Líderes progresistas de Iberoamérica, reunidos en Ciudad de México en el sétimo encuentro del Grupo de Pueblo, advirtieron sobre el reagrupamiento de la extrema derecha en la región, que ha puesto en riesgo las democracias y el interés de los sectores más vulnerables y exhortaron a combatir el histórico problema de la desigualdad y la seguridad alimentaria en una región donde 60 millones de personas pasan hambre.
“Nos une la esperanza, ¿en qué? En que construyamos sociedades libres, justas, igualitarias; jamás nos resignemos a la desigualdad. Decimos que es un laboratorio de la esperanza y les damos la bienvenida, porque aquí se viene a pensar, a deliberar, a discutir y a proponer con una dimensión de acción. Pensamiento sin acción, sería una propuesta; acción sin pensamiento, nos vamos a extraviar”, señaló el canciller mexicano Marcelo Ebrard al inaugurar el encuentro.
“La corrupción es privilegio, la corrupción atenta en contra de los valores que defendemos, que es esencialmente la igualdad y la dignidad humana, y todos los que estamos aquí tenemos esa misma causa, sin duda, afirmóel canciller mexicano.
Los integrantes del progresista Grupo de Puebla enfatizaron que sólo con la unificación de América Latina se podrán combatir los embates de esos sectores ultraconservadores, resolver el histórico problema de la desigualdad –acentuado con la pandemia de Covid-19– y responder al fracaso del neoliberalismo, por lo que llamaron a impulsar un nuevo modelo de desarrollo solidario.
Alertaron que en la región los grupos de ultraderecha han emprendido una estrategia para, usando las propias instituciones democráticas, atacar a los liderazgos progresistas y sus gobiernos, deslegitimarlos, orquestar los llamados golpes blandos o las guerras jurídicas (lawfare), con la intención de regresar a regímenes que sólo buscan los intereses de las minorías.
El expresidente colombiano Ernesto Samper advirtió un “desembarco fascista” en la región, un tema denunciado también por dos expresidentes, el ecuatoriano Rafael Correa y el español José Luis Rodríguez Zapatero. “Ese desembarco fascista no nos da miedo. Tenemos con qué enfrentarlo”, dijo Samper. Correa consideró que “la derecha judicializa la política para ganar lo que no ganó en las urnas”.
“El Grupo de Puebla debe servir para generar pensamiento latinoamericano” ante el neoliberalismo, expresó el expresidente ecuatoriano. “Hoy que nos quieren convencer de que las ideologías están de más, es cuando más vigente debe estar el debate ideológico. Nuestra ideología, la ideología progresista, debe ser la supremacía del ser humano sobre el capital, en un mundo absolutamente dominado por el imperio del capital”, señaló.
La exmandataria brasileña Dilma Rousseff consideró que en América latina las democracias están “atacadas” y puso como ejemplo el derrocamiento del hondureño Manuel Zelaya en 2009, su propia destitución en 2016, la salida de Evo Morales de Bolivia en 2019 y que ahora “están atacando” al presidente peruano, Pedro Castillo, con un juicio político en su contra.
El Grupo de Puebla –que congrega a muchas de las personalidades más emblemáticas de izquierda y progresistas–, mandatarios y ex mandatarios de la región celebraron el triunfo en Honduras de Xiomara Castro en el proceso electoral del domingo pasado, pues representa un proyecto progresista y será la primera presidenta en la historia de esa nación centroamericana.
Al encuentro en la capital mexicana asistieron los expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, de Ecuador, Rafael Correa, de Paraguay, Fernando Lugo, y de Colombia, Ernesto Samper, y participaron de forma remota el presidente de Argentina Alberto Fernández, su par de Bolivia, Luis Arce, y el expresidente de Brasil, Lula da Silva.
El presidente de Brasil entre 2003 y 2010, Luiz Inácio Lula da Silva, envió un videomensaje en el que enfatizó que las naciones latinoamericanas no pueden seguir siendo el patio trasero de nadie en el siglo XXI, ni renunciar a su soberanía, tras llamar.a la unidad de América Latina, .
Lula exhortó a los asistentes a trabajar para la construcción de una nueva gobernanza mundial que tenga la autoridad moral para resolver determinados conflictos, tenga el coraje para evitar guerras, que piense en la construcción de un mundo más justo, más humano, en acabar con el hambre.
También vía remota, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, consideró que las naciones de la región deben trabajar de manera conjunta para recuperar la lógica de desarrollo para todo el continente. Si hay algo que evidenció la pandemia es la desigualdad que el sistema económico ha generado en América y es un imperativo ético modificarla, dijo. Por su parte el presidente de Bolivia, Luis Arce, pidió “tomar medidas conjuntas para cuidarnos entre todos” y favorecer la distribución de vacunas a nivel mundial.
Aludiendo al presente de Bolivia, Arce alertó sobre un “reagrupamiento de la derecha” que busca generar las “condiciones” para repetir un “golpe de Estado” como el que existió contra Evo Morales en 2019. “Empiezan a esgrimir argumentaciones para deslegitimar la ganancia de una contienda electoral muy clara y tratar de desgastar al gobierno. Es un tema que me gustaría dar a conocer”, dijo el mandatario en línea con lo expresado el lunes en La Paz, durante el cierre de la multitudinaria “marcha por la patria”.
El ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero indicó que muchos sectores afirman que el problema de América Latina es el comunismo, y no es así, su verdadero problema es la desigualdad, la pobreza y la falta de respuesta institucional de tantas décadas a la corrupción. Una Latinoamérica unida, aseveró, es la clave para afrontar los desafíos globales remarcados por la pandemia, como la desigualdad y la derechización de la derecha.
El Grupo de Puebla cuenta con 54 líderes progresistas de 16 países. El séptimo encuentro del foro regional tiene lugar en la Ciudad de México este martes y continuará con las actividades pogramadas para el miércoles. Sus ejes centrales son el debate sobre nuevos modelos solidarios de desarrollo y la definición de una agenda progresista para el continente tras las profundas consecuencias políticas, económicas y sociales que generó la pandemia, según señalaron los organizadores.
Fundado hace tres años en la ciudad mexicana que le da nombre, el Grupo ha tomado gran impulso y sobre todo ha sido protagonista en momentos cruciales como el rol de varios de sus miembros para que el expresidente boliviano Evo Morales, pudiera salir con vida de su país tras el golpe de estado.
Gerardo Villagrán del Corral. Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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