El coronel retirado de las Fuerzas Armadas salvadoreñas David Koch Arana, vinculado al terrorista Luis Posada Carriles y denunciado el sábado por el canciller venezolano Elias Jaua como parte de un complot para asesinar al Presidente encargado Maduro y provocar actos terroristas en Venezuela, es veterano del pasado de guerra y represión que ensangrentó el […]
El coronel retirado de las Fuerzas Armadas salvadoreñas David Koch Arana, vinculado al terrorista Luis Posada Carriles y denunciado el sábado por el canciller venezolano Elias Jaua como parte de un complot para asesinar al Presidente encargado Maduro y provocar actos terroristas en Venezuela, es veterano del pasado de guerra y represión que ensangrentó el pequeño país centroamericano.
Desde unos años, Koch Arana, de 60 años, se vinculó a actividades conspirativas que llevaron a su arresto el 6 de mayo de 2010 en una situación más que sospechosa cuando na patrulla de la Policía Nacional Civil lo interceptó cuando iba acompañado de 10 personas más de diferentes nacionalidades entre los cuales un estadounidense (no identificado), seis guatemaltecos, un nicaragüense, un hondureños y un británico.
Entre los seis guatemaltecos también figuraba un coronel.
El británico, Andrew John Mullen, fue nacionalizado en Guatemala en junio de 2009 por decreto ejecutivo y tiene «antecedentes delictivos» en Estados Unidos.
Koch y su ayudante, Jesús Cruz Menjívar, sostuvieron que pertenecen e la agencia de seguridad Corporate Security Consultants, presente a escala centroamericana. Según los archivos, Andrew John Mullen, es director ejecutivo de esta empresa.
El Diario de Hoy reveló entonces que la detención de Koch y su grupo se realizó a las 3.00 p.m. en Sonsonate cuando fueron sorprendidos cerca de la playa Los Cóbanos. Salían de un hotel de la zona. Los sospechosos viajaban en un microbús placas P 540-536, propiedad de Corporate Security Consultants.
A Koch y Cruz se les decomisó un fusil M-16 A2 recortado, en perfecto estado de funcionamiento, sin número de serie, más un cargador y 120 cartuchos.
Los capturados y sus acompañantes dijeron que estaban participando en una supuesta convención de agencias de seguridad en un hotel de playa no identificado.
El reportero del periódico señaló que a sus fuentes «les sorprendió el porqué no fueron detenidos los extranjeros que acompañaban a Koch Arana y a Menjívar. También les pareció raro que hasta un alto oficial de la Fuerza Naval de El Salvador llegara a abogar por los detenidos».
El Diario de Hoy pudo comprobar desde la entrada principal de Delegación de Sonsonate que varios de los detenidos «se paseaban tranquilamente por el parqueo de las instalaciones policiales». Ninguno de ellos estaba esposado «sino que se les vio fumar tranquilamente y platicar con policías y un puñado de abogados que llegaron a interceder por ellos».
Pese a que según la ley, el excoronel no puede portar armas, aunque es militar retirado. Su vinculación laboral a una empresa de seguridad privada tampoco lo autoriza a circular con armamento.
En fusil M-16 es de uso exclusivo de la Fuerza Armada. Koch Arana admitió ante los policías que el fusil -escondido en una maleta de ropa y desarmado en dos partes- era su propiedad. La falta de número de serie imposibilitó determinar la procedencia del arma.
Como se podía prever, Koch y Cruz ni fueron detenidos. Acusados de portación ilegal de armas de guerra fueron luego absueltos por un juez complaciente. Los extranjeros arrestados fueron inmediatamente liberados. Cosas de El Salvador.
Koch y Cruz sostuvieron que pertenecen e la agencia de seguridad Corporate Security Consultants, presente a escala centroamericana.
¿Con la bendición del «comando» derechista?
El Canciller Jaua reveló ayer que grupos desestabilizadores presentes en Venezuela están relacionados con Francisco Chávez Abarca, el exbrazo derecho del terrorista cubanoamericano Luis Posada Carriles en Centroamérica, y Roberto d’Aubuisson, hijo del líder ultraderechista salvadoreño asesino fundador del partido fascista ARENA.
Roberto D’ Aubuisson padre, gobernó El Salvador entre 1982 y 1984, lideró los escuadrones de la muerte, y fue el máximo responsable del terror que costó 50 mil vidas en este país durante la guerra civil de la década de los 80 y el más sanguinario genocida centroamericano junto con el general Efraín Ríos Mont en Guatemala.
ARENA consolidó entonces la dominación norteamericana en esta nación hasta extremos nunca visto. El terrorista Luis Posada Carriles estableció en El Salvador -con Francisco Chávez Abarca- su base de apoyo en la región cuyas ramificaciones quedan hoy a su alcance.
Según una conversación telefónica interceptada entre d’Aubuisson y Koch Arana también se involucra a la dirigencia del Comando de Campaña del candidato derechista Capriles Radonski. El comando ubicó los terroristas extranjeros en «lugares seguros» para que «la gente nuestra esté tranquila», según la grabación.
Detrás del conjunto del complot se detecta la «mano peluda» de la CIA, de los dos ex funcionarios del Departamento de Estado Otto Reich y Roger Noriega, y de Luis Posada Carriles ahora estratega a tiempo completo de la mafia cubano-Venezolana de Miami en sus planes desestabilizadores contra la revolución Bolivariana.
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