El decrecimiento no es una teoría, ni una elección posible. Es un fenómeno degradante y suicida de la biosfera, generado por el crecimiento oligárquico, crecimiento del 1% que origina un decrecimiento infeliz sobre el 99%, y lo realiza a partir de dos enfermedades mentales suicidas y pandémicas: la obsesión por la y acumulación y la manía de la hegemonía. Estas dos enfermedades están expoliando y esquilmando todos los recursos planetarios: las energías no renovables (energías fósiles, materias minerales, etc.) y las renovables (el suelo vivo cargado de micro-fauna y nutrientes naturales). Están haciendo decrecer vertiginosamente los recursos del planeta.