
Cuando aterrizas en las Maldivas te sientes como el típico mafioso: «Bonito lugar, sería una lástima que le ocurriese algo». Y precisamente eres tú lo que le está ocurriendo.
Cuando aterrizas en las Maldivas te sientes como el típico mafioso: «Bonito lugar, sería una lástima que le ocurriese algo». Y precisamente eres tú lo que le está ocurriendo.
La anteúltima semana de agosto se celebró a nivel global la llamada “semana del agua”. Promovida desde 2015 por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (Stockholm International Water Institute), con la participación de cientos de expertos, funcionarios, empresarios y miembros de las ONG.
Desde que a las mujeres nos ha dado por no dejar que nos toqueteen sin nuestro consentimiento, la machosfera vive desubicada.
A modo de extraña dedicatoria: A Putin, a Bolsonaro y a Schmidheiny, con nuestro vehemente deseo de que cesen todas sus maldades
La reciente cumbre de los BRICS y la invitación a ser parte de este bloque a países como Argentina, Egipto, Irán, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes ha despertado el interés de parte de ciertos sectores de izquierda, progresistas y hasta decoloniales, que lo han visto como un paso más para pasar de un mundo unipolar a uno multipolar, dejando atrás cinco siglos de dominación occidental, hegemonizado por Estados Unidos en los últimos 30 años, siendo el último centro del capitalismo mundial.
El poder masculino implica la posibilidad de controlar los silencios, tener la capacidad de decretarlos así como de romperlos.
«El mundo está movido por dos mil personas, el resto es manada». Orson Welles