Si la movilización de este martes tenía el objetivo de mostrar el músculo del pueblo organizado y en resistencia, mandando una señal contundente a los poderes fácticos de Honduras y a sus serviles en el Congreso, de que un golpe de estado hoy no es ni siquiera concebible, podemos decir que ha sido un éxito […]
Si la movilización de este martes tenía el objetivo de mostrar el músculo del pueblo organizado y en resistencia, mandando una señal contundente a los poderes fácticos de Honduras y a sus serviles en el Congreso, de que un golpe de estado hoy no es ni siquiera concebible, podemos decir que ha sido un éxito abrumador.
Miles y miles (casi imposible calcular la cantidad) de personas provenientes de todos los rincones del país se concentraron frente a Casa Presidencial en Tegucigalpa, para respaldar a la presidenta Xiomara Castro y exigir la elección del nuevo fiscal general.
Se trata de un cargo extremadamente estratégico para enrumbar el país en el difícil camino de acabar, entre otros, con la corrupción, la impunidad, la criminalización y persecución de luchadores sociales y populares.
Arrancar a la derecha ultraconservadora hondureña la capacidad de manipular a los aplicadores de justicia para asegurar sus intereses, es fundamental para el gobierno de Xiomara Castro y su proyecto de iniciar una refundación del país.
Además, se trata de una respuesta contundente a las señales amenazantes enviadas en las últimas semanas por sectores de las fuerzas armadas y los grupos fácticos del país.
“Xiomara no está sola”, “golpe de estado nunca más”, “vine porque quise, a mí no me pagaron” coreaban los miles de personas que ya no cabían en la céntrica avenida Juan Pablo II.
Por eso, antes de que la mandataria se dirigiera al país desde una tarima puesta cerca de Casa Presidencial, una parte de los asistentes comenzó a movilizarse hacia el Congreso, donde sesionaban los diputados.
Una movilización impresionante, solamente comparable con aquellas gigantescas de los primeros meses después del golpe de 2009.
Para que se tenga una idea, después de dos horas de que los alrededores del Congreso, lugar donde terminaba la movilización, estaban llenos hasta no poder, el río de gente no paraba de bajar hacia el centro histórico de la capital.
Un apoyo indiscutible, poderoso, desbordante, que la mandataria de Honduras observó conmovida, enorgullecida y, sin lugar a duda, fortalecida.
“Resistimos en las calles asesinatos, golpe de estado, exilio, cárceles y fraudes electorales. Soy una mujer en resistencia, soy una presidenta en resistencia, soy un cuadro de la Resistencia de Honduras”, gritó la presidenta Castro desde la tarima.
“En ustedes reside el poder de la soberanía popular. Y aquí, frente a Casa Presidencial, queremos honrar la sangre inocente de nuestros mártires, de los caídos en esta lucha.
Ellos —continuó la mandataria— nos demandan la unidad popular frente a los eternos enemigos de la patria. Debemos mantenernos unidos, organizados y movilizados en resistencia, para que en Honduras no vuelvan más los golpes de Estado, ni los narcodictadores, ni los saqueos”.
Mientras tanto, en el Congreso, la derecha burda y grotesca se negaba nuevamente a elegir el más alto cargo del Ministerio Público.
Para este miércoles 30 de agosto, los diputados se reunirán nuevamente y la mandataria hondureña ya anunció que solicitará al pueblo en resistencia mantenerse firme y movilizado hasta ganar esta nueva batalla.
Fuente: https://www.rel-uita.org/honduras/xiomara-no-esta-sola/
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