
“Cuando mi mamá no me dejaba salir más allá de la esquina de mi casa, las novelas de Salgari me llevaron a navegar los siete mares del mundo y otros mares más”, escribía Eduardo Galeano en ‘Los hijos de los días’ (Siglo XXI, 2012).
“Cuando mi mamá no me dejaba salir más allá de la esquina de mi casa, las novelas de Salgari me llevaron a navegar los siete mares del mundo y otros mares más”, escribía Eduardo Galeano en ‘Los hijos de los días’ (Siglo XXI, 2012).
Mientras Borges recorría su análisis personal, entre el 1946 y 1948, se puede suponer que estaba escribiendo varios cuentos de El Aleph, publicado en 1949. Allí, tal como en la experiencia psicoanalítica, interroga a los saberes adquiridos, para que emerja otra verdad: la verdad oculta del sujeto.
La escritura de Jalisco González, escritor ecuatoriano de Esmeraldas, revela una urgencia por la búsqueda de lo histórico en lo invisible, lo pequeño que se contrapone a las grandes categorías y el nacionalismo de la blanquitud sobre las que se fundaron las repúblicas. Decimos entonces que su poética deriva en procesos de desblanqueamiento.
Tengo 50 años. Nací en Amsterdam y vivo en Oberlin (Ohio, Estados Unidos), voto en ambos países. Soy hispanista, catedrático de Estudios Hispánicos en Oberlin College. Estoy casado y tengo dos hijos, Jakob (20) y Maya (17). ¿Política? Izquierdista, entre anarquista y comunista. Soy ateo.
No pasamos por una revolución, pero sí por un cambio radical. Somos como el migrante que pisa una ciudad nueva y se esfuerza por crear analogías para mirar, sin pretensión de entender. El COVID-19 nos dejó a solas con la desaceleración. La puerta de casa parece la nueva frontera pero no. Las operaciones más interesantes pasan por las ventanas: ahí está lo que se percibe pero no se alcanza, deseo es su otro nombre.
Ángel Viñas es catedrático emérito de la Complutense. De familia muy modesta, tuvo una educación estrictamente laica en las escuelas del barrio de Atocha (Madrid). Se apañó para estudiar en Alemania y Escocia a base de becas extranjeras y de esfuerzos propios (chico de recados en París y Stuttgart, docker en Hamburgo, profesor de castellano […]