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El auge de la extrema derecha en Europa y el conflicto en Ucrania

Fuentes: Rebelión

En virtud de una disputa geopolítica global, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), junto a la propia OTAN, no han dudado en interferir en la política interna ucraniana. Son muchas las voces que alertan o lanzan la pregunta de si estaremos ante un nuevo periodo de «guerra fría». Sin embargo, tal y como señala […]


En virtud de una disputa geopolítica global, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), junto a la propia OTAN, no han dudado en interferir en la política interna ucraniana. Son muchas las voces que alertan o lanzan la pregunta de si estaremos ante un nuevo periodo de «guerra fría». Sin embargo, tal y como señala María Vacas Sentis [1] , debemos recordar que antes del inicio de la Guerra Fría, Europa contó, durante la década de los años 30, con un fuerte apoyo internacional a regímenes totalitarios y fascistas en países como España, Alemania e Italia. El objetivo en aquel momento era crear un contrapoder en Europa ante las ideas socialistas y marxistas en expansión por Europa tras el triunfo de la Revolución de 1917 en el antiguo imperio zarista.

Hoy, más de ocho décadas después de que occidente basara su estrategia en el apoyo a la extrema-derecha para contener a la expansión de las ideas del este, Estados Unidos y la Unión Europea vuelven a repetir la estrategia al apoyar golpes «duros», disfrazados de «blandos» y alentar el auge de la extrema-derecha en el continente. Esta vez no es, sin embargo, con el objetivo de contener una ideología en auge. Esta vez se trata de un conflicto entre potencias capitalistas que buscan incrementar su poder una a costa de la otra.

Contextualizando brevemente lo ocurrido, recordemos que las últimas elecciones presidenciales en Ucrania tuvieron lugar en 2010. El 17 de enero de ese año se llevaba a cabo la primera vuelta de las elecciones, en las que Victor Yanukóvich, del Partido de las Regiones, obtenía el 43,7% de los votos, pasando para el balotaje en segundo lugar Yulia Timoshenko con el 25,05%, líder del Bloque Yulia Timoshenko [2] . Los resultados de la segunda vuelta, con una participación cercana al 67%, determinaron la victoria del opositor Yanukóvich, que se convertía en primer ministro con el 48,95% de los apoyos, mientras que la que hasta ese momento era primera ministra, Yulia Timoshenko, obtenía el 45,47% de los votos. Esa diferencia porcentual se traducía en una diferencia de un millón de votos a favor del líder del Partido de las Regiones.

La distribución geográfica de los votos a favor de Yanukóvich coincide con el tercio oriental de Ucrania, donde también se asientan las ciudades y regiones mayoritariamente de habla rusa.

Una vez conocidos los porcentajes, Yulia Timoshenko y su propio partido no dudaron en negar los resultados electorales que la desbancaban del poder. Sin embargo no encontró en ese momento el apoyo que esperaba tener de los gobiernos europeos y estadounidense, así como de los medios de comunicación. Es interesante recuperar la noticia de uno de los medios españoles más leídos, El País, que se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes defensores de los golpes contra gobiernos democráticos, promoviendo siempre la defensa de los intereses del gran capital lo que lo ha llevado a ser en estos momentos un firme defensor del gobierno de facto de Ucrania, presidido por Arseniy Yatsenyuk.

El 8 de febrero de 2010, este diario español publicaba una noticia con el título de «Europa avala la victoria del opositor Yanukovich en las presidenciales ucranianas» [3] . En ella se presentaban las opiniones vertidas por los observadores sobre el proceso electoral y manifestaban que el mismo había transcurrido «bien» o «muy bien», ya que la elección había cumplido con la «mayoría de los requerimientos de la OSCE y del Consejo de Europa». El propio Joao Soares, que en ese momento era presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE y coordinador de la presencia de los observadores internacionales, calificó el proceso electoral ucraniano como «una impresionante muestra» de proceso democrático. Más sorprendente aún, el propio jefe de la delegación de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, Assen Agov, confirmaba que a pesar de los pronósticos realizados a priori sobre un posible sesgo en la elección, el proceso fue «extremadamente eficiente» y «no partidista». En definitiva, los observadores internacionales se apresuraron a desmentir la teoría de fraude electoral, de los defensores de Tymoshenko.

¿Qué ha ocurrido en estos 4 años para que todo se haya dado vuelta? La discusión gira en torno a la creciente crisis de legitimidad de la Unión Europea en estos años de grave crisis económica y social, que la ha llevado a actuar sin convicción y al servicio de los Estados Unidos. Si el criterio es la falta de legitimidad de Yanukóvich ¿es un golpe de Estado la forma de resolver la supuesta falta de legitimidad de un gobierno?

Es extraño saber que todos los funcionarios políticos en Europa contestarían negativamente a esta pregunta, todos se pronunciarían en contra de un golpe de Estado. Sin embargo, la mayoría de ellos defienden lo ocurrido en Ucrania. ¿A qué se debe esta divergencia? Si nadie discute la legitimidad de origen del gobierno de Yanukóvich, muchos discutieron su legitimidad de ejercicio.

El argumento europeo de que no puede apoyarse un gobierno injusto tiene mucho asidero en la teoría política pero es poco sincero en la praxis política. La respuesta está condicionada por la pugna geopolítica en la que se circunscribe el conflicto ucraniano. Si esta supuesta falta de legitimidad es motivo suficiente para destituir a un gobierno, ¿por qué no se apoya a los manifestantes de España? El nivel de aprobación del presidente español Mariano Rajoy, según la consultora Mitofsky [4] , es de tan sólo el 19%, la más baja de todos los países que analiza su estudio. El de François Hollande, presidente francés con un nivel de aprobación también del 19%. ¿Es legítimo promover la caída de estos gobiernos?

A esta crisis de legitimidad de los gobiernos europeos, se suman los golpes a la democracia implementados con el auspicio de la Unión Europea y comandados por el FMI en países como Italia o Grecia. En ambos países la imposición de gobiernos afines a los intereses del centro europeo llevaron al poder a presidentes que no habían sido democráticamente elegidos. Sin embargo su imposición se hizo porque eran favorables a los intereses del gran capital del centro europeo. El proceso de deterioro progresivo que el Estado ha tenido en el marco de las políticas neoliberales de la Unión Europea, unido a la crisis económica y financiera que arrasa Europa desde el año 2007, y el retroceso democrático en las instituciones, han minado las políticas sociales del Estado de bienestar europeo. Habiendo apostado todo a la salida neoliberal de la crisis, caracterizada por la recuperación del crecimiento económico en el medio plazo, el aumento de las ganancias de las grandes empresas, el aumento de la pobreza y un incremento muy importante de la desigualdad.

Esta falta de legitimidad política en Europa y el aumento de la desigualdad y la pobreza constituyen en caldo de cultivo perfecto para el auge de la extrema-derecha en Europa. «Amanecer Dorado» en Grecia, el «Frente Nacional» en Francia, el PVV en Holanda, son sólo algunos ejemplos de partidos de extrema-derecha que comienzan a ser alternativas de gobierno en sus países.

En las próximas elecciones europeas del 25 de mayo, que coinciden además con las elecciones presidenciales ucranianas, el auge de estos partidos de extrema-derecha va a ser muy considerable a pesar de no comulgar con el proceso de integración europea. En el caso de Francia, el Frente Nacional francés aparece ya en las encuestas como primera fuerza política de Francia, por delante de los conservadores del UMP y del gobernante Partido Socialista. En Holanda, el PVV de Geert Wilder aparece muy cerca de los liberales, disputándose entre ambos la primera posición para el 25 de mayo.

Tomando en cuenta los resultados de las últimas elecciones generales o presidenciales de varios países es evidente el poder que está obteniendo la extrema derecha. Las encuestas indican que su representación experimenta un auge de cara a los próximos comicios. Los resultados de la extrema-derecha muestran cómo ganan terreno en toda Europa: 29% en Suiza (Partido Popular Suizo), 23% en Noruega (Partido del Progreso), 18% en Francia (Frente Nacional), 15,5% (Partido de la Libertad), 9% en Bulgaria (Ataka), 8% en Italia (Liga Norte), 7% en Grecia (Amanecer Dorado) [5] .

Y ¿cómo se relaciona todo esto con el conflicto en Ucrania? Hay que tener en cuenta la composición del Gobierno de facto de Ucrania, donde uno de los principales socios es el partido de extrema-derecha Svoboda. Estos no ejercen cargos de tercera o segunda línea dentro del ejecutivo, sino que su participación en el gobierno implica cargos de primera línea y de gran responsabilidad política. Svoboda cuenta actualmente con el Ministerio de Defensa (el que dirige las operaciones militares contra la población del este y el sur de Ucrania), la jefatura de los servicios de seguridad, la Fiscalía General del Estado, el Viceprimer Ministro y la presidencia de la Comisión Anti-Corrupción, entre otros.

Estos cargos son el reconocimiento por el papel desarrollado en las protestas contra Yanukovich, donde el «Sector Derecho», grupo de extrema-derecha, abiertamente fascista y muy cercano a Svoboda, protagonizó las protestas más violentas, llegando a atentar contra los propios manifestantes del Maidán mediante francotiradores para culpar de violencia extrema al gobierno de Yanukóvich.

Ni la conversación entre el ministro estonio de Asuntos Exteriores, Urmas Paet, con la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton, en la que el primero reconocía que los francotiradores obedecían a los propios manifestantes del Maidán y no al gobierno ucraniano, han modificado la política beligerante de la Unión Europea y su apoyo a un gobierno con representantes de la extrema-derecha [6] .

Teniendo en cuenta esta presencia de la extrema derecha en el gobierno de facto ucraniano es más fácil entender la decisión ilegal tomada el pasado 6 de mayo de 2014 por la que se expulsaba de la Asamblea Nacional de Ucrania al grupo de legisladores del Partido Comunista ucraniano, partido que en las elecciones legislativas había recibido el apoyo de más de 3 millones de ucranianos [7] . Esta decisión recuerda a la tomada por el nacional socialismo de Hitler en Alemania tras las elecciones parlamentarias de 1933, donde los comunistas obtuvieron más de un 12% de los votos y posteriormente fueron excluidos del Parlamento, perseguidos y encarcelados.

Teniendo en cuenta la escalada de la extrema-derecha que se está viviendo en Europa, resulta aún más llamativa la defensa europea del régimen pro-fascista ucraniano, que firmó el pasado mes de marzo el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Es indudable que la batalla geopolítica instalada en el este europeo no es un conflicto entre ideologías, sino que responde meramente al afán imperialista de las potencias mundiales, sin importar la ideología y dándole la espalda a la historia.

En esta pugna global el máximo perdedor está siendo el pueblo ucraniano. Quizás, si seguimos ignorando la historia y manteniendo estas posiciones en Europa, serán todos los pueblos europeos los que pierdan, tal como sucedió en la década de 1930.



[1] Vacas Sentís, M. (2014). «La Europa fascista». Rebelión. 12/05/2014. http://www.rebelion.org/noticias/2014/5/184528.pdf

[2] Es necesario hacer mención, que aunque desde la visión de algunos medios de comunicación occidentales se quiera dar a la pugna geopolítica un carácter ideológico entre izquierda y derecha, la verdad es que ambos partidos se definen como conservadores. La diferencia principal no estriba en su ideología, sino en su orientación hacia occidente o hacía Rusia.

[3] «Europa avala la victoria del opositor Yanukovich en las presidenciales ucranianas». El País. 08/02/2010

http://internacional.elpais.com/internacional/2010/02/08/actualidad/1265583608_850215.html

[4] Consultora Mitofsky (abril/2014). Evaluación de mandatarios América y el mundo. http://consulta.mx/web/images/mundo/2014/201403_Ev_Mandatarios.pdf

[5] «La crisis abre la puerta en Europa al fascismo». Informador.com.mx 23/03/2014 http://movil.informador.com.mx/suplementos/2014/519327/10/la-crisis-abre-la-puerta-en-europa-al-fascismo.htm

[6] «Ministro estonio afirma que francotiradores obedecían a líderes del Maídán en declaraciones con Ashton filtrada». Europa Press. 05/03/2014.  http://www.europapress.es/internacional/noticia-ministro-estonio-afirma-francotiradores-obedecian-lideres-maidan-conversacion-ashton-filtrada-20140305171248.html.

[7] «Escalada fascista en Ucrania, ¡los diputados comunistas excluidos del parlamento!». Rebelión. 09/05/2014. http://www.rebelion.org/noticias/2014/5/184418.pdf

 

Sergio Martín-Carrillo (@Sergio_MartinC) Escuela de Relaciones Internacionales «José Peralta» (IAEN) y miembro de CELAG y Norberto Emmerich (@n_emmerich) Escuela de Relaciones Internacionales (IAEN)