Introducción En línea de continuidad con los discursos y los métodos utilizados por el terrorismo paramilitar de Estado, de los que hablamos en la entrega anterior, hemos de recordar la estrategia propagandística que ha desatado Occidente sobre Siria. Siendo que ésta se ha fundamentado en hechos falsos, como indicar que países como los Estados Unidos, […]
Introducción
En línea de continuidad con los discursos y los métodos utilizados por el terrorismo paramilitar de Estado, de los que hablamos en la entrega anterior, hemos de recordar la estrategia propagandística que ha desatado Occidente sobre Siria. Siendo que ésta se ha fundamentado en hechos falsos, como indicar que países como los Estados Unidos, han estado apoyando una «revolución popular» y «pacífica» en ese país [1].
De manera que, dentro del espectro de los discursos de Occidente, en 2011, inicia una revolución popular que fue reprimida por el régimen de Bashar Al Assad, hasta el punto de llevar al país a una «guerra civil». Y ante tal situación, EE.UU., la OTAN, así como las dictaduras del Golfo, se vieron en la «necesidad» de armar, financiar y apoyar a los «rebeldes sirios«, dado que ellos, supuestamente representan al pueblo sirio.
Empero, Occidente ha mentido respecto a los llamados «rebeldes», ocultando que éstos han sido mercenarios llegados de otros muchos países extranjeros, además de que no se ha referido a sus orígenes extremistas (cuya matriz es Al Qaeda), su ideología wahabí, quiénes los financian, y cómo y porqué llegaron a Siria.
Llegaron arrasando y saqueando las ciudades y pueblos sirios, degollando y ejecutando públicamente a aquellos sirios que no se unieron a ellos, sea cual fuere su religión y su raza. Ocultando además Occidente, que se bombardearon con morteros a la población civil, se utilizaron armas químicas, y que fueron entrenados por la OTAN, así como por sus aliados en Oriente Medio y de que el presidente Bashar Al Assad conto con el apoyo mayoritario de los sirios.
Resultando entonces que, en Daraa y el resto de Siria, esos grupos terroristas takfirís [2] no surgen como una consecuencia de la «inestabilidad» o de la «guerra civil» en Siria, sino que fueron la causa de esa «inestabilidad» en Siria. Siendo introducidos para crear la guerra [3], y no al revés (tal y como parece estar ocurriendo con los narco-paramilitares en nuestro país).
Llegando desde Libia, fueron introducidos por la CIA en el sur de Siria a través de su sede en Jordania (después de cruzar Egipto e Israel), y en el norte a través de Turquía [4], principalmente los miembros del Grupo Combatiente Islámico Libio (LIFG) que más tarde formarían junto a otros yihadistas el Ejército Sirio Libre (los «rebeldes moderados», según la OTAN).
Y desde Jordania, el príncipe saudita Bandar ben Sultan, introdujo a decenas de grupos terroristas que reclutó previamente en diferentes países de Oriente Medio, norte de África, Asia Central y demás. En tanto que, desde los Emiratos Árabes Unidos (EAU), también se exportaron terroristas.
Para lo cual, desde el año 2010, meses antes de que se iniciaran las famosas «primaveras árabes», el régimen de Abu Dhabi firmó un contrato con la empresa de seguridad privada estadounidense Xe Services, antes conocida como Blackwater.
Todo con la intención de crear un «ejército secreto» de mercenarios que combatiera, por un lado, las luchas populares que se iniciaran contra las propias dictaduras del Golfo, como ocurrió por ejemplo en Bahrein, y por el otro, para que rompieran con los movimientos populares, intentando asegurar que el poder permaneciera en manos de gobiernos que fueran proclives a los intereses de EE.UU. y de las principales potencias Europas», como por ejemplo en Egipto y Túnez.
El encargado de la financiación era el jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan, y a cargo del entrenamiento de militares estuvieron los EE.UU., Reino Unido, Francia y Alemania.
Pero, no obstante, tales hechos, las conclusiones de Occidente han sido siempre las mismas: el gobierno de Siria, Rusia, Irán, Hezbolá, las milicias iraquís o palestinas, han asesinan a la población civil siria de forma premeditada, masiva, sin compasión, sin motivos racionales, sólo por puro fanatismo político-religioso.
Agregando, además, que dichos países no han luchado contra el terrorismo, sino que, lo han promocionado con su violencia, y en el caso de Rusia, se ha señalado que ha pretendido extender esa violencia por Europa a través de la «invasión de Ucrania». De suerte que, se les ha identificado como el eje del mal, los populistas, los dictadores, los enemigos de la libertad y la civilización occidental [5].
Ataques paramilitares en América Latina
Sobre la conformación del narcoparamilitarismo, el intervencionismo estadounidense y los discursos creados para ello, también podemos recordar los dos ataques mortales ocurridos en el centro de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Los cuales se darían, después de que, en Israel en 1991, comienza la Conferencia de Paz de Madrid. A partir de que, en Israel, el Partido Laborista tenía claramente mayor popularidad y poder, especialmente cuando el general Yitzhak Rabin ganó las elecciones a primer ministro en junio de 1992.
Y, Rabin parecía estar intentando honestamente llegar a algún acuerdo mutuo con los palestinos, lo que habría requerido la detención y el desmantelamiento de buena parte de los asentamientos ilegales establecidos por la ultra-derecha fundamentalista fanática de sionistas nazis que sostienen que cualquier persona que ceda siquiera un centímetro de «sagrada tierra de Israel», es un traidor.
Así, Rabin y su grupo de trabajo intentaron seguir adelante con el proceso de paz, por lo que, en septiembre de 1993, Rabin estrecho la mano con Yasser Arafat bajo la mirada atenta de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca. Además de que, Rabin le permitiría a Arafat regresarar a Palestina tras 27 años de exilio, en julio de 1994. Actos que se darían seguidos, de los acuerdos con Siria para lograr la paz definitiva sobre las Alturas del Golán, y también con Jordania.
En tal contexto, los ultra-sionistas de derecha se volvieron locos, lo cual se expresaría a partir de acciones como la ocurrida en febrero de ese año, cuando el judío neoyorquino de nombre Baruch Goldstein, miembro del grupo fanático Kach, irrumpe en una mezquita en Hebrón y abrió fuego con su ametralladora asesinando a más de 40 musulmanes que se encontraban orando en el lugar.
Además de que, pocos días después, el 14 de julio de 1994, en un momento álgido en el desarrollo de esta lucha interna insidiosa entre los sionistas y dentro del propio Estado de Israel, se produce la voladura del edificio de la AMIA.
Siendo que, la AMIA de entonces era pro-partido laborista, por lo que ese atentado parece haber sido un claro «disparo de advertencia» de la extrema derecha nazi-sionista contra Rabin y su gobierno laborista, orientado a detener las negociaciones de «paz por territorio» con los palestinos.
Sin embargo, pareciera que el primer ministro Rabin, que era un tipo duro, no «entendió el mensaje», por lo que, el 4 de noviembre de 1995, 16 meses después del ataque a la AMIA, es asesinado, en las calles de Tel-Aviv, por un tal Ygal Amir, un joven estudiante ultra-derechista miembro del movimiento de colonos fanáticos relacionado con el servicio de seguridad interior Shin Beth, que estaba siendo vigorosamente redimensionado por Rabin.
Y, tras la muerte de Rabin, Shimon Peres quedó como primer ministro durante un tiempo, pero en las siguientes elecciones los laboristas fueron barridos cediendo el poder a la ultra derecha sionista que pudo así instalarlo a Benjamin Netanyahu como primer ministro en 1997. Y, desde entonces, la ultraderecha ha estado en el poder con Ariel Sharon, Ehud Olmert, y hoy una vez más, Netanyahu.
De suerte que, las luchas intestinas entre sionistas, tendrían como uno de sus episodios más sangrientos los bombardeos de la Embajada de Israel y, más tarde, del edificio de la AMIA en la República Argentina, que en aquél momento seguramente era percibida por los sionistas ultra-derechistas como un reducto del laborismo [6].
Suscitándose el primer atentado en marzo 1992, demoliendo completamente la sede de la Embajada de Israel, y matando a 29 personas. El segundo, hizo colapsar de manera similar a la sede de la mutual judía, AMIA en julio de 1994, dejando 86 muertos.
Actos que además ocurren cuando era presidente de Argentina, Carlos Menem, quien estaba estrechamente alineado con las políticas globales de los EEUU, así como con las políticas del Estado de Israel y las organizaciones sionistas globales. Y estando como presidente estadounidense en aquél momento, George HW Bush [7].
De manera que, en ambos casos, el gobierno y los medios de difusión inmediatamente presentaron como culpables a supuestos Grupos Terroristas del Fundamentalismo Islámico, e indicaron que éstos utilizaron coches bomba para volar ambos edificios.
Sin embargo, la hipótesis de que el atentado fuera causado por un coche bomba perdió credibilidad cuando el Fiscal de Estado y el Juzgado en el caso, invitaron a inspectores técnicos especializados de la Academia Nacional de Ingeniería de Argentina, para determinar cuáles fueron las causas que hicieron que el edificio de la Embajada colapsara.
Y estos llegaron a la conclusión de que la explosión tuvo lugar en el interior del edificio, y que no fue causada por ningún supuesto coche bomba. Dicho que cobraría fuerza también, a partir de que, un transeúnte pudo filmar desde varias cuadras de distancia la nube en forma de hongo que se elevó en el lugar de la explosión, aspecto considerado por los expertos como un efecto característico que indica una explosión interna [8].
Pero cuando el entonces juez de la Corte Suprema, Adolfo Vázquez, aceptó ese peritaje, fue reprendido públicamente, e incluso insultado por Ram Aviram, entonces embajador de Israel en la Argentina.
Mientras que, en torno a las circunstancias que rodearon al segundo y más mortal ataque contra el edificio de la AMIA, serían diferentes. A partir de que ese edificio, en contraste con la Embajada, albergaba una organización privada argentina – la AMIA – y su organización política hermana, la DAIA.
Además de que, las personas fallecidas serían todas de origen argentino, y la tragedia ocurrió íntegramente bajo jurisdicción argentina. Pero no obstante ello, en el mismo día en que ocurrió la explosión, el presidente Carlos Menem solicitó oficialmente la ayuda del FBI, de la CIA de los Estados Unidos, así como del servicio de inteligencia Mossad y de las fuerzas armadas del Estado de Israel.
De forma que, desde un principio, el caso de la AMIA ha estado plagado de fraudes, mentiras, contradicciones flagrantes, de delitos y corrupción en los máximos sitiales del poder en la Argentina. Por lo que, a largo de más de quince años, el caso AMIA ha pasado por siete tribunales federales.
En tal sentido, en los dos ataques, no se encontraron resto de los supuestos coches-bomba, a excepción de pruebas falsas plantadas por agentes israelíes. Mientras que, en el caso de la AMIA, el Tribunal reclutó al comandante Osvaldo Laborda como perito de la Gendarmería Nacional argentina y dijo oficialmente que no se hallaron los restos del coche-bomba debido a que la explosión enterró sus restos debajo la entrada del ex edificio de la AMIA.
Corrupción y turbios manejes que trascendieron hasta los gobiernos del Matrimonio Kirchner – Néstor y Cristina -, quienes decidieron desechar todo lo realizado en la Causa AMIA y volver a empezar desde foja cero. Dándole así un cheque en blanco a la CIA y al Mossad israelí, quienes fabricaron acusaciones falsas contra Irán [9].
Llegándose al grado de que, los Kirchner acusaron formal y falsamente al ex-presidente iraní Alí Rafsanjani y a siete miembros clave de su gabinete – como Ahmad Vahidi, quien fuera ministro de defensa del presidente Ahmadinejad – de haber financiado y planificado el ataque a la AMIA a través de Hezboláh. No obstante, dichas acusaciones estuvieron basadas exclusivamente en reportes descaradamente falsos proporcionados por la CIA y el Mossad.
Línea dentro de la cual también se ha encontrado el Fiscal del Estado Alberto Nisman, quien se negó a dar la orden de excavar hasta cuatro metros debajo la entrada del ex edificio de la AMIA a fin de determinar, de una vez por todas, si los restos del vehículo existen realmente. Además de que, Nisman se ha dedicado a difundir una versión apasionadamente pro-Israel con un mensaje claramente anti-musulmán respecto del ataque a la AMIA.
Motivos por los que, a fines de 2007, Nisman fue un invitado especial a la Reunión Anual del Congreso Judío Norteamericano, y en marzo de 2009, hizo una exposición sobre el Caso AMIA en la Biblioteca del Holocausto de Nueva York. Así como, para fines del 2008, presentó personalmente un amplio informe sobre el estado del Caso AMIA ante la Corte Suprema de Justicia del Estado de Israel en Tel Aviv [10].
Estados Unidos e Israel ansían el territorio argentino
Desde la década de 1990 -luego de los dos atentados contra entidades judías en Buenos Aires (1992 y 1994), y con más notoriedad a partir de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos. Los territorios pertenecientes a la Triple Frontera del Paraná, así como la Patagonia, tanto en la parte argentina como chilena, se han visto envueltos en discursos que aseguran que la zona se ha vuelto refugio de terroristas islámicos y en un lugar desde donde se financian distintas actividades ilícitas.
Y para lo cual, los medios estadounidenses, incluyendo algunos diarios, canales de televisión, revistas especializadas y sitios web de organismos gubernamentales (en los que se difunden periódicamente documentos oficiales) y ciertos «medios alternativos» (anticapitalistas y antiestadounidenses) principalmente latinoamericanos. Han contribuido en la construcción de una imagen exterior negativa de la llamada Triple Frontera del Paraná (Paraguay, Brasil, Argentina). De manera casi cinematográfica, han indicado que la zona está marcada por la presencia de terroristas islámicos, traficantes de todo tipo de productos y agentes de la CIA.
Sin embargo, tales hechos cobran un sentido más profundo a partir de que, los sionistas tienen interés sobre la Patagonia, desde hace ya muchos años, manteniendo el viejo plan de crear allí un segundo Estado judío [11]. Así como, se pretende conseguir el control de las riquezas naturales del área, particularmente sobre el Acuífero Guaraní, una de las más grandes reservas de agua dulce del planeta ubicada justamente en el subsuelo de la región tri-fronteriza. Y para ello, se ha venido concibiendo Guaraní, desde el Pentágono, como uno de los principales ejes para el establecimiento de una base militar o de inteligencia [12].
Resultando entonces que, a partir del 2001, luego de los atentados en Estados Unidos, la prensa, revistas especializadas y algunas agencias de Gobierno de ese país, empezaron a mostrar la zona como un ejemplo paradigmático de las llamadas «áreas sin ley» o «zonas grises«, como un espacio carente del control del Estado, propicio para el desarrollo de diversas actividades ilícitas, y caracterizado por la presencia de una importante comunidad árabe-musulmana.
Factores que, de acuerdo con el gobierno estadounidense, en su conjunto, han sido favorables para la actuación de células de al-Qaeda y de otros grupos terroristas islámicos como Hezbolá y Hamas. Llegando a ser la Triple Frontera «un área de riesgo global«, comparable, según los EE.UU, a la frontera entre Pakistán y Afganistán y a la triple frontera amazónica entre Colombia, Perú y Brasil.
Sin embargo, hasta antes del 2001, en 1998, la Triple Frontera no era mencionada en el Patterns of Global Terrorism. Tan solo en 1999, en un escueto párrafo, el mismo informe da cuenta de la llamada Triborder Region, señalando que: Los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay consolidaron esfuerzos para contener las actividades ilícitas de individuos vinculados a grupos terroristas islámicos, y siguieron cooperando activamente en los esfuerzos regionales contra el terrorismo. No obstante, se indica en las últimas líneas, «la Triple Frontera sigue siendo el punto focal para extremistas islámicos en Latinoamérica« [13].
Y ya para 2000, el espacio que ocupa la Triple Frontera, en el informe crecerá ligeramente. Observándose en tres párrafos que, la zona continuaba siendo un «punto focal para extremistas islámicos en Latinoamérica», así como se mencionan los esfuerzos realizados por los tres países por ponerle coto a las actividades criminales de individuos vinculados a grupos terroristas de Oriente Medio. Esfuerzos que, no obstante, se recalca fueron permanentemente obstaculizados por la falta de recursos, por la porosidad fronteriza y la corrupción.
Poniéndose como ejemplo, tres arrestos efectuados por autoridades paraguayas: el de un empresario libanés vinculado financieramente con Hezbolá, acusado de violar leyes de propiedad intelectual; el de un palestino que, según se afirmó, amenazó con bombardear las embajadas de Estados Unidos e Israel en Asunción, y que portaba documentos falsos; y el de un supuesto representante de las FARC sospechoso de estar envuelto en transacciones de drogas por armas entre grupos terroristas paraguayos y colombianos.
Pero, a partir del 2001, a raíz de los atentados del 11-S, el Patterns of Global Terrorism, daría mucha mayor importancia a la zona tri-fronteriza que los informes anteriores, mencionando por primera vez a al-Qaeda, aunque sin confirmar la presencia de esta organización en la región.
Ya que, sus mismas fuentes abiertas, fueron producto de la especulación periodística. Ejemplo de ello sería la sección conclusiva titulada «La Triple Frontera como refugio y base de grupos terroristas islámicos«, donde el autor (Hudson) diría lo siguiente: Varios grupos terroristas islámicos incluyendo a Al-Jihad y Al-Gama’a al-Islamiyya de Egipto, Hamas, Hezbolá y al-Qaeda probablemente están presentes en la triple Frontera.
Hezbolá y al-Qaeda probablemente colaboran (entre ellos) en la región, pero no existen pruebas definitivas al respecto.
Pero lo que si queda cada vez más claro, es que, los EE.UU han extendido hacia el Cono Sur, el Plan Colombia, a partir de la demonización de la zona tri-fronteriza. Creando las condiciones para una futura intervención militar norteamericana en la subregión.
Máxime cuando, la Triple Frontera funciona como llave de acceso político y militar a la región amazónica, área que concentra cerca del 50 % de los bosques tropicales del planeta, una impresionante biodiversidad, con decenas de miles de plantas y millones de animales, y donde se encuentra el río más caudaloso y largo del mundo -el Amazonas-, que junto con sus afluentes contienen aproximadamente la quinta parte del total de agua dulce de la Tierra [14].
Así como, vistos en conjunto, tanto el Plan Colombia y el que fuera el Plan Puebla-Panamá, han apuntado al control de todos los grandes ríos y comunicaciones fluviales -sumado a cuantos recursos estratégicos queden a mano- desde el norte de México hasta el extremo sur de Argentina.
Y a nivel global, se puede observar una acelerada «militarización de las grandes fuentes de agua», presentándose como una fórmula -llevada a cabo por potencias extranjeras- para «proteger» los recursos naturales e hídricos. Donde ayudan los llamados proyectos de conservación, que quedan en manos del Banco Mundial y la Organización de Estados Americanos (OEA), ambos controlados por Estados Unidos [15].
Lógica dentro de la cual, el gobierno de Donald Trump ha dado continuidad a los esfuerzos iniciados por Barack Obama por impulsar un nuevo liderazgo en Sudamérica, que contravenga la construcción subregional realizada desde comienzos de siglo por los llamados gobiernos progresistas, plasmada en organismos como el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC. Dado que, rechazan las imposiciones del Fondo Monetario.
Lo cual ha llevado a una mayor transformación de Buenos Aires, desde el 10 de diciembre de 2015, que se ha convertido en una de las capitales para el pretendido nuevo liderazgo estadounidense, estando el presidente Macri como vocero local de las directrices de Washington, sobreactuando (al igual que México mediante Luis Videgaray) posturas intervencionistas contra gobiernos constitucionales como el de Venezuela o ignorando violaciones constitucionales como las sucedidas en Brasil con la destitución de Dilma Rousseff o con la candidatura de Lula da Silva.
Y más aún, a partir de la decisión de Trump de entrar en «guerra comercial» con Beijing, se han redefinido las prioridades, e implementando reajustes en la relación con la región. Así, se ha intensificado el despliegue militar de Estados Unidos, hasta transformar a Argentina, en una estación aeroespacial que supuestamente estará destinada a monitorear el lado oscuro de la Luna.
Pero teniendo el objetivo militar real de «neutralizar» a aquellos países que se opongan a los designios estadounidenses, a partir de crear una ciberdefensa o ciberseguridad regional, que le permita, además, ampliar su proyección económica y militar sobre el continente Antártico [16].
Proyección militar estadounidense que también ya cuenta con enclaves en Chile, Colombia, Paraguay, Perú, las Islas Malvinas -usurpadas a la Argentina por Gran Bretaña-, a partir del alojamiento de una base de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y en distintos países de Centroamérica y el Caribe [17].
[1] Dentro de tal entramado, la CIA en 1949, crea su primera salida de propaganda masiva, Radio Europa Libre. Sin embargo, durante algunas décadas, sus transmisiones serían tan descaradamente falsas que durante un tiempo fue considerado ilegal publicar sus transcripciones en los EE.UU.
Así también, la CIA recluto organizaciones de noticias estadounidenses y de periodistas, los cuales se convertirían en espías y diseminadores de propaganda, mediante la Operación SINSONTE.
Estando a cargo de dicha operación personajes como; Frank Wisner, Allen Dulles, Richard Helms y Philip Graham. Además de que, eventualmente los recursos mediáticos de la CIA incluirán a la ABC, NBC, CBS, Time, Newsweek, Associated Press, United Press International, Reuters, diarios como el Hearst, Scripps- Howard, Copley News Services. Extraído de: Rebelión. Memorial de Atrocidades de la CIA. Por: Steve Kangas. 23-12-2003.
[2] El takfirismo o takfiri es un musulmán que acusa a otro musulmán de apostasía. La acusación en sí se llama takfir, derivado de la palabra kafir, y cuando se describe como «uno que es, o pretende ser un musulmán, se declara impuro», siendo así una corriente herética del Islam que consiste en negar la condición de verdaderos musulmanes a todos aquellos cuyos dogmas o ritos no coincidan plenamente con los propios. Acusar a otros musulmanes de ser takfiris se ha convertido en un insulto sectario, sobre todo desde el estallido de la Guerra Civil de Siria en 2011.
[3] Desde el inicio de estas manifestaciones en Daraa, estos grupos armados bien organizados encabezaron violentas revueltas y dispararon contra la Policía que en muchos casos se encontraba desarmada. Algunos francotiradores dispararon también contra los propios manifestantes y las fuerzas de seguridad, tratando de crear caos, confusión, un incremento de la violencia y provocar el endurecimiento de la respuesta por parte del gobierno. Además, incendiaron las sedes del partido Baas, el Palacio de la Justicia y varios edificios públicos más en esa localidad. Días antes del inicio de estas manifestaciones y revueltas del 17 y 18 de marzo, el gobierno y las fuerzas sirias habían interceptado varios camiones procedentes de Irak cargados con armas, fusiles, granadas y explosivos con destino a Siria a través de Jordania.
Más tarde llegaron los terroristas, en un primer momento también procedentes de Libia donde un mes antes se había iniciado otra guerra de invasión – llamada en occidente «primavera árabe» – organizada por la OTAN para destruir el país y eliminar a Gadafi y su proyecto panafricano.
Con el apoyo de Turquía los terroristas salafistas – patrocinados por la OTAN (incluido Israel, por supuesto) y el Consejo de Cooperación del Golfo – atacaron a las fuerzas sirias y a la población civil que quedó atrapada en medio del fuego cruzado.
Cuando unas semanas más tarde de iniciarse las «pacíficas revueltas» en Jisr al-Shughour (Idlib) el ejército sirio se hizo con el control de esta zona, fue descubierta una fosa común donde aparecieron los cuerpos de al menos 120 policías de esa localidad, muchos de ellos mutilados y degollados. Extraído de: Daraa, el origen censurado de la guerra terrorista contra Siria …
https://adolfoferrera.wordpress.com/…/daraa-el-origen-censurado-de-la-guerra-terroris…
[4] La frontera siria con Turquía, Jordania e Irak era un coladero de terroristas y fundamentalistas, no sólo desde el inicio de las «revueltas» sino desde al menos la invasión de Irak en el año 2003. Algunas zonas dentro de Siria, como la propia Daraa, estaban controladas o bajo la fuerte influencia de sectores extremistas sunís que dieron apoyo a «paramilitares y escuadrones de la muerte» que participaron en la invasión y destrucción de Irak dirigidos por EE.UU. y sus aliados.
Desde estas poblaciones o regiones sirias donde existía desde hace años una fuerte presencia y actividad fundamentalista-yihadista, y que son cercanas geográfica y geoestratégicamente a países como Turquía, Jordania, Irak, Israel, Líbano, o Egipto (como Daraa, Idlib, Homs o Deir Ezzor) surgieron «espontáneamente» las revueltas en Siria.
Liderados por los Hermanos Musulmanes de Siria y el grupo Hizb ut-Tahrir (Partido de la Liberación) – ambos apoyados, entre otros países, por Reino Unido donde residen sus dirigentes exiliados – a los que se unieron otros grupos salafistas posteriormente, como Jabhat al-Nusra y Ahrar al-Sham. Tres meses antes del inicio de las revueltas en Daraa los líderes de la Hermandad Musulmana ya habían expresado «su esperanza de una revuelta civil en Siria», apoyada y organizada desde Washington. El 28 de marzo de 2011 el jefe de esta Hermandad Musulmana siria, Muhammad Riyad Al-Shaqfa, emitió un comunicado señalando el carácter «sectario» e «islamista» de las revueltas y reivindicando su papel protagónico en ellas
Las «revoluciones» y «primaveras árabes» que aparecieron después son el fruto de ese proyecto imperialista occidental largamente estudiado. No eran por lo tanto «revoluciones populares» y «espontáneas» sino un proyecto político-económico bien planificado. para reconfigurar un nuevo Medio Oriente Ampliado , proyecto al que se unieron Reino Unido y Francia como actores principales de la tragedia. Su estrategia imperialista se plasmó en los llamados Acuerdos de Lancaster House.
En 2009 y 2010, el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy negocia con Estados Unidos y con el Reino Unido el rediseño del «Medio Oriente ampliado». La secretaria de Estado, Hillary Clinton convence a Sarkozy para que reactive el proyecto colonial franco-británico, bajo tutela estadounidense.
En eso consiste la teoría del «liderazgo desde atrás». El 2 de noviembre de 2010 -o sea, antes de la «primavera árabe»-, Francia y el Reino Unido firman una serie de documentos conocidos como los Acuerdos de Lancaster House. La parte pública de esos acuerdos anuncia que Francia y el Reino Unido pondrán en común sus fuerzas de proyección -o sea, sus tropas coloniales-, la parte secreta prevé atacar Libia y Siria el 21 de marzo de 2011. Extraído de: Daraa, el origen censurado de la guerra terrorista contra Siria …
https://adolfoferrera.wordpress.com/…/daraa-el-origen-censurado-de-la-guerra-terroris…
[5] Dentro del mismo espectro de imponer el plan geoestratégico de un «Oriente Medio Ampliado» y controlado, así como utilizando la estrategia de tensión, ya señalada. Ocurrieron los atentados contra el semanario gráfico humorístico Charlie Hebdo, en Francia, el 7 de enero de 2015. Acto cometido por dos o tres hombres encapuchados, armados con fusiles de guerra que al grito de «Allahu Akbar» (Dios es grande) acribillaron a las víctimas con una estricta sincronización militar. Además, la inteligencia francesa, de inmediato salió a la caza de «sospechosos»; publicando fotos de dos hermanos franco-argelinos, que terminaron muertos 2 días después. Y que dejaron 12 muertos y una decena de heridos. Extraído de: Red Voltaire. Terrorismo en Francia, para intervenir en Oriente Medio. Por: Stella Calloni.
Todo a partir de que Francia y la Unión Europea reconocieron al Estado Palestino, lo cual disgusto abiertamente al gobierno israelí, así como también le disgusto el hecho de que Palestina ingresara a la Corte Penal Internacional (CPI).
[6] El Consejo de Relaciones Exteriores (CFR – Council on Foreign Relations de EEUU), la Comisión Trilateral, la Conferencia Bilderberg, y Chatham House, el Consejo Judío Mundial, AIPAC, la logia masónica B’nai B’rith, la Organización Mundial Sionista, la ADL, y el Congreso Judío Norteamericano, entre muchas otras. Forman la red de poder que realmente manda y dirige al gobierno argentino. Extraído de: Red Voltaire. Ataques terroristas de 1992 y 1994 en Argentina no fueron de origen islámico. Por: Adrian Salbuchi, James Fetzer.
[7] El ex-presidente Juan Domingo Perón, siempre abogó a favor del Interés Nacional Argentino. Pero, tan pronto como Carlos Menem llegó al poder en 1989, se inclinó ante la presión de George Bush padre y detuvo el acuerdo de cooperación nuclear que Argentina mantenía en materia de tecnología nuclear con la República Islámica de Irán.
[8] Surgieron fuertes rumores que indicaron que lo que realmente explotó fue un arsenal que al parecer los israelíes almacenaban en el sótano del edificio.
Además de que, en el momento de la explosión, un grupo de funcionarios del gobierno laborista israelí se reunían en la sede para discutir asuntos relacionados con el recientemente iniciado proceso de paz de la Conferencia de Madrid, pero «afortunadamente» abandonaron el edificio minutos antes de la explosión. Lo mismo ocurrió con el Embajador quién, casualmente, también se retiró de las instalaciones minutos antes de la explosión. Extraído de: Red Voltaire. Ataques terroristas de 1992 y 1994 en Argentina no fueron de origen islámico. Por: Adrian Salbuchi, James Fetzer.
[9] Un año antes que cambiaran de lugar entre ellos, el entonces presidente Néstor Kirchner, su esposa Cristina y el ministro de Relaciones Exteriores (entonces y ahora), Jorge Taiana, participaron de una reunión secreta en el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York el 21 de septiembre de 2006, junto a ocho de las más importantes organizaciones prosionistas y pro-Israel, que incluyó al Congreso Judío Norteamericano, la B’nai B’rith, ADL y otros.
Y, un mes después, los Kirchner despacharon al fiscal especial Alberto Nisman a los EE.UU., quien se reunió con agentes de la CIA y del Mossad y, a su regreso, Nisman lanzó una acusación formal contra el ex-gobierno iraní de Ali Rafsanjani. Así como el juez en el caso, Rodolfo Canicoba Corral, inmediatamente avaló y apoyó las acusaciones.
Noticia que fue de primera plana en los diarios e inspiró al rabino Israel Singer, director político del Congreso Judío Mundial, a «felicitar al gobierno argentino», por formalizar «la denuncia contra Irán». Extraído de: Red Voltaire. Ataques terroristas de 1992 y 1994 en Argentina no fueron de origen islámico. Por: Adrian Salbuchi, James Fetzer.
[10] Red Voltaire. Ataques terroristas de 1992 y 1994 en Argentina no fueron de origen islámico. Por: Adrian Salbuchi, James Fetzer.
[11] El fundador del sionismo, el Dr. Theodor Herzl, menciona esto en su libro «Un Estado judío«, publicado en 1896, que dio inicio al movimiento sionista. El título de uno de sus capítulos se llama: «¿Palestina o Argentina?». Extraído de: Red Voltaire. Ataques terroristas de 1992 y 1994 en Argentina no fueron de origen islámico. Por: Adrian Salbuchi, James Fetzer.
[12] Para tal fin, Estados Unidos, en contubernio con el Gobierno de Israel, comenzó a esgrimir un argumento tan falso como los utilizados para la invasión y ocupación de Irak. Desde mitad de los 90, con el respaldo del presidente argentino, Carlos Menem, los servicios de inteligencia argentinos y el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, se desplegó una campaña para hacer de la Triple Frontera otro «eje del mal«.
El paso del coordinador de la Oficina Antiterrorista del Departamento de Estado estadounidense, Joseph Cofer Black, por Buenos Aires, dejó en claro que el gobierno de George W. Bush estaba decidido a continuar su estrategia de militarizar la Triple Frontera. Aunque «los argumentos de que el lugar es, o fue, un nido de terroristas islámicos, (…) y refugio de células de al-Qaeda» han caído por su propio poco peso y desmérito. Extraído de: Construcción de la realidad a través de los medios de comunicación: terrorismo islámico, intereses geopolíticos y criminalidad en la Triple Frontera del Paraná. Por: Daniel Bello Arellano. En PDF.
[13] Construcción de la realidad a través de los medios de comunicación: terrorismo islámico, intereses geopolíticos y criminalidad en la Triple Frontera del Paraná. Por: Daniel Bello Arellano. En PDF.
[14] Construcción de la realidad a través de los medios de comunicación: terrorismo islámico, intereses geopolíticos y criminalidad en la Triple Frontera del Paraná. Por: Daniel Bello Arellano. En PDF.
[15] Construcción de la realidad a través de los medios de comunicación: terrorismo islámico, intereses geopolíticos y criminalidad en la Triple Frontera del Paraná. Por: Daniel Bello Arellano. En PDF.
[16] · Alianza. El 4 y 5 de febrero de 2018 el entonces secretario de Estado de EEUU, RexTillerson, se reunió con el presidente Mauricio Macri y su canciller Jorge Faurie y elogió el «liderazgo» de la Argentina en la región, como «paladín de la democracia» en el continente. Comenzó la planificación del dispositivo de seguridad para la Cumbre del G20, cuya organización el gobierno argentino delegó en los estadounidenses.
· TaskForce I. Dos días después de que el excanciller de Donald Trump expresara la prioridades de su gobierno en materia de «seguridad regional», el ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, anunció la creación de una «Fuerza de Despliegue Rápido» integrada por miembros de las tres armas con el objetivo de prestar «apoyo logístico en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo«, proteger los » recursos naturales » y enfrentar las difusas «nuevas amenazas» que define el Comando Sur, entre las que cabría incluir a «grupos mapuches extremistas» , de acuerdo a la definición oficial.
El anuncio aceleró el sinceramiento de la decisión de permitir la participación de las FFAA en asuntos internos, algo explícitamente prohibido por la ley de Seguridad Interior, que solo la habilita para casos excepcionales como las que conducen a decretar el «estado de sitio», con concurso parlamentario.
· TaskForce II en Misiones. Con el mismo libreto y 48 horas después la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos, con anuencia de los ministerios de Defensa y Seguridad Interior de la Argentina, se comprometió a instalar otra fuerza de tareas, ahora en la provincia de Misiones y con el objetivo de «combatir el narcotráfico y el terrorismo» en la zona de la Triple Frontera, según dichos de la ministra Patricia Bullrich, una de las más entusiastas de la carrera armamentista del gobierno de Macri y jefa de sus acciones represivas, que condujeron por ejemplo a las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, en el contexto de la persecución del pueblo mapuche.
En el mes de julio, como refuerzo a la maniobra, el Ministerio de Seguridad destacó cuatro lanchas artilladas israelíes Shalgag MKII, junto a asesores de esa nacionalidad, con el fin declarado de patrullar mil kilómetros de aguas de los ríos Paraguay y Paraná, localizados en la «Triple frontera» compartida con Brasil y Paraguay.
· Inteligencia militar secreta. El Ministerio de Defensa permitió la realización en territorio nacional de ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos durante las jornadas del 2 y 3 de mayo de 2018.
La operación consistió en el traslado de un camión cargado de supuestas armas químicas de «destrucción masiva» y analizar posibles acciones coordinadas para «evitar una catástrofe». El ejercicio en cuestión estuvo destinado en realidad a capacitar a las fuerzas armadas argentinas en acciones de seguridad interior, donde «terrorismo» y «narcotráfico» son instaladas como las nuevas amenazas a conjurar.
· Base estadounidense en Neuquén. El 11 de mayo EEUU retomó la construcción de una base en esa provincia, autorizada en 2012 por el entonces gobernador Jorge Sapag y cuya ejecución se paralizó a consecuencia del escándalo provocado por un intento semejante en Chaco, con duras críticas de la Cancillería argentina y protestas callejeras.
La sede patagónica fue donada por el Comando Sur bajo el paraguas «humanitario«, a pesar de que los propios documentos de ese organismo reconocen que la estructura militar estadounidense «aprovecha las capacidades de respuesta rápida, la colaboración de naciones socias y la cooperación regional dentro de nuestra área de responsabilidad, para apoyar los objetivos de seguridad nacional de los EE.UU., defender los acercamientos sureños de Estados Unidos y promover la seguridad y la estabilidad regional».
La base se levanta a corta distancia del estratégico Aeropuerto Internacional de Neuquén, sobre la Autovía Norte, que une a través de 20 kilómetros las cuatro principales ciudades de la región lindantes con Vaca Muerta, además de permitir el acceso a otra de las zonas de reservas acuíferas más importantes del país.
Un año antes, el entonces embajador interino de EEUU, Tom Cooney, recorrió el lugar, ratificó la realización de las obras y destacó las inversiones de empresas de su país en Vaca Muerta, entre otras Chevron y Exxon Mobil que cuenta con una concesión de 1275 km² y cuyo CEO entre 2006 y 2016 antes de saltar al equipo de Trump fue el ya mencionado RexTillerson, quien tuvo una compensación por sus servicios de U$ 180 millones.El dispositivo impulsado por el Comando Sur constituiría una herramienta esencial para la protección y vigilancia de esas inversiones.
· Bases en Tierra del Fuego. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich y la gobernadora de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Rosana Bertone, firmaron el 31 de octubre 2017un acuerdo para desarrollar una base de vigilancia de explosiones nucleares en la ciudad de Tolhuin -donde ya funciona una estación de monitoreo enlazada a la red de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO)- y un «polo científico» en la ciudad de Ushuaia, destinado a «apoyar tareas que se desarrollan en la Antártida». La actividad se enmarca en el programa Ice Bridge (Puente de Hielo) de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio que se apoya en el trabajo de un avión P3 Orion, que cuenta con equipamiento de última generación de la marina de su país e incluye detectores de variaciones en el espectro magnético y la gravedad terrestre, cámaras infrarrojas y medidores que permiten determinar el grosor de la capa helada antártica.
Las bases constituyen el punto de partida de un complejo militar destinado a monitorear la conexión de los océanos Atlántico, Pacifico e Indico, los enlaces de los extremos Sur de América y África y las rutas hacia la Antártida, la mayor reserva de agua dulce congelada del mundo y el yacimiento de hidrocarburo de más volumen en el planeta.
El punto de partida del acercamiento «científico» se dio en el marco de la visita del ex presidente Barack Obama en marzo de 2016 a la Argentina, durante la que redefinió la agenda de la relación de su país con los gobiernos suramericanos e impuso acuerdos de cooperación que incluyeron una apertura comercial irrestricta, asistencia en la Triple Frontera, asilo a refugiados sirios, la creación de Centros de Fusión de Inteligencia, cooperación de fuerzas de seguridad en el Comando Sur y en el ámbito nuclear y lucha contra el narcotráfico y terrorismo, un temario que poco después Donald Trump se encargaría de desarrollar y profundizar.
· Entrada de tropas extranjeras. El Poder Ejecutivo giró en 2017 y 2018 al Congreso nacional cerca de medio centenar de pedidos de autorización para que efectivos extranjeros entraran al país o fuerzas argentinas participaran en operativos fuera del país. El año pasado los senadores fueron permeables a la demanda y aprobaron los 23 operativos propuestos, sin dictamen de comisión y sin considerar si se involucraban a las fuerzas armadas en ejercicios destinados a situaciones seguridad interior como lucha contra el terrorismo, narcotráfico, narcoterrorismo o contrabando, que la legislación nacional prohíbe de modo explícito.
El 23 de julio de 2018 la Mesa de Entradas del Senado nacional recibió del PEN el programa para el período correspondiente entre 1° de setiembre de ese año y el 31 de agosto de 2019, en el que se repiten muchas de las propuestas del ejercicio anterior, a un costo estimado en $ 444 millones, calculados con un dólar un 30% por debajo de su valor actual. Entre ellas figuran las maniobras más cuestionadas en el período anterior:
– BOLD ALIGATOR (Coordinación EEUU): basado en escenarios de «respuesta a situaciones de crisis y/o amenaza», en base a «disuasión, control del mar, de seguridad marítima y de respuesta humanitaria ayuda/desastre».
– PANAMAX (Convocatoria 4ta Flota del Comando Sur de los EEUU): orientado «evitar que una fuerza terrorista afecte la libre navegación por el Canal de Panamá».
– UNITAS (Acordado por el Acta de la Maritime Staff Talks entre EEUU y Argentina, Mayport, abril 2017. Dirigido por EEUU): con el propósito de «enfrentar amenazas a la seguridad en el hemisferio como el narcotráfico y el crimen organizado».
– GRINGO GAUCHO (bilateral con EEUU): a desarrollarse al paso de un portaaeronaves de la Armada estadounidense y sus naves escolta, por las aguas jurisdiccionales argentinas, con la participación de 5.330 marines USA en el Mar Argentino. Sin fecha comunicada, es probable que se realice en simultáneo con la cumbre del G20, ya que Washington pretende completar su blindaje de seguridad de la reunión y desplegar una demostración de su poderío bélico en el Atlántico Sur, ante potencias competidoras como China y Rusia.
– TEAM WORK SOUTH (en Chile con participación de Gran Bretaña y EEUU): orientado al adiestramiento en guerra antisubmarina, guerra de superficie y defensa antiaérea. Extraído de: Rebelión. Marines desembarcan 07en la Argentina: Las invasiones estadounidenses. Por: Carlos A. Villalba. 07-09-2018.
[17] Rebelión. Marines desembarcan 07en la Argentina: Las invasiones estadounidenses. Por: Carlos A. Villalba. 07-09-2018.
Ramón César González Ortiz es Licenciado en Sociología y Maestro en Estudios Políticos por la UNAM.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.