Artículos
A la memoria de Orlando “Tito” Castillo, amigo de muchos años, luchador en contra de las dictaduras somocista y orteguista, fallecido el día de ayer.
La crisis del orteguismo es, también, producto de la crisis económica y social que vive la mayoría de la gente y que determina, a su vez, la permanente crisis política.
Poderes fácticos se refiere a un sector de la sociedad al margen de las instituciones políticas que ejercen sobre aquella una gran influencia, basada en su capacidad de presión, o sea, la autoridad se ejerce al margen de los canales formales y está basado en los hechos, y no en lo teórico o imaginario.
Es excluyente y busca el acuerdo perverso y/o de los pactos políticos del pasado reciente: ser vagón de cola de la dictadura a cambio de favores, prebendas y subvenciones.
La caída de la economía entre 2018 y 2020, ha sido asimétrica con mayor incidencia en los sectores más vulnerables y con afectación desproporcionada en los hogares de bajo ingresos, trabajadores informales, desempleados, mujeres y jóvenes.
El régimen Ortega-Murillo nos lleva en reversa hacia los años 80, creo que tiene en mente realizar unas elecciones tipo 1984 o 2016, sin oposición real.
La rebelión de abril 2018, nace al encenderse las chispas de los ambientalistas al protestar por el incendio de la reserva ambiental de Indio Maíz y por la protesta de los adultos mayores contra la reforma a las pensiones del Seguro Social, dando inicio a un proceso ascendente de movilizaciones, barricadas y tranque hasta culminar en la madre de todas marchas del 30 de mayo que se transformó, por la represión, en la marcha de los sueños robados y de las vidas arrasadas.
Vivimos una crisis sistémica, es decir, una alteración de un sistema socioeconómico que se creyó permanente. La crisis no es solamente del régimen, aunque esté inmerso en ella. La crisis es nacional. Nos abarca y pone en riesgo a todos. Es la crisis de un sistema político y económico que no podía resistir más y […]