A propósito de las recientes protestas en Cuba, en la cual el gobierno de Miguel Díaz-Canel ha hecho un llamado explícito a sus partidarios a salir a las calles a enfrentar a los manifestantes, se ha abierto una nueva oportunidad para posicionarse críticamente sobre lo que ocurre en la isla, más allá de las posturas reduccionistas clásicas, que siguen reproduciendo esquemas políticos binarios, que le hacen un flaco favor a la posibilidad de pensar alternativas y salidas transformadoras a la crisis actual.
Categoría: Cuba
La llamada guerra “no convencional” ha sido empleada en numerosas ocasiones por los Estados Unidos y sus aliados para derrocar a gobiernos incómodos.
Cuba enfrenta un momento de crisis, de salud, económica, social y política. El pasado 11 de julio sucedieron una serie de protestas en varias provincias cubanas y la Isla vive una muy tensa situación.
En la tarde del día 11 me comunicaron mis amigos desde el exterior, estaban sinceramente preocupados por la situación cubana, no pocos me preguntaron por mi seguridad y la de mi familia…

Suenan otra vez las campanas por “el fin” del socialismo en Cuba. Salivaron seguro algunas bocas desde los balcones del imperio —y más allá o acá del mar que separa esta isla del resto del mundo—, y también desde algunas alcantarillas.
Escribir sobre la manipulación contra Cuba se hace bastante aburrido, sí. Son muy cansinos/as. En Cuba están muy mal, no tienen nada, ni alimentos ni medicinas, les han cortado internet y la electricidad… siguiendo con la cantinela del régimen cubano y la dictadura castrista.
Cuba aparece en el centro del debate político, con protestas y desordenes el pasado domingo 11 de julio, seguida de la respuesta gubernamental y de la propia organización popular en defensa del proceso cubano.
El objetivo está bien claro desde hace muchísimo tiempo. Son una serie de pasos muy bien estudiados y perfeccionados a partir de la experiencia de su aplicación previa en disímiles países de Europa del Este, Oriente Medio y África:
En 1997 un amigo cubano me dijo “Fidel es un dictador, mas no un tirano”. Estábamos en una provincia de Mozambique donde él trabajaba como médico y yo como arquitecto.