Esta acción es similar a la realizada por Martinelli, previa a la represión desatada contra el pueblo de Bocas del Toro
El 1 de julio de 2014 asumió la presidencia de la República, Juan Carlos Varela, doce meses han transcurrido y el balance no refleja cambios en la conducción del Estado; es adverso para la mayoría de los panameños que esperaba se atendieran las demandas sociales; no se adecenta el Estado en la medida que la corrupción, nepotismo e impunidad se mantienen; y sigue la intromisión del presidente en los otros Órganos de Gobierno. Es decir, nuevamente las promesas electorales se constituyen en otro engaño.
En materia social, al igual que sus antecesores, apuesta a la utilización mediática de subsidios, política que impulsan los neoliberales para rehuir el debate de la ausencia de democracia económica y mala distribución de la riqueza. En este sentido, el panorama refleja los siguientes resultados: incremento del costo de vida fundamentalmente los alimentos y el combustible; sigue la importación de alimentos en detrimento de la soberanía y seguridad alimentaria; se profundiza el problema de acceso al agua potable tanto en comunidades urbanas como rurales, pero amenazan con aumentar la tarifa; las calles siguen inundadas de basura; aumenta el desempleo y los salarios siguen perdiendo poder de compra, a su vez la violación al derecho de sindicalización de los trabajadores; Gobierno incapaz de honrar los acuerdos pactados con los pobladores en materia de vivienda; a medio año escolar aún varios colegios del país siguen cerrados por el estado de la infraestructura, mientras cientos de docentes esperan que se les hagan efectivos sus ajustes salariales y pagos por áreas de difícil acceso; se sigue la política de privatización de la salud vía la externalización de servicios, se profundiza el desabastecimiento de medicinas; se amenaza nuevamente con imponer las medidas paramétricas en la seguridad social, se entregan los fondos de la CSS a los especuladores financieros; se aúpa la ineficiencia privada en el transporte público; so pretexto de la ‘seguridad jurídica’ y de ‘no ahuyentar la inversión extranjera’, se favorece la degradación ambiental y la economía extractivista; la política de seguridad preventiva es reducida y se fortalece la política de ‘mano firme’ (dos aumentos de salario y creación de nuevos escalafones a la Policía Nacional).
El 1 de julio de 2015, el discurso de Varela en materia social sigue siendo proselitista. Anunció que para el 1 de agosto se relanzará el proyecto de Ciudad Hospitalaria, la cual denominó como ‘Ciudad de la Salud’, con lo cual desconoce las recomendaciones de la llamada Mesa del Diálogo de la Salud que se pronuncia en contra del proyecto por los sobrecostos que ha generado y por no reunir las condiciones técnicas en materia de salud que se requieren. En educación, privó las promesas, se comprometió a reparar y construir aulas de clase, bajo el programa ‘escuelas de espera’, obra que estará a cargo de las juntas comunales, instancia que ha sido denunciada por los atracos vividos en la administración anterior. En lo laboral se compromete a llevar a los funcionarios a B/.500 mensuales, monto que es inferior al salario mínimo de varias actividades económicas e inferior al costo de vida, pero además muy por debajo del aumento salarial a los policías.
Todo ello, sin olvidar que en el recinto donde Varela pronunció este discurso, Asamblea Nacional, horas antes fue el escenario de el bochornoso acto que demuestra por qué los políticos tradicionales, mediante el clientelismo, se mantienen.
Hemos visto que las condiciones objetivas de deterioro de las condiciones de vida de los panameños no solo se mantienen, sino que empeoran, lo que seguirá generando movilizaciones y protestas del pueblo para que se atiendan sus derechos fundamentales.
En este sentido, la población se pregunta para qué se prepara Varela, cuál es la justificación del ajuste salarial de B/.110 a las unidades de la fuerza pública y del incremento del pie de fuerza. Esta acción es similar a la realizada por Martinelli, previa a la represión desatada contra el pueblo de Bocas del Toro.
Genaro López. Secretario General de Conusi-Frenadeso
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