MSF denuncia que esta medida plantea importantes problemas de derechos humanos, en particular el derecho a la libertad, el acceso a la protección y a procedimientos de asilo adecuados
Tras el anuncio de que Italia ha empezado a trasladar a las personas rescatadas en el mar a los dos centros que había construido en Albania, Médicos Sin Fronteras (MSF) expresa su profunda inquietud por el posible impacto de este hecho en el bienestar de las personas rescatadas en el mar y en el ejercicio de sus derechos.
Es probable que la última estrategia de Italia para eludir y externalizar sus responsabilidades respecto a las personas que buscan seguridad y protección se traduzca en más abusos y violaciones de los derechos humanos. Esta medida impedirá a los supervivientes acceder a los procedimientos de asilo y a las evaluaciones de vulnerabilidad adecuadas, lo que contraviene las obligaciones de Italia en virtud del derecho internacional y europeo.
El desembarco en Albania de personas rescatadas que se considera que no son vulnerables plantea importantes problemas de derechos humanos, en particular el derecho a la libertad, el acceso a la protección y a procedimientos de asilo adecuados, así como cuestiones más prácticas sobre identificación de personas vulnerables y sobre las condiciones de vida en los centros de acogida de Albania.
«Es imposible evaluar adecuadamente la vulnerabilidad de las personas mientras están en un barco en alta mar. Para hacerlo de forma correcta se necesitan recursos que sólo están disponibles en tierra», afirma Juan Matías Gil, responsable de búsqueda y rescate de MSF.
«Los equipos de MSF que trabajan en centros de detención en Europa y fuera de ella han observado un impacto significativo en la salud mental de las personas que están detenidas, derivado de la restriciciones de movimiento a las que se ven sometidas. La detención prolongada y arbitraria sigue teniendo graves consecuencias para los migrantes y solicitantes de asilo», añade Gil. «Las personas en busca de seguridad y protección siguen expuestas a condiciones inhumanas en las fronteras de la UE, con un acceso muy limitado a la información, a servicios adecuados y a protección«.