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Corea del Norte: Un acuerdo y algunas dudas

Fuentes: Argenpress

En el arreglo a «Seis bandas» que lleva a Corea del Norte a la virtual renuncia a su programa nuclear, existe un flanco débil: Corea del Norte que, al descontinuar los esfuerzos que le permitieron desarrollar la bomba atómica, puede haber dado un paso decisivo. La bomba de Corea del Norte es la única del […]

En el arreglo a «Seis bandas» que lleva a Corea del Norte a la virtual renuncia a su programa nuclear, existe un flanco débil: Corea del Norte que, al descontinuar los esfuerzos que le permitieron desarrollar la bomba atómica, puede haber dado un paso decisivo.

La bomba de Corea del Norte es la única del Tercer Mundo que no apunta al Tercer Mundo y la única que trató de equilibrar asimetrías estratégicas que conformaron una desventajosa correlación de fuerzas respecto a Estados Unidos, con quien desde hace 60 años se mantiene técnicamente en guerra.

A cambio de cesar su desarrollo nuclear, Corea recibirá un millón de toneladas de petróleo, Estados Unidos consideraría la posibilidad de excluirla de los integrantes del «eje del mal» y, eventualmente daría pasos hacía la normalización de los vínculos entre ambos países a lo que se suma el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Japón y promesas acerca de la desnuclearización de la península.

Además de las circunstancias actuales, tal vez Corea del Norte trata de ejercer la diplomacia para desactivar una estresante situación que, además de haber ocasionado la Guerra de Corea, durante cincuenta años, la ha obligado a un agotador esfuerzo militar y de seguridad, que consume ingentes recursos.

En la agravación de la situación económica y política de Corea debe haber influido la desaparición de la Unión Soviética, que la privó de ayudas materiales y de respaldo político y sobre todo que, al convertir a Rusia de adversario de Estados Unidos en su interlocutor, provocó un cambió en la correlación mundial de fuerzas, desfavorable para Corea en lo que también debe haber influido el pragmatismo chino.

En tales circunstancias, es lógico que la dirección coreana haya maniobrado del modo que lo hizo: tensar al máximo la cuerda, hasta el punto de realizar su primera prueba atómica, corriendo los riesgo que ello implica, pero obligando a una reflexión global en la que los intereses de Estados Unidos no eran los únicos. Japón, Corea del Sur, Taiwán, Rusia, China y otros estados, equilibraron la arrogancia norteamericana.

La inédita transacción que pudiera convertir a Corea del Norte en paradigma de la desnuclearización al ser el primer país que, como fruto de una negociación internacional transparente, abandona el club nuclear al que recién había ingresado, presenta zonas de cierta incertidumbre.

Los que no creen en la buena fe norteamericana, sobre todo cuando se trata de países socialistas y de asuntos militares, más aún atómicos, las dudas comienzan a concretarse cuando se percibe que desde Washington comienzan a ponerse obstáculos al cumplimiento de lo pactado. Los norteamericanos, además de dar largas para entregar el petróleo prometido, no muestran la determinación necesaria para liberar los exiguos fondos coreanos depositaos en bancos asiáticos y sometidos a embargo.

Lejos de eso, tropas terrestres acantonadas en el sur y la armada norteamericana, integrantes de un grupo de batalla de 30 mil hombres, encabezado por el portaviones Ronald Reagan, cazabombarderos F 117 y F 22, y efectivos de fuerzas armadas de Corea del Sur, acaban de emprender maniobras militares a las que Corea del Norte atribuye objetivos provocadores.

Corea del Norte, uno de los tres países que con Alemania y Vietnam resultaron divididos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y el único que permanece en esa condición, fue escenario de la Guerra de Corea, necesita de un clima de seguridad y confianza que le permita consagrar sus recursos a la edificación nacional.

Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, con la anuencia de China y Rusia, han aprovechado esa circunstancia para lograr una transacción que para ellos implica un desembolso pecuniario insignificante, mientras para Corea del Norte es la renuncia de una seguridad difícilmente conseguida.

Desarmar a Corea del Norte no hace ciento por ciento segura al Asia, único continente donde las armas nucleares se han utilizado y el lugar donde existen los mayores peligros.

El proverbio asiático de: «Aunque tenga cuatro patas, el perro sigue un solo camino» no es exactamente aplicable: seis bandas, no necesariamente hacen un propósito.