El año que acaba fue en muchos aspectos un año de reactivación y crecimiento.
ras dos años de pandemia, mascarillas, necesidad de reducir los contactos con familia y amigos y aprendiendo a trabajar desde casa, parecía que se abría un periodo de crecimiento y vuelta a una “vida normal”.
El comienzo de la guerra en Ucrania supuso el freno a toda la positividad y posibilidades de una plena recuperación, pero aun así los datos de la economía española han superado las expectativas con “un fuerte crecimiento en 2022, que ha permitido elevar una décima la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto hasta el 4,4%” según el Portal de Comunicación de Vicepresidencia de Gobierno, que añade que “el crecimiento económico se moderará en 2023 hasta el 2,1%, incorporando también una previsión prudente con respecto a la evolución de los principales indicadores económicos”.
Los que hace décadas elegimos Reino Unido como destino y hogar miramos con envidia los datos de la economía española y de la UE sumidos en muchas dudas.
Mientras que España y la UE crecen, Reino Unido está hundido en una recesión que se espera lleve al PIB a decrecer en 2023, y los datos publicados por la OCDE muestran que Reino Unido está todavía por debajo de la situación a finales de 2019.
Los que hace décadas elegimos Reino Unido como destino y hogar miramos con envidia los datos de la economía española y de la UE sumidos en muchas dudas
Mientras que el resto del mundo ya recupero niveles prepandemia, Reino Unido está todavía por debajo de estos y no hay señales de recuperación hasta 2024 cuando se prevé un pírrico crecimiento del 0.7%.
Las exportaciones en 2023 se reducirán, y el paro del 3.7% subiría hasta el 5.1% en 2024.
La inflación está en su punto mas alto desde que se publican y según el Banco de Inglaterra estamos en un 9.7% de inflación (a 15 de diciembre) … muy lejos del objetivo del 2%.
Para ayudar a bajar la inflación un gobierno y un banco central como el británico optan por subir tipos de interés. Esta medida busca que la gente simplemente reduzca sus compras y se controlen precios. Los incrementos en las letras de la hipoteca sumados a unos precios en crecimiento en alimentación y en gas y electricidad van a ahogar a muchas familias en 2023, pero aun así seguirán subiendo desde el 3.5% actual hasta el 4.75% a finales de 2023 (siempre según las estimaciones de los mercados financieros).
Al gobierno le da un poco igual. La mayoría absoluta que disfrutan permite asegurar que las próximas elecciones generales serán en enero de 2025 y por muy mal que lo sigan haciendo, tienen un amplio margen que les otorga la posibilidad de seguir gobernando para las elites como llevan haciendo desde los tiempos de David Cameron.
En 2022 hemos tenido a tres primeros ministros diferentes y ninguno de los cambios en el residente en el numero 10 de Downing Street trajo ninguna mejora ni planes que puedan traer optimismo a Reino Unido.
En 2022 hemos tenido a tres primeros ministros diferentes y ninguno de los cambios en el residente en el número 10 de Downing Street trajo ninguna mejora
El fallecimiento de la Reina Isabel ha servido durante los últimos meses de distracción sobre lo que hacían o dejaban de hacer nuestros mandatarios.
Las subidas de salarios mínimos en España, las leyes que afectan de manera positiva a segmentos de la sociedad, las leyes de reparación como la Ley de Memoria Democrática o incluso la desagradable guerra con un poder judicial politizado muestran un nivel de debate y actividad política que en Reino Unido hace tiempo que no existe.
El debate político es mínimo en Reino Unido y muchos se exasperan ante la pasividad de un Keir Starmer al mando del partido laboralista que parece contento con no tener que hacerse cargo del país en la situación actual.
La poca actividad política de la que se habla en Reino Unido solo trae noticias negativas a la población y no hay un proyecto de construcción de país de futuro.
Solo se habla de recortes, de reducción de numero de funcionarios y el consiguiente impacto en los servicios públicos, o de enviar a inmigrantes a Ruanda. No se escucha ni una palabra sobre políticas para reducir los costes energéticos, y las escuelas y hospitales del país siguen sufriendo la falta de inversión y la desafección por parte de un gobierno que trabaja para las clases pudientes… no me atrevo a decir clases medias.
Las huelgas que sacuden el país llegan a más y más sectores mientras que no se da ninguna muestra de empatía por parte del gobierno y el calendario de huelgas en enero muestran un país con graves problemas.
La poca actividad política de la que se habla en Reino Unido solo trae noticias negativas a la población y no hay un proyecto de construcción de país de futuro
En 1998, cuando llegué a Reino Unido había gran distancia entre lo que me ofrecía mi país de acogida con lo que podía ofrecerme mi país de origen y por entonces había una gran diferencia en cuanto a posibilidades laborales, facilidades para empezar de cero y sin ayuda, progresión laboral, proyecto de país…
Casi un cuarto de siglo es mucho tiempo y las economías cambian, los ciclos económicos se turnan, y las expectativas varían, pero Reino Unido ha sido el principal artífice en el cambio de rumbo tomado y el futuro que van a disfrutar o sufrir, eligiendo dejar la lógica de lado y votando salir de la UE basándose en el miedo al otro, la xenofobia, el racismo, y las políticas “de ricos” supremacistas.
Santa Claus ha traído toneladas de carbón al gobierno y a la sociedad britanica y parece que en 2023 traerá muchas más toneladas ante el silencio de la ciudadanía, ni habrá huelgas generales, ni dirán que el Brexit es el culpable de la situación en la que estamos. Buscaran Capitanes Tom, Reinas Isabel, mundiales de futbol o rugby, o cualquier excusa para tener a la población tranquila y asumiendo cuanto se le eche encima por parte de gobernantes inoperantes.
Aquí no llegan los Reyes Magos de Oriente ante el riesgo de que Suella Braverman los pare en la frontera o en el Canal de la Mancha, los meta en un avión, y los deporte a Ruanda.