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Juan Hernández Vigueras, miembro de Attac y de la Red de Justicia Fiscal (rama española de Tax Justice Network), lleva años estudiando los circuitos ocultos por los que se mueven los flujos de capitales y sus sorprendentemente sólidos engranajes con la economía oficial. Su último libro, La Europa opaca de las finanzas y sus paraísos […]
Si dejamos a un lado la excesiva Marbella, probablemente sea Valencia la ciudad (y la Comunidad Autónoma) que en los últimos años más se ha esforzado por ganarse el título de capital del urbanismo basura y la especulación. En medio de los delirios calatravianos, las plusvalías millonarias, la puesta a punto de la Copa América y la irreversible destrucción de la huerta valenciana, el barrio del Cabanyal, un prodigio de urbanismo a escala humana, resiste heroicamente a las amenazas municipales de demolición. Además, desde hace ya ocho años, los artistas residentes en el barrio, en estrecha colaboración con el resto de vecinos, organizan el Cabanyal Portes Obertes: un encuentro artístico en el que, durante tres semanas, la gente abre al público sus casas, convertidas temporalmente en museos, contribuyendo a dar visibilidad a la lucha vecinal y dando al traste con las fronteras artificiales entre arte y vida. LDNM ha hablado con Emilio Martínez, uno de los responsables de la muestra y miembro de la Plataforma Salvem el Cabanyal.