Donde
cayó Camilo nació una cruz,
pero no de madera sino de luz.
Lo mataron cuando iba por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.
La primera estrofa de la composición que el cantautor uruguayo, Daniel Viglietti, creara en 1968 y que hemos escuchado tanto de su voz, como la del chileno Víctor Jara y de la guatemalteca–mexicana, Chavela Vargas, nos permite acercarnos a la figura y a la obra de ese excelente sacerdote, humanista, sociólogo, revolucionario, propulsor de la “Teología de la Liberación” y Mártir colombiano, Jorge Camilo Torres Restrepo, referente de las luchas de los pueblos latinoamericanos y caribeños por su mejoramiento humano, a quién conocemos y recordamos como Camilo Torres, Sus padres fueron: Calixto Torres Umaña, médico e Isabel Restrepo Gaviria. Camilo nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929 y muere en combate el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, San José de Chucurí, Departamento de Santander en Colombia. En su más tierna edad reside en Europa entre los años 1931 y 1934 de donde regresa a Bogotá. Su hermana Gerda relata en una entrevista que “Camilo desde chiquito mostró lo que iba a llegar a ser más adelante: generoso, desprendido. No tenía diferencias de clase, le gustaba jugar con los gamines (niños de la calle), con los muchachitos del pueblo.”
Camilo estudió en el Colegio Alemán de Bogotá entre los años 1937 y 1942, luego en la Quinta de Mutis, dependencia del Colegio Mayor “Nuestra Señora del Rosario”. En 1947 ingresó a la Universidad Nacional, en la Facultad de Derecho, allí fue entrañable compañero de Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, también se hizo amigo de Luis Villar Borda, político liberal progresista. Por su fe infinita en Dios, y su amor al prójimo, tuvo preferencia por la vida sacerdotal, de allí que Camilo decide hacerse sacerdote, ingresando al Seminario Conciliar San José de la Arquidiócesis de Bogotá. Camilo afirmaba que “el sacerdote es un profesional del amor, de tiempo completo” y en el año 1954 recibe su ordenación sacerdotal. En el Seminario, todos los sábados organizaba reuniones para tratar temas de la cultura, la economía, la política y la sociedad de Colombia. Gabriel García Márquez cuenta que recuerda el día en que Camilo decide hacerse sacerdote, tenía 18 años. Posteriormente Camilo oficia el bautizo del segundo hijo del escritor. Nos acota Fernando Acosta Rivero, que a Camilo le interesaron mucho la política y la sociología, por ello afianzó sus conocimientos en esas disciplinas, se hizo Sociólogo y ejerció la política en épocas muy duras en Colombia.
Luego viaja a Europa y en el año 1958 se gradúa de Sociólogo en la Universidad de Lovaina, Bélgica. Durante esa estancia europea se hace científico social, vinculándose en esas tierras con los movimientos sindicales y cooperativistas, con la resistencia argelina y presenta como tesis de grado en la Universidad de Lovaina un estudio sobre la realidad de la pobreza de su natal Bogotá. A su regreso a su país en 1959 ejerce como Capellán en la Universidad Nacional de Colombia y funda allí, la Facultad de Sociología. Camilo declara en los 60´ al semanario Voz Proletaria, del Partido Comunista Colombiano que: “Me considero sacerdote hasta la eternidad y entiendo que mi sacerdocio y su ejercicio se cumplen en la realización de la revolución colombiana, en el amor al prójimo y en la lucha por el bienestar de las mayorías”. En el año 1965 crea el Frente Unido de Colombia y publica el semanario del movimiento. Fernando Acosta Rivero nos relata que “Camilo consideró la revolución social en Colombia como un acto de amor y desde su perspectiva de fe cristiana y de religioso católico trabajó por la unidad del pueblo contra la oligarquía y el imperialismo estadounidense que han oprimido a su patria”. En ese mismo año, por presiones ejercidas desde la cúpula católica de Bogotá, se retiró de sus labores pastorales, luego se incorporó a la lucha armada, al Ejército de Liberación Nacional (ELN). El 15 de febrero de 1966 cae en combate contra el ejército de Colombia, iba a tratar de tomar un fusil. Su cadáver aún no ha sido entregado al pueblo.
Camilo Torres nos dejó una serie de ideas y pensamientos que ponen de manifiesto de quién se trataba este sacerdote que transformó “el amor al prójimo” “al amor eficaz”, un amor que da dignidad, alimenta la solidaridad y trasciende la banalidad; un amor logrado a través de la revolución, con un gran compromiso con la causa de los pobres, “la búsqueda de la Revolución Social en Colombia como imperativo ético” y siendo fiel a la Doctrina Social de la Iglesia. Camilo fue un gran humanista, de profunda fe y devoción a los pobres, condenó duramente al imperialismo. Muy sabiamente nos legó estas expresiones:
“Sabemos que el hambre es mortal. Y si lo sabemos ¿tiene sentido perder el tiempo discutiendo si es inmortal el alma? “
«Los marxistas luchan por la nueva sociedad, y nosotros, los cristianos, deberíamos estar luchando a su lado»
“Para transformar el país y lograr el bienestar de la clase popular es necesario liberar al país del imperialismo norteamericano y de la oligarquía que sirve a sus intereses”
“Es necesaria la fusión, la movilización y la vinculación de los sectores pobres de la población a la lucha por la construcción de un nuevo Estado”
“Los cristianos no solamente tienen la posibilidad de participar en la revolución, sino que tienen la obligación de hacerlo”
“El deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución»
“Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder del pueblo”
“Colombianos: No dejemos de responder al llamado del pueblo y de la revolución”
“Por la unidad y la organización de la clase popular hasta la muerte”
“En una guerra prolongada todos deberán actuar en algún momento. Lo que importa es que en ese preciso momento la revolución nos encuentre listos y prevenidos”.
“Cruz de luz”
Donde
cayó Camilo nació una cruz,
pero no de madera sino de luz.
Lo mataron cuando iba por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.
Lo mataron.
Cuando iba por su fusil
Camilo Torres muere
Para vivir.
Cuentan que tras la bala
Se oyó una voz.
Era Dios que gritaba:
¡Revolución!
Al revisar la sotana,
Mi general,
Que en la guerrilla cabe
Un sacristán.
Lo clavaron con balas
En una cruz,
Lo llamaron bandido
Como a Jesús.
Y cuando ellos bajaron
Por su fusil,
Se encontraron que el pueblo
Tiene cien mil.
Cien caminos prontos
A combatir,
Camilo Torres muere
Para vivir.
Para la elaboración de este artículo fueron consultados los trabajos de Fernando Acosta Riveros, “Camilo Torres Restrepo, el cura insurgente colombiano del siglo XX” 2011, el “Proyecto Camilo Torres” 2011 y los textos del diaporama de Wolfgang Vicent, “El fusil y el evangelio en las manos de Camilo” 2009
Wolfgang R. Vicent Vielma. Licenciado en Geografía. Trabajador de la Casa de Nuestra América José Martí y Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Bolivariana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.