Hace catorce años falleció Bolívar Echeverría, uno de los mejores filósofos latinoamericanos. Con este motivo se realizó la presentación de un libro coordinado por Borja García Ferrer publicado en el año de 2024 por la Editorial de la Universidad de Granada (EUG), en España, y que contiene trabajos de autores de diversos países. Junto con la presentación de este libro se realizó un coloquio internacional los días 5 y 6 de junio de 2024, auspiciado por el Seminario Universitario de la Modernidad (UNAM) con la co-coordinación de Borja García y Diana Fuentes.
Lo primero que llama la atención de este libro y de este coloquio es la presencia mayoritaria de autores latinoamericanos. Esto demuestra que Borja García Ferrer, filósofo de la Universidad Complutense, además de no caer en una visión eurocéntrica, conoce al dedillo a los autores que de alguna manera se especializaron en el pensamiento del filósofo ecuatoriano-mexicano. El hecho de haberse publicado en España demuestra la importancia y la actualidad de este autor.
Y es que en efecto, la obra de Bolívar Echeverría cobra actualidad a medida en que es leído y discutido en países europeos, además de Estados Unidos. ¿Qué es lo que hace que esta obra sea discutida a nivel internacional? Sin duda son sus ideas originales sobre la crisis civilizatoria como crisis de la modernidad capitalista. Hoy esta crisis no ha hecho más que profundizarse a un grado extremo. Entre los acontecimientos que expresan la profundidad de esta crisis están las guerras en Ucrania, en Gaza, el desastre ecológico, la pandemia del covid, el racismo, etc. Bolívar Echeverría vislumbraba que sobrevendrían guerras de “limpieza étnica”, genocidios y catástrofes de todo tipo que han puesto en riesgo no solo a las clases sociales, a los pueblos de América Latina, sino también a toda la humanidad.
Según Borja García Ferrer, nunca antes presenciamos un tipo de Estado mundial muy semejante al régimen fascista que bloquea y fagocita todos los esfuerzos de emancipación y de cambio social. Varios autores del libro y participantes del coloquio, han coincidido en señalar el cambio a un tipo de gobierno más autoritario. Lo que tenemos entonces es una descripción panorámica de la actual devastación del mundo, aunque no es muy seguro afirmar que dicha descripción, un poco apocalíptica, esté trazada en la obra de Bolívar Echeverría.
En su obra hay también una propuesta alternativa basada en el ethos barroco latinoamericano. Lo que confirma que la obra de este autor es muy afín al pensamiento político y estético de Adolfo Sánchez Vázquez, quien no se conformaba con una visión nihilista o carente de esperanzas. Desde una filosofía marxista no identificada con el modelo del “socialismo real” (es decir, del seudo-socialismo que se derrumbó en la ex Unión Soviética) Bolívar Echeverría planteó con bastante acierto el problema de la necesidad de otra forma de modernidad, adecuada a las necesidades del desarrollo cultural de los países de América Latina. En este sentido son importantes sus reflexiones sobre otro tipo de modernidad que no sea el modelo estadounidense, es decir, de un modelo basado en la pura acumulación del dinero y el productivismo económico.
De acuerdo con el pensamiento de Bolívar Echeverría puede haber una modernidad basada en el valor de uso y no tanto en el valor de cambio. Y ¿cómo se aplica este pensamiento a la modernidad de México? Considerando que en el momento actual el país, al igual que otros países de América Latina, se orientan por un peligroso camino de ultra modernización desarrollista, conviene no olvidar sus prevenciones para evitar el colapso social (que ocasiona entre otras cosas en el avasallamiento de las culturas autóctonas).
Una de las reflexiones más importantes de Bolívar Echeverría, es que en México se puede diferenciar cuatro tipos de modernidad: 1. la primera modernidad del siglo XVII el barroco; 2) la modernidad colonial; 3) la republicana y 4) la última modernidad neoliberal.
1) La primera modernidad del siglo XVII que se caracteriza por una fusión entre la cultura española y la cultura indígena. Hay aquí una primera forma de mestizaje que se traduce en la posibilidad de un diálogo frente al proceso de exterminio de los indígenas. A esta modernidad la denomina “barroca” porque es un intento de oposición a la modernidad capitalista.
2) La modernidad propiamente colonial del siglo XVIII que se impone después de la derrota de la primera modernidad barroca.
3) La modernidad republicana que surge después de las guerras de independencia que se caracteriza por la imposición de las instituciones del liberalismo europeo. Se trata de un tipo de estado acorde con las necesidades del libre mercado y del desarrollo industrial.
4) La modernidad neoliberal que corresponde a la modernidad norteamericana.
Lo que dice Bolívar Echeverría de la modernidad en México se puede aplicar a todos los países latinoamericanos. Claro que no es necesario hacer tantas diferencias. Basta destacar dos, la de la tradición local y la de origen europeo (específicamente a la que corresponde al proceso de la Ilustración). Bolívar se basa en la historia de la modernidad europea donde, al igual que en América Latina, hay una oposición entre los elementos culturales propios y los que se derivan del desarrollo del capitalismo. Esta comparación es importante ya que alude a un conflicto fundamental entre la modernidad capitalista y la “antimodernidad”. Ante este desarrollo de la modernidad capitalista en América Latina, el ethos barroco representa otra forma de modernidad. En el caso de los países europeos ni siquiera hubo posibilidad de desarrollar una forma de modernidad alternativa ya que el fuerte impulso de la política y de cultura estadounidense avasalló las expresiones de las culturas locales. Esto no significa pasar por alto la existencia en el pasado de Europa de muchos vestigios de modernidades alternativas pero lo que hay que considerar es, como dice Bolívar Echeverría, el hecho de que, en el presente, los países europeos cumplieron su destino aceptando la modernidad estadounidense.
No podemos afirmar que sucedió lo mismo en América Latina ya que vemos la sobrevivencia de muchos elementos culturales prehispánicos. O sea que, en la historia contemporánea, seguimos, según Bolívar, en la lucha básica entre modernidad y “antimodernidad”. En esta tipificación de la modernidad en los países latinoamericanos ¿qué lugar ocupan las culturas autóctonas? Para los gobiernos que únicamente se orientan por el modelo de la modernización desarrollista aparecen como culturas condenadas. El pasado es algo que queda en el olvido. El modo en que Bolívar define el presente y el futuro sugiere que todavía hay alternativa no solo para América Latina sino para todo el mundo amenazado por el racismo.
Una de estas modernidades dotadas de vitalidad concreta es el ethos barroco, que consiste en un proceso de resistencia contra la devastación del núcleo cualitativo de la vida; una puesta en escena capaz de invertir el sentido de esa devastación y de rescatar ese núcleo, si no como acto en la realidad, sí como potencia emancipatoria. Si lo que actualmente vemos es la extinción de la modernidad capitalista, lo que nos queda entonces es mirar hacia la cultura que tenemos en México y en América Latina. No se puede negar la necesidad de revalorar nuestro ethos barroco y reexaminar sus posibilidades de conformar otra racionalidad y otra forma de organización social. En vez de una visión pesimista y catastrófica de la cultura se nos abre una perspectiva emancipatoria ya que se trata de otra modernidad todavía no realizada. El mestizaje ofrece la posibilidad de profundizar un horizonte cultural para impedir el racismo, el autoritarismo y la completa devastación social.
Referencias:
Samuel Arriarán, “Una alternativa socialista al ethos barroco de Bolívar Echeverría”, Revista Diánoia, UNAM, México, núm.53.
Bolívar Echeverría, Antología. Crítica de la modernidad capitalista Vicepresidencia del Estado. Bolivia, La Paz. 2011.
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