El pueblo con su voto dejará clara su voluntad cuando llegue el momento acerca de todas las cuestiones que tienen relación tanto con la gobernación del país, como con las alianzas.
Hoy lo que puedo y quiero recalcar es: en primer lugar, que perseguimos la mayor y más fuerte mayoría en la sociedad y en el Parlamento. Y, segundo, perseguimos y perseguiremos, el día después de las elecciones, la mayor y más fuerte coalición de lucha y victoria.
En su carta dirigida a Fotis Kuvelis usted aclara que no le interesa el diálogo con el centroizquierda. ¿Considera entonces que en este ámbito no hay personas ni formaciones con las que poder colaborar?
No nos engañemos ni engañemos. El ámbito político que desafortunadamente emplea el término «centroizquierda» para sí mismo es uno de los autores materiales de la tragedia. Está imbuido de conceptos neoliberales consolidados, se ha incorporado a la estrategia de los memoranda y exactamente desde este ámbito -desde el PASOK- comenzó la catastrófica política actual. Nos ocupa, por tanto, sólo como rival, pues le imputamos -como también toda la sociedad griega- gravísimas responsabilidades por la manera en la que manejó la confianza del pueblo.
¿Con el PASOK, sin el señor Venizelos de líder, conversaría?
El PASOK que participa en la imposición del orden de los memorandos, que apoya a un gobierno de extrema derecha, que se somete a los deseos de los prestamistas, que sirve a la política de la pobreza, del paro y de la desesperación está y estará siempre frente a nosotros. Un partido así tendrá como líder al señor Venizelos o a cualquier otro.
Señor presidente, se está hablando de escenarios según los cuales el gobierno tiene el objetivo de agotar la legislatura. El primer ministro repitió anteayer su certeza de que ha encontrado los 180 diputados y de que de este Parlamento surgirá el próximo Presidente de la Democracia. ¿Qué responde usted?
Si dices que puedes, demuéstralo. Si está tan seguro de que los tiene, que no espere a febrero. Pero cuando te niegas a abrir el Parlamento a petición de 139 parlamentarios por el tema de la DEH, sin vacilar en violar la constitución, solamente porque temes perder tu mayoría, es un chiste apelar a que tienes asegurados 180 para la votación presidencial.
No obstante, se dice que el candidato de la formación de gobierno puede ser alguien con recorrido en la izquierda. ¿En tal caso SYRIZA no quedará en una posición difícil?
He dicho ya más veces que no creo que haya ninguna persona seria que se preste a hacer de Tsirimocos [4]. Además, en caso de que no se convoquen elecciones generales, algo que es muy probable, en la elección presidencial no se estará juzgando la persona del candidato. Se estará juzgando si el gobierno de coalición puede y debe continuar la política del desastre; si el Parlamento le permite agotar su último recurso, le permite privar a Grecia de su último aliento. Y cada diputado será llamado a decidir no sobre la base de una persona, sino sobre la base de los millones de personas que exigen liberarse de los memoranda, que exigen un cambio de política, justicia social y dignidad nacional.
¿Está satisfecho de la relación de SYRIZA con la sociedad? Porque, a pesar del hecho de que su partido es el más fuerte, no parece que esta dinámica electoral se corresponda con su influencia en la sociedad. Voy a plantearlo de manera diferente: cuando sus debates internos están en plena ebullición, SYRIZA da muestras hacia fuera de no haber comprendido que ya no es un partido del 4%.
Cualquiera puede decir y de hecho se dicen muchas cosas respecto al complejo problema que usted está abordando. Me limitaré a decir que sin una sociedad digna y combativa ninguna fuerza política puede «desde arriba» solucionar los grandes problemas y responder a los grandes desafíos. En consecuencia, cada movimiento nuestro, dentro y fuera de SYRIZA, debe tener exactamente el objetivo de la movilización de los trabajadores, de las capas sociales golpeadas por la política actual. Sin embargo, no estoy de acuerdo con que nuestros debates correspondan a un partido del 4%. Nuestros debates corresponden a la problemática de un partido que se encuentra a las puertas de lograr el poder. Si los otros partidos que han gobernado hasta el día de hoy Grecia solucionaban este problema con el vademécum de la autoridad personal, o con el toque de queda interno, lo hacían porque sencillamente venían a manejar el poder y a repartirse el botín. Nosotros nos tomamos muy en serio el mandato popular y nuestra responsabilidad histórica. Y esto exige que lo debatamos todo, por más que en ocasiones podamos exagerar. Mejor la exageración de la democracia que la promoción de la autoridad de uno solo.
Por último, ¿tal vez exagera usted con «la cultura del diálogo» en la izquierda?
Creo que ya le he respondido. Pero déjeme que añada que la imagen que a menudo dan nuestros rivales políticos, quienes explotan la cultura del diálogo de la izquierda y nuestras exageraciones, a fin de demostrar que SYRIZA no está preparado para gobernar, es una deformación más de la realidad. SYRIZA tiene no sólo el programa, sino también los dirigentes, la experiencia de lucha y la contribución de destacados científicos y tecnócratas progresistas, como para poder asumir mañana los destinos del país con responsabilidad, seriedad y eficacia.
Puedo desde ya decirle que quedará agradablemente sorprendido de la amplitud y la calidad del gobierno de SYRIZA. Pero es que además tenemos el arma que nos entregaron generaciones y generaciones de luchadores de la izquierda: las ideas, la moral y la voluntad de cambiar la sociedad en compañía de la propia sociedad. Y esto es lo que vamos a hacer, que todo el mundo esté seguro de ello.
[1] Private Sector Involvement
[2] Compañía pública de electricidad
[3] Frente de Liberación Nacional, creado a iniciativa del Partido Comunista Griego (KKE) durante la ocupación nazi de Grecia
[4] Político griego de los años 50 y 60 del siglo pasado, ejemplo de traidor a unos ideales de izquierda.