“Si en cinco años los uruguayos son más libres, habremos hecho bien las cosas”.
Así decía uno de los pasajes del discurso de asunción del neoliberal presidente Luis Lacalle en marzo de 2020. Es difícil medir la libertad, aunque algunos hechos de este 2022 dejan la sensación que en vez de ser más libres, sucede lo contrario.
Los chats del caso del jefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano siguen dejando al desnudo al oficialismo y sobre todo al Presidente. Cada semana, por no decir cada día, surgen nuevas filtraciones con nuevas aristas que comprometen a la coalición gobernante, golpeando en altas esferas, de carácter delictivo hasta pasando por actos reñidos con la ética.
Hay un hecho que rebalsó el vaso. «No tiene que ver con sus acciones de gobierno, sino con un acto que lo muestra como un inmoral inescrupuloso. Y de eso no se vuelve. Lacalle usó la estructura del Estado para espiar a su ex esposa Lorena Ponce De León. Si es capaz de esta acción sobre la madre de sus hijos, qué no haría contra quienes considere enemigos», señala Carlos Peláez en Caras y Caretas.
Lacalle busca pasar la página, aunque los casos del narcotraficante Sebastián Marset y de Alejandro Astesiano siguen abiertos. A poco de cumplirse su tercer año de gobierno, la mitad de su gabinete ministerial tiene un saldo de aprobación negativo por parte de la población, según una encuesta de la Usina de Percepción Ciudadana (UPC).
Los peor evaluados son los ministros del Interior, Luis Alberto Heber, de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillos, y de Educación, Pablo Da Silveira.No sería de extrañar que los primeros dos estén involucrados en dos casos harto mencionados: Astesiano y Marset.
Escándalo tras escándalo: de los pasaportes truchos (falsos) rusos, del espionaje a la oposición, de servicios paraestatales a empresarios (incluso exmilitares uruguayos residenciados en Estados Unidos), pasando por intentos de ser jefe de barra brava del club Peñarol hasta espiar a la ex primera dama.
Me consta, no me consta
Es que el presidente Lacalle está separado de su esposa y según nuevas filtraciones de otra tanda de chats de su excustodio, por orden del primer mandatario, Astesiano le realizaba seguimiento a Lorena “Loli” Ponce De León sobre sus viajes.
Este miércoles luego que trascendiera el intercambio de mensajes entre Astesiano y Berriel, el número dos de la policía, sobre los pasos dados por Lorena Ponce, la fiscal Gabriela Fossati dispuso que el equipo de investigación de Delitos Complejos indague quién filtró los chats.
El periodista Diego Martini Lemos informó que el custodio también solicitó a Berriel más información, esta vez sobre el viaje de la (ex)esposa del presidente, Lorena Ponce de León a Perú. En julio pasado, Lacalle Pou y su esposa llevaban dos meses separados.
Desde Colombia, Astesiano le trasladó a Berriel la preocupación sobre el viaje: “Solo sabemos que a las 5 tiene que estar en el aeropuerto”. Ante la consulta, Berriel, quien primero contesta que no será sencillo conocer la información, finalmente indica que Ponce de León se iría a Miami y que haría escala en Lima.
El abogado de Berriel, Andrés Ojeda, había señalado que fue el fallecido exministro del Interior Jorge Larrañaga el que dio la orden de que había que obedecer en todo los pedidos de Astesiano. El hijo de Larrañaga retrucó a Ojeda: «De muy baja estofa».
La publicación de estos chats trajeron consecuencias. Los chats salieron a la luz de forma particular por los periodistas que trabajan en el medio El Observador. Estos recibieron presiones para abstenerse de difundirlos por parte de la dirección del medio pro-oficialista y decidieron publicar la información en las redes sociales personales.
Lo que se manejó como un rumor luego se terminó confirmando. Desde Presidencia se llamó para presionar al medio en cuestión para que no se publicaradicha información. Así lo confirmó el periodista Leonardo Haberkorn en el programa “Desayunos Informales” diciendo que “le consta las presiones.”
Según el semanario Búsqueda, el asesor de presidencia, Roberto Lafluf fue quien habló con la editora en jefe de El Observador, Natalia Roba. Lafluf argumentó que no debía de publicarse la información porque se trataba de “información privada de la familia profesional…y por temas de seguridad”
La decisión provino de los dueños. Estamos hablando del grupo de nuevos accionistas liderados por los empresarios argentinos Gerardo Werthein y Gabriel Hochbaum. Estos nuevos adquirentes manifestaron a la prensa apenas adquirieron el medio: «compromiso con la libertad de expresión y al acceso a la información tanto en Uruguay, como en el resto de la región”.
Uno de los argumentos que los dueños esgrimieron en una editorial fue que que la publicación de los chats podía “vulnerar la paz familiar” y que “no hubo censura”. Los chats, precisamente, prueban que no existe tal “paz familiar” y el gremio de periodistas denunció la censura.
Inciertos chats
Los chats de Astesiano son una bola de nieve que ha golpeado en varios frentes del gobierno derechista multicolor que encabeza Lacalle. El rol de Astesiano y las potestades que tenía son alarmantes y preocupantes.
El gobierno sigue sin hacerse cargo de nada. Todo es culpa de gobiernos pasados, de la filtración de los chats, alegando que es un tema privado. El Presidente sigue confrontando con la oposición, tratando a las denuncias como “manija”, “humo”, “pelotazos”.
En la policía solo se ha presentado una renuncia. Los mismos mandos de la policía que están a cargo de la investigación son los que tendrían que estar siendo investigados y al menos apartados del caso.
Se desconoce el rumbo y la capacidad de mando de Luis Alberto Heber delante del Ministerio del Interior. La vieja guardia nombrada por este gobierno ha traído viejas prácticas y problemas nuevos que deja al oficialismo en falsa escuadra y apartado del guión preparado de gobierno. ¿Qué nuevo capítulo traerán los chats?
Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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