A Orlando Díaz L, ese compañero que nos hace recordar que, ni en los peores momentos, hay razones para perder ni la ternura ni la esperanza.
“el aspecto más angustiante de la crisis [estructural] de un sistema histórico es que, aunque llena de alboroto, es una crisis de movimientos lentos”*
“La crisis de la que estamos hablando es la del fallecimiento de la economía-mundo capitalista”**
“La crisis de nuestro sistema histórico se deriva no de sus fracasos, sino de sus éxitos; éxito en sus propios términos, por supuesto”***
Immanuel Wallerstein