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Atenas nos habla

Fuentes: Il Manifesto

Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

Han pasado más de treinta años, de ahí que a quienes nacieran después no les haya hecho mucha impresión oír que los estudiantes han ocupado el Politécnico de Atenas. Para nosotros es un lugar mítico: de allí partió la contraofensiva que condujo no mucho después a la caída de los coroneles fascistas que habían dado un golpe de estado en abril de 1967. Finalmente una explosión masiva, abierta, tras años de tremenda persecución, cárceles, extradiciones y torturas que habían aniquilado la resistencia. Un arrebato de subjetividad y valor que se pagó con un número de vidas que jamás se precisó, y es que mucha fue la furia de la policía y el ejército al lanzar sus tanques contra el ateneo. También fue la señal de que los fascismos europeos habían llegado al término de su sangrienta parábola: fueron los años de la revolución de los claveles en Portugal, poco antes de la liberación de España.

Hoy el cuadro es bien distinto, sin duda. Pero en la ocupación actual del Politécnico de Atenas hay al menos un elemento común: la ruptura de la aquiescencia, la decisión de decir «basta» que implica inmediatamente a toda una generación y empuja a la izquierda a levantar la cabeza contra la derecha, que también en Grecia ocupa el poder sin dar demasiadas muestras de preocupación por la oposición.

El motivo que desencadenó la revuelta, como sabemos, fue el asesinato a sangre fría de un chico que se hallaba cerca de un altercado menor, ni siquiera de una manifestación violenta, tan sólo un rifirrafe. Si se extendió por todas las ciudades del país y llevó a la ocupación de las escuelas fue porque la protesta concentró todas las razones de un descontento profundo y generalizado: autoritarismo policial, crisis económica, precariado, desempleo. Más todavía: también aquí, una ley que pretende asestar un golpe mortal a la Universidad, no sólo drásticos recortes financieros, sino también -y en Grecia sería la primera vez- apertura a la educación privada, una afrenta que pone en tela de juicio la escuela pública, que justamente en Grecia se considera una característica fundadora de la democracia, tanto es así que ni siquiera los coroneles se atrevieron a tocarla.

Hoy la huelga general convocada por los sindicatos adoptará un significado nuevo, más estrictamente político que el previsto al principio debido a la conexión, anunciada por la Confederación, con las manifestaciones estudiantiles. Se tratará, por fin, de un momento de lucha unitario de toda la oposición, ya que los militantes de los tres partidos de izquierda -PASOK (socialista), Synaspismos (nueva izquierda) y KKE (comunista ortodoxo)- se manifestarán juntos, cosa que hasta hoy no había sucedido debido a las reticencias del PASOK, que aún no había salido a la calle, y del sectarismo del KKE, que no quiso unirse a las organizaciones que, como el Synapsismos, se remiten al Fórum Social. Son divisiones históricas que no encuentran correspondencia en el movimiento que ha explotado estos días.

No conviene hacer comparaciones apresuradas con Italia, pero el asunto suscita ciertas reflexiones.

Fuente: http://www.ilmanifesto.it/Quotidiano-archivio/09-Dicembre-2008/art2.html