
La emergencia climática en la que estamos inmersos debería llevar a poner sus aspectos esenciales al alcance del gran público, pero los artículos de divulgación sobre este asunto en los medios no es frecuente que unan claridad y exactitud.
La emergencia climática en la que estamos inmersos debería llevar a poner sus aspectos esenciales al alcance del gran público, pero los artículos de divulgación sobre este asunto en los medios no es frecuente que unan claridad y exactitud.
“La carrera ha comenzado” (Ursula Von der Leyen, 15 de marzo de 2023)
Todas las mañanas, en el distrito de Tumakuru, en Karnataka, un estado del sur de la India, el sol se asoma por el horizonte e ilumina las colinas verdes y marrones de los Ghats orientales. Sus rayos caen sobre las praderas que las rodean y alguna que otra aldea adormecida; el cielo cambia de color, del naranja sorbete al azul empolvado. Finalmente, la luz solar llega a un mar de cristal y silicio conocido como Pavagada Ultra Mega Solar Park. Aquí, dentro de millones de paneles fotovoltaicos, alineados en filas y columnas como un ejército en posición de firmes, los electrones vibran con energía. Los paneles cubren trece mil acres (52,61 km2), sólo un poco menos que la superficie de Manhattan.
Algunos países ya han rebasado sus respectivos presupuestos de carbono, mientras que otros menos desarrollados o en vías de hacerlo están lejos de agotar el suyo.
La voluntad de hacer de este un mundo mejor ha llevado a todo tipo de movimientos sociales y personas a plantear multitud de estrategias. La educación ambiental se ha hecho eco de este rol del ser humano: transmitir al público cuales son esos comportamientos y valores con capacidad de cuidar todo lo vivo.