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Argentina y México producirán la vacuna anti covid-19 en Latinoamérica

Fuentes: Rebelión

Argentina y México producirán la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford, para distribuirla en América Latina –con excepción de Brasil–, la cual podría ser utilizada en el primer semestre de 2021, lo que creó grandes expectativas en toda la región latinoamericana y caribeña.

El presidente argentino Alberto Fernández anunció que durante el primer semestre de 2021 ya se va a estar “en condiciones de vacunar”. La prioridad la tendrán los adultos mayores, las personas con enfermedades de riesgo previas y todo el personal de salud.

El mismo día en que Fernández le envió una carta de felicitación a su par ruso Vladimir Putin y le pidió acceso equitativo a la vacuna que desarrolló la potencia de oriente, anunció en Buenos Aires el acuerdo firmado con los desarrolladores de la llamada vacuna de Oxford y se comunicó con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

“Estamos abiertos a cualquiera que nos pueda aportar la solución, a socializar la tecnología. El proyecto de AstraZeneca nos ofrece la tecnología para que lo desarrollemos nosotros y es sin fines de lucro”, anunció. “El que primero la encuentre, va a ser bienvenido”, sintetizó. Además, destacó que el fabricar la vacuna en conjunto con México asegura que será distribuida equitativamente entre las naciones cuyos gobiernos la soliciten.

Explicó que “es un emprendimiento privado con la Universidad de Oxford, el cual contó con el respaldo financiero de la mexicana Fundación Slim, y lo convirtieron en un proyecto sin fines de lucro. Hay que celebrar la conducta de la empresa y de la universidad. No están buscando beneficios económicos con la vacuna, lo que la hace relativamente barata en comparación con otras”, dijo el mandatario argentino.

El acuerdo firmado con la farmacéutica AstraZeneca y la biotecnológica mAbxience del Grupo Insud, tiene como objetivo la transferencia de tecnología para la producción inicial de 150 millones de dosis de la sustancia activa de la potencial vacuna.

Fernández explicó que el objetivo es fabricar entre 150 y 250 millones de dosis, que al poder cubrir a toda la región latinoamericana “se dejan atrás la percepción y los augurios de algunos sectores que intentan manipular con la pandemia y advierten que nuestros países serían los últimos en recibir la inmunización”. También destacó la consolidación de la relación especial entre Argentina y México.

Resaltó que es importante conocer que el trabajo se realizará en el laboratorio AstraZeneca, de origen anglosueco y asentado hace muchos años en Argentina, el cual hizo un acuerdo con Oxford para desarrollar esta vacuna. Por su parte, AstraZeneca eligió al laboratorio mAbxience en Argentina, que será el productor del reactivo de la vacuna y México se encargará de envasarla y completar el proceso de producción.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya son más de 165 las vacunas que compiten en el planeta y al menos seis las que tienen chances de podio. Esta semana Rusia se adelantó con su fórmula y parece liderar la competencia, aunque despertó las alertas de la comunidad científica porque sus investigaciones son incompletas hasta la fecha.

Mientras tanto, en Argentina, Pfizer y BioNTech se encuentran probando la versión propia en el Hospital Militar Central. Lo más probable es que no sea una sola vacuna la que llegue al objetivo en 2021 y ello, desde cualquier punto de vista, representa una buena noticia.

La búsqueda afanosa de una vacuna contra el Covid-19 se hace en su gran mayoría por las empresas de la poderosa industria farmacéutica, la cual ha sufrido un rápido proceso de concentración durante la última década. Paralelamente, ha disminuido la producción pública de vacunas que antaño se consideraba un elemento básico de la seguridad y soberanía nacionales, señala la experta mexicana Asa Cristina Laurell.

En la coyuntura de la actual pandemia, los gobiernos han subsidiado o financiado a los privados, como es el caso de Moderna y el gobierno estadounidense o AstraZeneca en colaboración con la universidad de Oxford.

Otra forma de apoyo público a las actividades de la industria farmacéutica es la PREP Act (Public Readiness and Emergency Preparedness Act 2005/ 2020), que la libera de pagar indemnizaciones si la vacuna tiene efectos secundarios. En todo caso, este costo es asumido por el gobierno de Estados Unidos y por otros gobiernos. Es, pues, otro caso de socialización de las pérdidas y apropiación privada de las ganancias.

Hay vacunas para la salud, y otras para la especulación financiera, que es la manera más segura de las empresas de enriquecerse a costa de las esperanzas y desesperación de los enfermos. Por ejemplo, las acciones de Moderna se han disparado 325 por ciento, a pesar de que no está su vacuna que, según expertos, tiene pocas probabilidades de fabricarse.

Características

La vacuna está basada en un adenovirus, un patógeno que suele infectar a humanos y también a otros animales. “Lo que tienen de bueno las vacunas basadas en virus es que estos patógenos saben muy bien cómo entrar a nuestras células, son realmente expertos. En este caso, la propuesta de Oxford es inyectarnos uno que no es capaz de replicarse en nuestro cuerpo”, señaló a Página12  Juan Manuel Carballeda, investigador del Laboratorio de Virus Emergentes de la Universidad Nacional de Quilmes.

 “De hecho, al no replicarse en otras células, las vacunas suelen ser más seguras y no producen daños colaterales. Quizás el aspecto negativo es que, precisamente, al no replicarse puede que no sea suficiente con una sola inoculación para repeler al Sars CoV-2. Por el momento, se vio que despierta la respuesta inmunológica pero habrá que esperar”, adviertió.

El sistema inmune humano detecta al agente infeccioso y esa respuesta inmunológica puede ser útil para el Sars CoV-2 y así prevenir la enfermedad. La pregunta que se abre, en este sentido, es: ¿por qué un adenovirus podría entrenar nuestras defensas para el coronavirus? “El adenovirus fue modificado genéticamente y expresa la proteína Spike (S). Es la más visible en su estructura y es la que utiliza el Sars CoV-2 siempre que quiere ingresar a nuestras células.

Constituye el blanco ideal para aprender a atacar al coronavirus desde el sistema inmunológico”, describe Carballeda. Por intermedio de ingeniería genética, fue diseñada de tal manera que, aunque se asimila lo suficiente al coronavirus, no causa ningún peligro a las personas. Por ello, los responsables del análisis señalan que es “segura”.

Por su parte, Gabriel Rabinovich, director del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental señaló que tiene mucha expectativa en estas vacunas basadas en adenovirus. “Emplean vectores de virus inactivados que son inocuos y que no se replican. Libera la proteína Spike y genera la respuesta del organismo. Sabemos que fue probada en más de mil voluntarios y los resultados preliminares de éstos ensayos clínicos se difundieron el 20 de julio en The Lancet”.

“No solo indujo anticuerpos sino linfocitos T, que neutralizan y luego eliminan a las células infectadas Genera una memoria inmunológica muy contundente. Una sola dosis fue suficiente pero dos dosis despiertan una respuesta del cuerpo mucho más robusta; habrá que ver cómo será el esquema definitivo. En los primeros ensayos no se generaron efectos adversos salvo los contemplados, unas líneas de fiebre en algunos casos puntuales”, añadió.

Hoy, la fase 3 está siendo evaluada en miles de voluntarios en Brasil, Reino Unido, Sudáfrica y en Estados Unidos. Cuanto más aleatoria sea la muestra más robusta será la metodología, y por ello los expertos procuran analizar por cuánto tiempo las defensas permanecen en el organismo, así como también escalar la prueba.

Examinar, en efecto, si es factible generar las miles de millones de dosis que son necesarias para vacunar a todo el mundo contra el Sars CoV-2, el Covid-19..

Rubén Armendáriz. Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)