-A todos los problemas que enfrenta el presidente Castillo se le agrega la liberación del “japonés”. ¿Qué nos podés comentar al respecto?
-Siempre me quejo de que mi respuesta sucinta no satisface al oyente. Si el oyente hubiera sido permanente por las sucesivas entrevistas tuyas, tendrían ya una visión global de lo que es imprescindible para conocer las respuestas a tus preguntas, es decir, la realidad global, política, económica y social de un país. Cosa que no podemos hacer en este momento, pero casi pedagógicamente hay que decírselo al oyente porque la respuesta no puede ser de tipo periodística y a la ligera.
No sé si podemos repetir cuál es el escenario particular por lo extraordinario casi inaudito de Perú. Como los diarios han informado la primera destitución contra el gobierno de Castillo se produjo, el primer intento, en diciembre pasado. Por lo que estoy viendo no lograron los dos tercios, o sea, 87 de 130 votos para destituirlo por incapacidad moral permanente.
El lunes 14 la ultraderecha sí logro por 76 votos llevar a Castillo al Congreso para destituirlo. Esta destitución programada ya es para el lunes 28. El lunes 28 se juega su destino. Él tendrá que presentarse al Parlamento o mandar un representante, su abogado. Seguramente se va a presentar porque está dando batalla para impedir su destitución. Lo más importante es que el oyente sepa por qué se lo destituye.
En Perú la Constitución fujimorista señala la figura de la acusación moral, la acusación moral sirve para todo, no se necesitan fundamentos. Dice que un presidente puede ser destituido por el Congreso por este factor moral, incapacidad moral, nada más. No hay argumento, ni presentación al Congreso, lo que quiera inventar, lo inventa. Ahora el Congreso lo acusa de supuesta corrupción en licitaciones. Hay cuestionamientos de algunos de los ministros por la incapacidad moral del presidente, que debe ser destituido por declaraciones periodísticas en las que dijo que llegó a la presidencia sin estar preparado para gobernar, y se refirió a la posibilidad de ofrecer una salida al mar a Bolivia.
La figura de salida al mar de Bolivia, en el caso que no prospere, la van a rescatar después como traición a la patria. ¿Por qué?, porque ha dicho periodísticamente que Perú, que su gobierno, estaría dispuesto a presionar para buscar una salida, cosa que ya todos los gobiernos anteriores prometieron. Ese es el resumen, diríamos las acusaciones inauditas contra el presidente Castillo, que este lunes 28 define su suerte.
Si Castillo sobrevive va a tener muchos problemas. Ya los diarios han señalado que desesperadamente ha llamado a una tregua con la oposición parlamentaria. Una tregua con una oposición donde él no tiene ni siquiera el 10% de los votos propios. Todo depende de lo que quiera hacer la ultraderecha donde tiene mayoría el fujimorismo.
Ahora sí se han juntado los que venían siendo los parlamentarios moderados con los ultras para tratar de derribarlo, es decir, que existe la posibilidad de que efectivamente consigan los votos. Él desesperadamente ha llamado a una tregua, una tregua donde promete una paz entre el Parlamento y el Ejecutivo. Le promete un programa común, es decir, le promete una tregua con alguien que, desde el punto de vista político, son opositores fundamentalistas. La derecha no lo quiere porque no coincide, no solamente con su figura, con el mandato que le dieron los votantes a él, y tienen temor de que en algún momento pudiera revalidarlos.
Castillo ya abandonó todos los puntos fundamentales que se había comprometido en el proceso electoral para su gobierno, fundamentalmente una Constituyente, la revisión de los contratos petroleros y una serie de medidas de carácter reformista. Ya los abandonó. Todo el mundo señala que él ha sido golpeado girando a la derecha. Él no habla más de estos puntos fundamentales.
La derecha no lo quiere derribar solo por su carita, lo quiere derribar porque está en el poder, no se sabe qué puede ocurrir si es que los sectores que lo apoyaron pudieran empujarlo a una posición, supongamos de centroizquierda, y alguna forma de trastocar los intereses de ellos. Están dispuestos a impedir que alguien los toque siquiera por un reformismo limitado. Ergo, si sobrevive, va a tener el problema de que no va a poder gobernar igual. No tiene partido propio, como lo hemos señalado muchas veces es una persona que llegó excepcionalmente al gobierno.
Les recuerdo a los oyentes porque fue parte de un frente electoral donde él fue invitado. Él no es un hombre de izquierda, no es un marxista, no es un hombre de partido, es un maestro con buena imagen por haber dirigido una huelga contra la burocracia sindical.
Este hombre que no tiene partido, que está solo, que no tiene, como él dice, formación para gobernar, que no tiene equipo propio, obviamente estaría en una soledad infinita. Si capitulara ante la presión lo van a echar de una patada cuando quieran hacerlo. Sería una traición formidable, infinita. Lo que podía poner en términos sucintos, casi telegráficos. Yo doy el esquema nada más.
El de Fujimori fue el gobierno más corrupto que se conozca
-Tu reflexión sobre la libertad de Fujimori.
-Como tú sabes, Fujimori es un personaje coetáneo conmigo. Él fue un profesor de la Universidad Agraria. Nosotros teníamos cómo partido el control de todas las instancias, no solamente los estudiantes y los activos administrativos.
-Siempre me sorprendés Ricardo.
-Entonces él era un profesor. Y te comunico una cosa, los japoneses tienen un prestigio muy grande en Perú, porque es gente humilde, sencilla y trabajadora. Como él era un maestro que se portaba bien, los sindicatos universitarios lo apoyaban para que fuera ascendiendo. De profesor simple pasó a profesor inicial con los votos de los estudiantes, incluso el nuestro. Después fue decano con los votos también nuestros. Después fue presidente de la Universidad con los votos nuestros. Ya por su cuenta, fue presidente de la Federación de las Universidades. De alguna forma nosotros hemos tenido que ver con el bicho, ¿no es así? Te lo recuerdo porque es un poco de realismo mágico chiquito. Pero lo conocemos bien, incluso personalmente.
Hay, obviamente, en el proceso de los políticos en la vida común, varios tiempos, el Fujimori que yo estoy diciendo era un profesor universitario de los mejores. Muy profesional y era bien amigo de los alumnos. Pero en el proceso de la vida política y personal, el ascenso hasta llegar a ser presidente en el Colegio de rectores va tener un objetivo diferente.
Se presentó en broma a las elecciones de 1990, donde compitió con Vargas Llosa. Tres meses antes no tenía el 1% de los votos. Él solamente con un tractor recorría el país y decía ‘Yo les prometo la felicidad como Japón’. Era un chiste nada más. No tenía ni partido, ni nada. Este hombre con esta situación y una coyuntura política especial ganada por la polarización de todos los sectores progresistas, contra Vargas Llosa, que tenía un plan liberal, y el APRA que con Alan García, sobreviviente todavía, tenía fuerza política, y la Izquierda Unida que disputaba el segundo o tercer lugar electoral.
En esas condiciones de coyuntura, la izquierda se divide 3 meses antes y la gente que estaba dispuesta a llevarla al poder se consterna y le impide una victoria que era posible. La disputa entonces se dio entre Vargas Llosa y, sorprendentemente, se coló Fujimori. La gente como voto protesta dijo ‘frente a esta mescolanza, frente a un salvaje como Vargas Llosa, frente a la izquierda dividida, votemos por el japonecito, bueno, humilde y honrado’. Y votaron por él.
Él salió segundo, pero en Perú, como en muchos otros países, la Constitución señala que hay segunda vuelta si no hay 51% o más de votos, fueron a la disputa Vargas Llosa y Fujimori. El APRA y la Izquierda Unida votaron por Fujimori y fue electo presidente. Y él también en soledad resultó ser un presidente como Castillo, aunque respetemos las figuras cambiantes de los tiempos y las características de cada una.
No tenía partido, no tenía equipo, no tenía nada. Él se declaraba centro-izquierdista, y sectores de la izquierda lo apoyaron para poder gobernar. Esto duró poco tiempo, se encontró con el hecho de que es diferente pasearse por un país prometiendo ser Japón y otra cosa es gobernarlo.
Ahí viene la figura de Montesinos, que era un ex militar, que había sido agente de la CIA y organismos norteamericanos, y que por ser ex militar tenía contactos muy profundos con las Fuerzas Armadas, sus compañeros eran casi generales. De manera que él hizo varios favores, entre ellos le consiguió la nacionalidad peruana, y ganó la confianza de este hombre en solitario y les dijo a sus compañeros militares que era la ocasión de cogobernar. Como Fujimori era un solitario, desinformado políticamente, le dijo que sí.
Aparecieron entonces los generales apoyando su gobierno, un cogobierno donde dio un giro a una posición ultra liberal. Ese Fujimori estuvo 10 años en el gobierno, porque se hizo reelegir. Fue el gobierno más corrupto que se conozca, es un ladrón de varios miles de millones de dólares. Hizo pactos con narcotraficantes, corrompió a las Fuerzas Armadas, corrompió a la justicia, corrompió a la alta burocracia, corrompió a los medios de prensa, a los equipos políticos e hizo un gobierno totalitario tolerado por EE UU, obviamente.
Se enfrentó a Sendero Luminoso, que era la preocupación de EE UU, así que le dio pase libre al gobierno, y casi como ocurrió con Menem y otros, lo mostraron como ejemplo. Derrotó a Sendero Luminoso, hizo un golpe de estado en 1992 y se constituyó como figura principal del país. Este hombre, un hombre corrupto, un hombre que estableció un régimen intolerante por donde se lo mire, es el que está preso en este momento.
Está preso porque en el 2000 hubo una rebelión popular cuando él quería ser reelegido por tercera vez. Toledo, otro hombre que después ha resultado ser también un corrupto, encabezó con otros esta rebelión popular. Y Fujimori se fugó en un avión, con millones y millones, a Japón, su país.
-Preso, pero ahora liberado.
-Estuvo preso porque fue juzgado, es decir, él volvió desde Chile, donde había pensado que así iba a poder ingresar al país, fue detenido, allá por 2007. Juzgado por hechos reales, por violaciones a los Derechos Humanos, entre los cuales se encuentra la esterilización de 300.000 campesinas, engañándolas con la idea de controlar la población de Perú, para que los pobres no pudieran tener muchos hijos.
No solamente elementos de corrupción, sino que también formó un sector extra militar, una pandilla de bandidos que cometieron actos ilícitos con su aprobación y la de Montesinos y por iniciativa de su gobierno. Tiene varios atentados, varias víctimas. Por ello fue juzgado y condenado a 25 años de prisión.
Pero él estaba en una cárcel VIP, un cuartel militar donde tenía un departamento, donde recibía visitas, donde tenía un jardín, con privilegios absolutos. Pero, al margen de esto, ahora ha recibido por parte del Tribunal Constitucional, que es el tribunal supremo del país, la libertad.
¿Por qué ha recibido la libertad? Porque el tribunal está conformado por la gente que él nombró y corrompió. Montesinos dijo desde la cárcel ‘a esa gente hay que darle un millón y se soluciona el problema’. No sé si le habrán dado un millón a cada uno, pero han fallado a favor de su libertad.
Por supuesto que esta libertad es apoyada por diferentes sectores mayoritarios fujimoristas, la derecha lo apoya tibiamente a través de los medios de prensa, pero en minoría. Este hecho ha consternado y obligado al presidente Castillo a tomar posición. Castillo ya se ha manifestado en contra de esta decisión, de este fallo del Tribunal Constitucional y se ha apelado, no él, sino otros organismos, aunque los apoya, y a los tribunales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que intervengan porque Perú es parte del Pacto de San José de Costa Rica contra la violación de los Derechos Humanos.
La burguesía chilena no se va a dejar reformar de ninguna manera
-Ricardo, no quiero dejarte ir sin que me hagas un comentario de otro país que conocés muy bien, Chile, y la asunción de Boric.
-Es cierto que estuve en Chile, como lo digo en mi libro Pensar América Latina, conocí al presidente Allende. Estuve exiliado ahí porque me deportó el gobierno de Velasco Alvarado. Y he trabajado políticamente en el país. No me es ajeno el conocimiento político-histórico ni el sentimiento. Para que el oyente sepa que más allá de los datos que les pueda brindar tengo sentimientos respecto de ese país y lo que ha ocurrido en los últimos tiempos.
Sintéticamente, te puedo decir que Chile tiene un gobierno que se ha comprometido a hacer reformas. Pero obviamente las reformas son las reformas, tiene que ver en qué país se realizan, en qué momento particular y las correlaciones de fuerza de quienes quieren reformar y quienes no quieren porque defienden sus privilegios.
En Chile hay una burguesía muy particular que todo el mundo destaca. No solamente por la dictadura de Pinochet, donde obviamente se dio el primer impulso en América Latina de todos los programas liberales de shock, sino se apostaba sobre el modelo porque se decía que crecía a cifras inusitadas en América Latina. Después se supo con la rebelión de los jóvenes, en octubre/noviembre del 2019, que eso era mentira. Ya sé sabia lógicamente por los estudiosos, pero después apareció a la luz pública por la rebelión de los estudiantes, los jóvenes, los mapuches y otros.
Pero ese es el caldo de cultivo, de la situación donde surge el presidente Boric. Todo el mundo sabe que fue uno de los dirigentes de ese movimiento de estudiantes. Pero lo digo porque Boric es, en el frente en el que se formó, una especie de socialista democrático. Por eso hace la apología del gobierno de Bachelet. Pero Bachelet era socialista moderada. Él aparece en este momento como tibio, en el escenario que te describo de la polarización, donde la reforma tiene que tener un impulso de ruptura de las relaciones de fuerza a favor de quienes quieren gestarla.
Y pareciera demostrarlo por sus movimientos y declaraciones. Él se ha pronunciado diciendo que el de Cuba es un gobierno autoritario, que el de Venezuela es un gobierno autoritario, que el de Nicaragua también, se ha manifestado contra los organismos progresivos que se manifestaron en el gobierno de Lula en Brasil. Él no se ha manifestado todavía contra el Grupo de Lima, no ha dicho nada contra EE UU. Estas son cosas que nos van advirtiendo a los analistas.
Lo que te quiero decir es que la burguesía chilena no se va a dejar reformar de ninguna manera. Es una burguesía que tiene dos partidos, que tiene el 50% del electorado, así que tiene la voluntad de defender lo suyo. Sin embargo, Boric tiene un frente donde tiene un ala de centro-izquierda radical, que es lo que queda del Partido Comunista. Hay que esperar a la Constituyente. Si la Constituyente resulta progresiva y determina hechos fundamentales, no solamente la reforma de la Constitución, sino que avanza sobre los derechos de la patronal, vamos a tener que esperar un enfrentamiento de otra naturaleza. Donde ya no cuenta tanto lo que Boric diga, sino que va a tener fuerzas de apoyo que en este momento no tiene Castillo y no quiere.
Pero en Chile sí hay posibilidad, incluso en forma de rebeldía popular, donde el hecho supone una presión de tal naturaleza que Boric va a tener que acompañar la radicalización. Solamente podrá haber reforma si se da una centro-izquierda radical. Pero con buena fe decimos, esperemos los hechos y no juzguemos a priori, y pongamos como siempre nuestro optimismo político e histórico.
-Bien Ricardo, la próxima semana ya estás convocado a un programa especial sobre Malvinas.
-Le vas a decir al oyente que yo tuve también que ver con el asunto.
-Seguramente. Fuiste enviado por el gobierno peruano a nuestro país.
-Fui parte de la conciliación del presidente Belaúnde, del ala izquierda. Por eso vine y me recibió el gobierno de la dictadura, y después ya diré yo qué fue lo que hicimos ahí y cuál fue el balance de la gestión y las armas que entregamos a la dictadura militar. Aviones y, sobre todo, lo que no se conoce, Perú hizo las transacciones necesarias para violar el cerco de fondos. Hay mucho más de lo que se dice de la participación de Perú en apoyo, no del gobierno militar, pero sí del pueblo argentino.
-Es importante, por el presente, que vivimos de la guerra en Ucrania. En la semana me voy a comunicar contigo para este programa especial que haremos sobre Malvinas el jueves 31 a las 18:00 donde te tendremos como uno de los protagonistas centrales. Ricardo Napurí, ex diputado constituyente y senador de Perú. Senador que fue convocado por aquellos años, incluso por los militares peruanos que se sentían cercanos al Ejército argentino, para impulsar la movilización, la lucha a favor de nuestro país.
-Es cierto, he tenido la suerte de ser parte de varios procesos.
-¿Cuántos años tenés?
-Voy a cumplir 97 años.
-Y con esa lucidez.
-Bueno, solamente me queda lucidez porque la vejez pasa factura. Yo solamente espero que tu generación sea considerada y me deposite U$S 90.000 en mi cuenta bancaria. Cuenta que no tengo. En compensación de los 10 años que vengo participando en tu programa.
-Sabés si puedo, lo haré.
-Pero puedes. Asalta un banco y hacemos las cuentas.
-Como hicieron los trotskistas en los 60 en tu país.
-Lo hicieron. Y nosotros también en la Universidad Agraria para sacar unos poquitos pesos por ahí. Pero es un cuento que no vale la pena.
-Tenemos nuestras historias Ricardo. Un abrazo.
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