
Kevin Barrett tenía razón al decir que los dos candidatos políticos que tenemos ahora son unos cabrones, personas que juran lealtad al Estado profundo, a los israelíes y a la Cábala jázara.
Kevin Barrett tenía razón al decir que los dos candidatos políticos que tenemos ahora son unos cabrones, personas que juran lealtad al Estado profundo, a los israelíes y a la Cábala jázara.
Como tantos seguidores del triángulo entre política y actualidad internacional llevo desde el amanecer conectado a las novedades de la jornada electoral estadounidense.
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
A fines de la década de los cincuenta, los jóvenes con inclinaciones comunistas eran admiradores de la moderna cultura francesa, Camus, Sartre, Truffaut, Clouzot y Dassin eran su luz, pero también idolatraban a Rusia: preferían Dostoyevski a cualquier escritor; Chaikovski a cualquier compositor, estaban persuadidos de que únicamente las teorías de Michurin eran correctas y que la Genética de Méndel era una pseudociencia reaccionaria; de que el cosmos sería conquistado gracias a las fórmulas y experimentos de Tsiolkovski y que Von Braun no era más que un farsante; y creían que el pueblo soviético, al crear a un hombre nuevo, había sido escogido por la historia para construir el mundo del mañana, el comunismo.
Para nuestra América las elecciones en los Estados Unidos siempre son relevantes.
«La mayor parte de mi generación en EE.UU. llegamos al marxismo por oposición al imperialismo. Fue en parte por eso que siempre me atrajo «Monthly Review», ya que desde su nacimiento en 1949 fue una fuente importante de crítica al imperialismo. El hecho de que la perspectiva más revolucionaria en EE.UU. haya venido históricamente del movimiento negro, siempre más internacionalista y antiimperialista, ha sido crucial para definir a la izquierda radical estadounidense», señala John Bellamy Foster.
En Estados Unidos las comunidades de migrantes crearon geografías y horizontes diferentes a las que promueve la Casa Blanca. A través de cinco microrrelatos, las autoras de Welcome to Intipucá City, un proyecto que cuenta la migración transnacional entre El Salvador y Norteamérica, muestran las expectativas y luchas de quienes viven el mundo entre dos tierras.