
Llevamos demasiado tiempo arrasando los ecosistemas del planeta, pero decisiones fundamentales que se tomarán este año podrían ser el punto de inflexión que nos ayude a restaurar nuestra relación con la naturaleza.
Llevamos demasiado tiempo arrasando los ecosistemas del planeta, pero decisiones fundamentales que se tomarán este año podrían ser el punto de inflexión que nos ayude a restaurar nuestra relación con la naturaleza.
– Hace 10 años un terrible terremoto en Japón disparó una crisis nuclear en Fukushima Daiichi. Hoy hay más de un millón de m³ de agua radiactiva y el lugar acumula uranio y residuos fundidos aún reactivos.
«No entiendo por qué nos matan a nosotros, destruyen nuestros bosques y sacan petróleo para alimentar automóviles y más automóviles en una ciudad ya atestada de automóviles como Nueva York». (Dirigente indígena ecuatoriano.)
Es entendida como resistencia bacteriana la capacidad de las bacterias de resistir y sobrevivir. Esto se da a través del uso inadecuado y excesivo de antibióticos. Hoy en día, en todo el mundo, entre el 70 al 80% del total de antibióticos producidos son usados en la crianza de animales y en el sector agrícola. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2050 la resistencia a los antibióticos será la principal causa de muerte de personas humanas en el mundo.
El sistema eléctrico texano se desmoronó del 13 al 17 de febrero y 4 millones de personas se quedaron sin suministro en unos de los días más fríos en tiempos. Según los últimos números, los muertos se elevan a 58. En el ojo del huracán, o mejor dicho, de la tormenta gélida, la compañía gestora de la distribución eléctrica de Texas, ERCOT (Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas)1. Porque la función de ERCOT era coordinar, controlar y supervisar el funcionamiento del sistema de energía eléctrica a más de 25 millones de clientes (90% del total de Texas), y eso fue lo que falló.
Hace diez años, el 11 de marzo de 2011, el mayor terremoto jamás registrado en la historia de Japón sacudió la costa noreste del país. A este terremoto le siguió un tsunami que se adentró hasta diez kilómetros en tierra, y cuyas olas llegaron a alcanzar alturas superiores a los 43 metros en algunas zonas. En solo unos segundos barrió del mapa ciudades enteras.
Los apagones y la escasez de electricidad en el estado estadounidense de Texas, paradójicamente un gran centro energético, suscitan en primer lugar empatía hacia los afectados, ya que esta situación pone de manifiesto de forma vívida algo que ya se conoce bien: el papel central que desempeña la energía.
El Gobierno japonés se resiste a descartar la energía nuclear, pese a la desconfianza de la población. Diez años después, Fukushima se ha convertido en un pesado legado para una administración poco acostumbrada a la transparencia y a rendir cuentas en materia nuclear.
Una nueva investigación podría permitir que más de 100.000 personas reclamen una indemnización ante un Estado «que se ha esforzado por enterrar la herencia tóxica de esas pruebas», sostiene el editor en jefe de la plataforma de periodismo de investigación Disclose.