Categoría: Cultura

George Orwell compite con méritos sobrados entre los grandes escritores del siglo XX, pero su obra alcanza a veces una profundidad y una clarividencia que lo sitúan en la nómina, mucho más selecta, de los profetas que iluminaron las claves de aquel tiempo de tinieblas.




Solemos explicar el desarrollo de la cultura, la ciencia y la civilización europeas con líneas históricas que enlazan el legado greco–romano, con sus avances y hallazgos en los campos de la cultura y la ciencia, con el Renacimiento, a través de las universidades del norte y centro de Europa (Londres, París, Bolonia). En realidad, la línea de continuidad imprescindible no la constituyeron esas universidades. O, al menos, no solo ellas.

¿Qué me ha contado mi madre de esta ciudad que me apresto a descubrir y que ella dejó tan pequeña? Nada. ¿Qué recuerdos me transmitió mi abuela que aquí vivió casi la mitad de su existencia? Muy pocos. ¿Qué he aprendido en mis cursos de la universidad? Sólo lo suficiente como para que me picara la curiosidad de saber, para incitarme a emprender este viaje.