Categoría: Colombia
“El superpoder de una víctima consiste justamente en perdonar lo que su dolor inmenso jamás podría castigar”. -Santiago Alba Rico
Ha concluido una fase de lucha política en Colombia a partir del triunfo electoral de Gustavo Petro presidente y Francia Márquez vicepresidenta, primer gobierno no oligárquico elegidos por voto popular en la historia de la República.
Después del estallido social vino la campaña electoral. Ahora entramos en la fase de la negociación y toma de decisiones. Algunos temas quedaron resueltos de antemano, otros están en proceso de discusión y, unos más, se aplazarán mientras los diversos sectores acumulan fuerza al interior de la sociedad y el Estado. Será un pulso entre lo nuevo y lo viejo, y entre lo urgente y lo importante.
La prensa hegemónica, en manos de los “grandes cacaos” (tres grupos empresarios que se favorecieron de seis décadas de guerra interna) insiste en que muchos inversionistas desconfían de Gustavo Petro, porque su plan para eliminar gradualmente la producción de petróleo y carbón privaría al país de importantes ingresos por exportaciones.
Aclaración innecesaria: Ciertamente, la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia es un hecho positivo en la ensangrentada historia de Colombia, pero las esperanzas que su gobierno ha generado en la población trabajadora, no implica que se deba renunciar al REALISMO que cualquier análisis crítico, dialéctico e independiente haga de la actual realidad colombiana.
Las Fuerzas Militares de Colombia, inspiradas en la doctrina anticomunista de la seguridad nacional y del “enemigo interno” (campesinos, cocaleros, líderes sociales y dirigentes de izquierda) ejecutó ayer 9 de julio desde las 12 de la noche una nueva masacre contra inermes campesinos, menores de edad y mujeres embarazadas en la vereda Santa Rita del municipio de San Vicente del Caquetá, en el departamento amazónico del Caquetá.