El ministro del Interior y viceprimer ministro italiano, el ultraconservador Matteo Salvini dijo que si el Gobierno de Francia no se disculpaba por sus críticas a la gestión italiana de la crisis por el barco Aquarius (negativa a recibir 629 inmigrantes, que debiera seguir hacia Valencia), Roma podría cancelar la cumbre franco-italiana prevista para este […]
El ministro del Interior y viceprimer ministro italiano, el ultraconservador Matteo Salvini dijo que si el Gobierno de Francia no se disculpaba por sus críticas a la gestión italiana de la crisis por el barco Aquarius (negativa a recibir 629 inmigrantes, que debiera seguir hacia Valencia), Roma podría cancelar la cumbre franco-italiana prevista para este viernes.
Pero no se trata sólo de ayuda humanitaria para los expulsados por las guerras y matanzas realizadas y/o apoyadas por los propios países europeos, sino de un enorme negocio criminal.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) informó que al menos 2,5 millones de migrantes (unos 375 mil en la zona del Mediterráneo) viajaron de contrabando en todo el mundo durante 2016, y señaló que las redes de traficantes de personas obtuvieron ganancias por más de siete mil millones de dólares, lo que equivale a lo que Estados Unidos o la Unión Europea destinaron ese mismo año a ayuda humanitaria.
La ONUDD que publica por primera vez este dato, señaló que el tráfico de migrantes «sigue la misma dinámica que otros mercados trasnacionales del crimen organizado», respondiendo a las leyes de oferta y demanda, señaló el estudio. «En la mayoría de los itinerarios también se denunciaron asesinatos sistemáticos de migrantes», además de violaciones, robos, secuestros y esclavitud.
Según los acuerdos internacionales, la trata de personas se caracteriza por «la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación».
El tráfico ilícito termina con la llegada de los migrantes a su destino, en tanto que la trata implica la explotación persistente de las víctimas de alguna manera para generar ganancias ilegales para los traficantes.
El estudio de la ONUDD destaca que la mayoría de la población mundial vive en su país de origen, pero la población migrante ha aumentado en las dos últimas décadas: si en el año 2000 eran 173 millones, en 2017 ya ascendía a 258 millones.
La escasez de canales legales para intentar residir en otro país o los altos costes de la emigración regular impulsan a muchas personas a recurrir a redes criminales, explica el estudio. En 2017 se documentó la muerte de casi 6.200 migrantes en su viaje hacia otro país y, de ellos, el 58% falleció ahogado durante travesías marítimas. Otro 19% murió debido a las duras condiciones meteorológicas o por enfermedades, un 8% en accidentes en vías terrestres y otro 6% en homicidios.
El Mediterráneo es la zona más letal, con alrededor de la mitad de los muertos que se registran en el mundo cada año. «El asesinato deliberado (de migrantes) se registra en la mayoría de las rutas de contrabando», afirma el informe, sin entrar en más detalles.
La ONUDD señala que estas cifras «son solo la punta del iceberg», ya que «es probable que muchas muertes de migrantes no sean documentadas, sobre todo en rutas marítimas no vigiladas, así como en tramos terrestres remotos o inhóspitos».
Xenofobia y guerra de micrófonos
«Sin una disculpa oficial (el primer ministro Giuseppe) Conte no haría bien en ir a París», dijo el líder de la xenófoba Liga Norte a la prensa sobre el encuentro previsto con el presidente Emmanuel Macron. «Nuestra historia de solidaridad, generosidad y voluntariado no se merece un golpe por parte de miembros del Gobierno francés, y espero y pienso que el Gobierno francés va a presentar una disculpa oficial a la mayor brevedad», aseguró Salvini.
El funcionario también aprovechó para acusar a Francia de no haberse hecho cargo de unos 9.000 solicitantes de asilo de Italia que estaban incluidos en el pacto de distribución de refugiados de la Unión Europea. Y urgió a Macron a pasar de las palabras a los hechos y a empezar a acoger a los solicitantes de asilo.
El martes el portavoz del gobierno de Francia, Benjamin Griveaux, había dicho que la actuación de Roma fue cínica e irresponsable. A su vez, un portavoz del partido de Macron, el legislador Gabriel Attal, señaló a la emisora pública del Senado que la posición del gobierno italiano era nauseabunda. El gobierno italiano respondió: «No aceptaremos lecciones hipócritas de países que siempre han preferido mirar para otro lado en los asuntos sobre inmigración».
«La disputa por el destino del barco fue profundamente vergonzosa», señaló por su parte el Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi. «Me avergüenzo como europeo cuando un barco tiene que dar la vuelta y no tiene un puerto en el que pueda atracar», dijo desde Ginebra. «El rescate en el mar es sagrado, sin importar quiénes se encuentren en el barco», sentenció el responsable de ACNUR.
El Aquarius fue rechazado por los puertos italianos el domingo y Roma insistía en que se dirigiera a Malta, algo a lo que a su vez se negaba la isla. Finalmente, España se ofreció a recibirlos y el buque va rumbo al puerto de Valencia, donde se espera que llegue el sábado por la tarde.
Sophie Beau, de la organización humanitaria SOS Méditérranée, que opera el Aquarius, llamó a los países europeos a buscar una solución política a los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo, donde en los últimos años han muerto 15.000 personas tratando de cruzar a Europa. «La prioridad es crear una flota adecuada para llevar a cabo acciones de rescate en el mar. Llevamos diciéndolo 28 meses pero nadie nos escucha», se lamentó Beau.
Mientras tanto, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social española, Magdalena Valerio, afirmó ayer que el Gobierno no descarta otorgar el estatuto de refugiado a los migrantes aunque pidió prudencia. «Cada uno tiene que tener el tratamiento médico, humano y jurídico correcto», aseguró, tras resaltar que 12 comunidades autónomas y 200 municipios se han ofrecido voluntariamente a recibirlos.
Por su parte, el canciller español Josep Borrell, afirmó que la situación pone a flote un problema de fondo que no se resuelve y es que las fronteras exteriores de cada Estado miembro son también comunitarias. «En el pasado hemos dejado a Grecia más bien sola, después a Italia y mañana nos podría tocar a nosotros. De lo que se trata es de llamar la atención sobre un problema que tenemos los europeos, que se manifiesta de manera más grave para algunos, y que hay que hacer frente de manera conjunta», dijo.
Juan Carlos Osuna, Periodista español asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)