El presidente derechista uruguayo Luis Lacalle Pou infomó que en el marco de negociaciones con el gobierno de China, recibió de este país una carta en la que expresa su disposición a un acuerdo bilateral de libre comercio con Uruguay, lo que significará saltarse las disposiciones del Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual forma parte.
Lacalle sostiene que el Mercosur debe permitir que sus integrantes realicen por su cuenta acuerdos comerciales con otros países o bloques y sostiene que esto no contraviene ninguna norma vigente del bloque, pero es un hecho que el Tratado de Asunción establece, desde 1991, que su creación implica “la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados”.
Un cambio en este sentido tendría consecuencias de importancia para los dos socios mayores, Argentina y Brasil. Del proyecto de mercado común quedaría sólo el nombre. El gobierno uruguayo entiende que no requiere la conformidad de los socios, aunque comunicó la decisión a los cancilleres de la región.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales y jefe negociador de Argentina en el Mercosur, Jorge Neme, destacó que en el bloque no hay otra posibilidad de negociar con terceros por fuera de la regla de consenso, “una regla establecida en todo el cuerpo jurídico de los tratados que rige el Mercosur”
Si Uruguay o cualquier otro integrante del Mercosur se convirtiera en una puerta de entrada a él, podrían perder sentido rápidamente el arancel externo común y la eliminación de barreras al intercambio de bienes, servicios y factores productivos entre los miembros, que ha avanzado en forma considerable.
Uruguay presentó una propuesta para que se le reconozca el derecho a la negociación comercial independiente, pero el Mercosur sólo puede adoptar decisiones por consenso, y tanto Argentina como Paraguay ya se han pronunciado en contra de la iniciativa y tampoco es claro que Brasil la apoye, ya que su prioridad es que el Mercosur rebaje su arancel externo común.
Los analistas señalan que si da la impresión de que Brasil ha expresado cierta simpatía con la posición uruguaya es para presionar a Argentina, pero esto no significa que esté dispuesto a poner en peligro sus propios intereses. Y, además, todo puede cambiar con las elecciones brasileñas previstas para el año que viene, en las que hoy parece muy difícil que Bolsonaro sea reelecto. Por algo dijo Lacalle que Uruguay “tiene apuro”.
A esta altura no se puede hablar siquiera de “preacuerdo” con China, cuyo interés obvio es avanzar en su propia estrategia, que desde hace décadas la ubica en la disputa del predominio mundial, con avances muy significativos en América Latina que socavan la histórica hegemonía de Estados Unidos en la región y poquísima gracia le hacen a la Unión Europea.
El matutino montevideano Ladiaria recuerda La Cina è vicina (China está cerca), la película del italiano Marco Bellocchio. Pero China está muy lejos; cerca están Argentina y Brasil, y no tan lejos Estados Unidos. Una movida que contraríe en forma simultánea a esos tres países puede resultar sumamente riesgosa.
Según la presidencia uruguaya, recibió este martes un mensaje de China para avanzar en busca de un tratado de libre comercio (TLC) bilateral, para lo que ambas naciones iniciarán un estudio de prefactibilidad que se prevé culmine antes de fin de año.
Es el primer anuncio de negociaciones con terceros países desde que Uruguay comunicó a sus socios del Mercosur que tras no poder avanzar con la propuesta de flexibilización normativa del bloque, apostaba por iniciar conversaciones de forma individual en busca de acuerdos comerciales. El gobierno dice que cuenta con el apoyo de Brasil, y para eso el viernes anterior viajó la ministra uruyuaya de Econompia Azucena Arbeleche, para reunirse con su par Paulo Guedes, el neoliberal funcionario de la dictadura chilena..
Lacalle dejó en claro que el canciller Francisco Bustillo comunicó esta decisión de avanzar con China a los ministros de Relaciones Exteriores de los demás países, aunque no dio mayores detalles sobre las conversaciones. Los medios argentinos reportaron que había sorpresa en la Casa Rosada por el anuncio de Uruguay.
El expresidente Julio María Sanguinetti, que participó de la reunión de Lqcalle con los socios de la coalición multicolor derechista de gobierno, mencionó como ejemplo del plan del gobierno el TLC que se firmó con México en 2003, que dijo no recibió un apoyo “de modo expreso” de los socios regionales sino que se acordó “una fórmula técnica” para “la anuencia de Argentina, Brasil y Paraguay”.
El estudio de prefactibilidad es un trabajo habitual a realizarse entre los países que aspiran a firmar un acuerdo comercial, para identificar las potenciales ganancias y los eventuales sectores que se verían perjudicados. Estos tratados liberan de aranceles las importaciones y exportaciones entre quienes lo firman, aunque producto de la negociación pueden establecerse excepciones, o procesos graduales de reducción arancelaria.
Lacalle dijo que “Uruguay hoy pasa de las palabras a la acción, empieza a abrirse al mundo para generar prosperidad”. Dijo que llegó una carta del gobierno chino con “una respuesta formal” para negociar un acuerdo comercial. Acotó que el primer paso será “un estudio de factibilidad y, si hay acuerdo, avanzar en el TLC”. Como el tema “excede a un gobierno”, fue que convocó a los partidos políticos, señaló.
Asimismo leyó un fragmento de la carta que llegó por parte del gobierno chino en la que se aclara que se trata de una negociación bilateral, es decir, con Uruguay y no con el Mercosur. “Nosotros dijimos a los socios del Mercosur que de avanzar íbamos a avisar”, y ese paso lo dio (el canciller Francisco) Bustillo, sostuvo el presidente.
Lacalle indicó que Uruguay “tiene apuro” en que se concrete el TLC puesto que “cada día que pasa es un día perdido”. Igualmente, consideró que “el apuro no nos puede llevar a hacer mal las cosas”, y que debe estudiarse quiénes son los “ganadores y perdedores” de concretarse el tratado comercial.
En ese sentido, dijo que Bustillo —que se encuentra en un viaje oficial en Quito, Ecuador— informará al Parlamento, y que el gobierno mantendrá reuniones con sindicatos y gremiales empresariales para dar detalles sobre el estudio de prefactibilidad. “Vamos a hacer las cosas con total transparencia, convocando a todos los sectores y hacer lo mejor para nuestro país”, aseguró.
El principal socio comercial
China es el principal país comprador de productos uruguayos. En el período enero-agosto las ventas a China acumularon un aumento de 63%, al situarse en 1.568 millones de dólares. En este lapso, el principal producto de exportación fue la carne bovina, que creció un 205% y ocupó el 60% del total exportado.
Sin embargo, la oferta exportable, se encuentra concentrada en siete productos que son el 97% del total exportado. Aparte de carne, se vende a China productos lácteos (9%), subproductos cárnicos (9%), soja (7%), ganado en pie (5%), madera (5%) y carne ovina y caprina (4%).
En octubre de 2016 en el marco de una visita del entonces presidente Tabaré Vázquez (del centroizquierdista Frente Amplio) a China, se firmaron 16 acuerdos de cooperación y se anunció la preparación de estudios en busca de comenzar a negociar un TLC. Vázquez señaló entonces la difícil competencia que tiene Uruguay para ingresar a mercados internacionales, y dijo que el país compite por exportar a Asia con productos similares a los que venden Nueva Zelanda y Australia, que sí tienen un TLC con China.
Este asunto fue motivo de una convocatoria al Parlamento del entonces canciller Rodolfo Nin Novoa, promovida por el entonces líder de la oposición Lacalle Pou en 2017, quien le cuestionó porque el gobierno “puso la carreta delante de los bueyes” al iniciar negociaciones sin haber hecho previamente estudios, y mostró preocupación por eventuales sectores afectados. También Lacalle dijo en esa ocasión –cuando era opositor- que Uruguay avanzaba sin saber qué apoyo tendría de los socios del Mercosur.
Por su parte, la representante del Frente Amplio, María Josse Rodríguez, emitió un comunicado donde expresó que la fuerza política «considera positivo el interés de la República Popular China de avanzar en el relacionamiento comercial con Uruguay».
Dijo que el FA «analizará en profundidad la propuesta y establecerá su posición una vez que se comunique la información completa por parte del gobierno», dice la nota y añade que será «con la responsabilidad que le ha asignado la ciudadanía como primera fuerza política del país y teniendo en cuenta la experiencia acumulada durante los 15 años de gobierno».
Luvis Hochimín Pareja. Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)