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El Partido del Trabajo de Bélgica está desafiando la tendencia de los movimientos de izquierda a perder el contacto con la clase trabajadora, utilizando la organización comunitaria para construir un partido marxista con atractivo de masas.
Es muy sencillo: Starmer en el número 10 de Downing Street puede acabar con el hambre infantil, arreglar los servicios públicos y subir el sueldo a los trabajadores. Rechazar estas ambiciones negándose a gravar la riqueza es una elección política consciente.
A pesar de la predicción liberal de que la expansión de los mercados libres daría lugar a más democracia, el autoritarismo no hace sino aumentar. La razón es simple: el capitalismo siempre defenderá las jerarquías sociales frente a la amenaza de la igualdad económica.
Traducción de Jordi Martínez