En una intervención de urgencia para evitar la salida de Sinn Féin del Ejecutivo norirlandés ante el creciente desacuerdo con sus socios del DUP, los primeros ministros británico e irlandés viajaron a Belfast para mediar en las negociaciones sobre las transferencias desde Londres.
El primer ministro británico, Gordon Brown, y su homólogo irlandés, Brian Cowen, abandonaron la reunión que mantenían en Londres para viajar con carácter urgente al norte de Irlanda ante las noticias de que el encuentro entre el primer ministro unionista, Peter Robinson, y el viceprimer ministro republicano, Martin McGuinness, se habían colapsado en tan sólo treinta minutos. Ninguno de los dos políticos quiso comentar el contenido de las reuniones a los medios de comunicación.
El viaje de los máximos representantes de los gobiernos de Londres y Dublín no estaba planeado y se produjo ante la posibilidad de que Sinn Féin abandonara el Ejecutivo norirlandés ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con su socio, el unionista DUP, sobre las transferencias de Justicia y Policía de Londres y Dublín.
Las delegaciones de Sinn Féin y DUP se reunieron con los mandatarios en el castillo de Hillsborough, residencia del delegado del Gobierno británico en el norte de Irlanda, Shaun Woodward.
Gordon Brown y Brian Cowen se mantenían optimistas, y afirmaron que un acuerdo es todavía posible.
Las diferencias entre Sinn Féin y DUP se centran en la introducción de una demanda de última hora por parte de los unionistas, que exigen la desaparición de la Comisión de Marchas -que regula el recorrido de las marchas protestantes orangistas- a cambio de aceptar una fecha para la transferencia de poderes.
Filtraciones sobre las negociaciones apuntaban a que Sinn Féin no aceptaría la desaparición de la citada comisión, aunque estaría dispuesto a negociar una alternativa a largo plazo.
El problema radica en que durante estas negociaciones y desde la sustitución de Ian Paisley como líder del DUP, Sinn Féin ha visto como la relación con sus socios de Gobierno se ha deteriorado, y los republicanos consideran que si no se alcanza acuerdo en el tema de las transfencias no tiene sentido seguir en el Ejecutivo. La salida de Martin McGuinness del Gobierno forzaría la convocatoria elecciones en el norte de Irlanda, que debería hacerse en el plazo de una semana.
Por otro lado, dos hombres fueron detenidos ayer en Belfast como parte de la investigación sobre la explosión de una bomba lapa que hirió al policía norirlandés Peadar Heffron. Asimismo, dos hombres dispa- raron en la mañana del lunes contra el cuartel de la Policía en Crossmaglen, en el sur de Armagh.