Tras el triunfo electoral de la fórmula presidencial del Pacto Histórico en Colombia pululan análisis en los que las “robinsonadas” –que tanto rechazara el viejo Marx– tienden a estar en primer plano, independientemente de los juicios positivos o negativos respecto a las perspectivas del nuevo gobierno.

Alberto Pinzón Sánchez | 

La “reñida” elección presidencial de Gustavo Petro en Colombia, ha llegado al Pueblo Trabajador de la mano de grandes expectativas y esperanzas. Emociones, que cuando no logran sustento en la realidad, se evaporan prontamente convirtiéndose en desilusión y desprestigio.

Este 20 de julio se posesionan los nuevos integrantes del poder legislativo colombiano en el que tendrá una decisiva presencia la bancada del Pacto Histórico conformada por casi 70 legisladores de distintos partidos de izquierda y progresistas.

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Fernando Dorado | 

“El superpoder de una víctima consiste justamente en perdonar lo que su dolor inmenso jamás podría castigar”. -Santiago Alba Rico

Oto Higuita | 

Ha concluido una fase de lucha política en Colombia a partir del triunfo electoral de Gustavo Petro presidente y Francia Márquez vicepresidenta, primer gobierno no oligárquico elegidos por voto popular en la historia de la República.

Después del estallido social vino la campaña electoral. Ahora entramos en la fase de la negociación y toma de decisiones. Algunos temas quedaron resueltos de antemano, otros están en proceso de discusión y, unos más, se aplazarán mientras los diversos sectores acumulan fuerza al interior de la sociedad y el Estado. Será un pulso entre lo nuevo y lo viejo, y entre lo urgente y lo importante.

Varios autores | 

La prensa hegemónica, en manos de los “grandes cacaos” (tres grupos empresarios que se favorecieron de seis décadas de guerra interna) insiste en que muchos inversionistas desconfían de Gustavo Petro, porque su plan para eliminar gradualmente la producción de petróleo y carbón privaría al país de importantes ingresos por exportaciones.