El escándalo sobre vuelos secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se agudizó al conocerse hoy que esa entidad convenció a Alemania para silenciar críticas en la Unión Europea (UE) contra Marruecos. La CIA utilizó a ese país africano como uno de los principales puntos donde retuvo a supuestos sospechosos de realizar acciones violentas, […]
El escándalo sobre vuelos secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se agudizó al conocerse hoy que esa entidad convenció a Alemania para silenciar críticas en la Unión Europea (UE) contra Marruecos.
La CIA utilizó a ese país africano como uno de los principales puntos donde retuvo a supuestos sospechosos de realizar acciones violentas, al considerarlo clave para su declarada lucha antiterrorista en un documento confidencial de inteligencia.
Esa agencia de espionaje norteamericana permitió a un funcionario alemán visitar a uno de sus compatriotas, detenido desde 2002 en Marruecos, bajo sospecha de colaborar con la red radical AL Qaeda, revela el diario británico The Guardian.
A cambio, las autoridades germanas debían presionar en el seno de la UE para evitar condenas a la situación de los derechos civiles en Marruecos y a reducir los pronunciamientos sobre los vuelos furtivos con prisioneros a bordo para luego ser torturados.
Un informe elaborado por el parlamento alemán en febrero pasado demuestra que, en efecto, las autoridades de ese estado europeo visitaron al prisionero retenido en la norteña nación africana, antes de que éste fuera trasladado a Siria en un vuelo secreto.
Además, The Guardian indica que el bloque comunitario redujo al mínimo sus pronunciamientos sobre la situación de los derechos civiles en Marruecos.
Las revelaciones del rotativo británico se suman a las denuncias de la realización de más de 300 vuelos de aviones al servicio de la CIA a través del espacio aéreo y en aeropuertos de naciones europeas, bajo el llamado programa Rendition.
Ese plan, cuya existencia fue reconocida públicamente por la Casa Blanca, consiste en el secuestro de personas a quienes Washington considera implicados en el terrorismo para llevarlos de forma secreta a centros de reclusión, donde son interrogados.
Al respecto, el periódico se refiere a revelaciones que aparecen en el libro Avión fantasma (Ghost Plane), de Stephen Grey, uno de sus reporteros que hace un año denunció por primera vez los vuelos furtivos en Europa.
Grey afirma que uno de los pilotos de la CIA, quienes recibían altos salarios y en muchas ocasiones empleaban identidades falsas, le confesó que el aeropuerto de Prestwick, cerca de la localidad de Glasgow, era un punto muy utilizado para los aviones de la agencia.
Las naves aéreas del aparato de inteligencia estadounidense no tenían necesidad alguna de ofrecer explicaciones sobre los motivos de sus escalas en ese aeródromo, afirmó el citado piloto.
Según Grey, la CIA empleó aviones de la aerolínea Air America, un grupo de empresas privadas que controla en secreto, al igual que de la compañía Aero Contractors.
Luego de trasladar a los detenidos a lugares donde eran torturados, los pilotos se hospedaban en lujosos hoteles, en los cuales realizaban muchos gastos y en ocasiones cometían indiscreciones al efectuar llamadas por teléfonos móviles.
En esas conversaciones revelaban su verdadera identidad y los lugares a donde llevaban a los prisioneros, señala The Guardian.