“No solo la población que habita o trabaja cerca de zonas agrícolas y forestales sufre problemas de salud por las frecuentes aplicaciones con Plaguicidas Altamente Peligrosos; también están seriamente afectadas la biodiversidad, las aguas y las actividades económicas que desarrollan familias campesinas, apicultores, huerteros, agricultores orgánicos y agroecológicos”