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El COVID-19 en Perú

Fuentes: Rebelión

El coronavirus va cobrando la vida de cerca de 5000 personas en el mundo (ubicados entre China e Italia, 3.170 y 1.016, respectivamente), y más de 100 mil contagiados. En Perú, el virus ya es una realidad. Y la bolsa de valores de Lima se cayó (15.43% y 10.57% sector financiero y minero, respectivamente). Según el gobierno (a quien le favorece el verano ya que el virus se desarrolla más rápido en estaciones de invierno), que suelta la información a cuenta gotas (para evitar el pánico, que tampoco ha podido evitar), ya hay 71 infectados (la mayoría en Lima y en aproximadamente una semana).

Las ambivalencias del Ejecutivo sobre cómo enfrentar el COVID 19, han generado una histeria colectiva consumista y “preventiva” en algunos sectores sociales. Si bien es verdad, los grupos de poder económico como el farmacéutico, de papel, de venta de mascarillas y de alimentos (cuyos precios se han disparado al 100%), están lucrando con la necesidad de la gente (cuestión que Vizcarra es incapaz controlar), también es cierto que el virus es real y se hace necesario proponer soluciones efectivas para enfrentar la pandemia.

No obstante, la administración Vizcarra, sacó el DU 008-2020-SA, que más que certezas produce incertidumbres (¿aislar a los que vienen de China, Italia, España, sin contar a los que hacen transbordo en otros países, no apunta a un fracaso?), y contradicciones (sin resguardar la salud de lxs que son más vulnerables: lxs adultxs mayores, que han perdido más de 2000 millones de ahorros en AFPs). Y es que el sistema sanitario capitalista peruano no está preparado (sino veamos como se desarrolla el dengue con 25 muertos, desabastecimiento de camas -cobran por noche 90 soles-, el 43.5% de niños desnutridos, seguro social desfinanciado y el caso de los Niños de Pasco), para enfrentar una pandemia de estas características. Por eso es que, de unos cuantos hace una semana, aproximadamente, hemos pasado a 71 contagiados.

Y si bien es verdad, Vizcarra, después de varias contramarchas, acaba de decretar el Estado de emergencia, por 15 días, pues, el problema va a radicar en que el 72% de la PEA vive de la informalidad. Es decir, vive de la venta de su negocio del día a día. ¿Cómo va hacer esta gente para pagar las cuentas de fin de mes teniendo en cuenta que buena parte de la población está sobre endeudada con las tarjetas de crédito? Y en el caso de la prevención sanitaria, ¿Cómo va hacer el gobierno con los 7 millones de pobladores que, según el INEI (LR, 13/03/20), no tienen agua potable? Si hay algo que pone en la agenda el COVID 19 es la crisis de la salud pública y de saneamiento.

La respuesta política de Vizcarra responde a que la pandemia lo estaba desbordando. Y al pasar a la fase 2 (contagio comunitario), pues, con un Metropolitano insalubre y hospitales mal equipados e insuficientes para atender el COVID-19, pues, el mismo tendía a multiplicarse por cientos y luego miles. El Estado de emergencia (liderando el Consejo de Estado), personaliza más la respuesta con el fin de ser más efectivo, pero de no responder a las preguntas anteriores, todo se le puede convertir en su contrario (potenciando la crisis del régimen político). Más aún cuando las medidas que está tomando solo las ha consultado con los poderes fácticos, más no con lxs más afectados: Los trabajadores formales e informales. Una pregunta que nadie le hace todavía a Vizcarra es, ¿Cuántos kits ya compró y cuantos van a ser intervenidos para detectar el virus (en Korea del Sur, se le ha aplicado a más de 200 mil personas, y por eso están revirtiendo la tendencia de ascenso de fallecidos)?

De hecho, que las protestas que se avecinaban como la de lxs trabajadorxs estatales, colectiveros, entre otros, van a tener que suspenderse, mientras que las dirigencias sindicales nacionales (CGTP), sin agenda propia (o llorando sobre la leche derramada), van a verse obligadas de nuevo a ser comparsa del “neoliberalismo” de turno. Una Asamblea de todas las bases sindicales para abordar la pandemia hubiera sido sumamente pertinente para elevar una propuesta al mandatario, pero la que hicieron algunos días, al parecer, no abordó el tema, expresando una falta de tino y de descomposición política extraordinarias de parte del partido que dirige la central mariateguista, por décadas. Lo que habría que destacar es que la crisis pone de manifiesto contradicciones entre el régimen social en que vivimos y los desafíos de la epidemia.

Pero lo que es peor es que el DU 008-2020-SA permite que bajo “contextos extraordinarios”, los empresarios puedan reducir sueldos, suspender haberes, «suspender temporalmente el contrato de trabajo», etc. “…adelantar vacaciones, con cargo a que en un tercer momento pueda pedir el trabajador una licencia, con cargo a compensación y luego se recupera las horas dejadas de trabajar…”, declaró la Ministra de Trabajo, Sylvia Cáceres (RPP, 11/03/20), apuntando a que lxs trabajadorxs tengan que pagar, como siempre, “los platos rotos” y por tanto, dando, talvez marcha atrás en el “aumento de salario prometido”.

A esto habría que agregar que el dólar alcanzó S/. 3. 54 (Gestión, 12/03/20) y que nuestra economía depende de la compra de materia prima por parte de China (minerales, quinua, pescado, etc.), Europa (uvas, arándanos, paltas, pota, mangos, etc.) y el mercado mundial. Y si la economía ingresa a una recesión, pues, la economía peruana también va a ser seriamente afectada (lo cual puede fortalecer la tendencia a la rebelión una vez lxs trabajadorxs pobres se den cuenta que mientras que a ellxs les ajustan, a los ricos les otorgan más beneficios).

Por otro lado, si bien podría ser correcto declarar la cuarentena para evitar un mayor contagio (ya que se encuentra en la fase 2 denominado contagio comunitario), pues una inversión de 265 millones de soles para el sector Salud (la Ministra del MEF prioriza el déficit fiscal), pues, es completamente insuficiente (hay que tener en cuenta que si en Italia, que es un país industrializado, el sistema sanitario colapso, pues en países como el nuestro la amenaza es mucho mayor). Pero todo esto tiene que ver con la política económica “neoliberal”, refrendada por la constitución de 1993, que lo que era un derecho ciudadano como la salud, en una mercancía. Esta cuestión se explica en la investigación de la revista Hildebrant en sus trece, donde se muestran pruebas de como el gobierno de Vizcarra, en colusión con el Congreso disuelto, no solo disminuyeron presupuesto para la salud pública, sino que exoneraron de impuestos a varios grupos de poder por más de 5 000 millones de soles solo el año pasado (van 130 mil millones en exoneraciones tributarias desde el 2010-2019 según la SUNAT -Gestión, 11/09/18-).

Por tanto, desde la revista La Abeja, planteamos:

1- Por el derecho a la salud para lxs trabajadorxs (licencia pagada por enfermedad para todxs, formales y precarios). Por un sistema universal de salud. Agua potable ya para los 7 millones de pobladores peruanos. Control de precios de los alimentos y víveres. Basta de especulación. Y si el precio del barril de petróleo ha bajado a $33 el barril, pues, que el precio del combustible también baje en Perú.

2-Aumento de emergencia del presupuesto a la salud pública al 7% para ser invertido en la compra de camas, kits de test (que fueron claves para disminuir los casos de muertos en Korea del Sur), alcohol en gel, guantes, mascarillas, etc. a la vez que la confiscación de los laboratorios que producen los mismos para ponerlos a funcionar bajo la salubridad del país.

3- Ningún paso atrás en el aumento salarial ni “ceses, ni despidos, ni adelanto de vacaciones ni compensaciones” debería ser aceptado por los sindicatos. Los grandes empresarios han acumulado todo el tiempo del boom de minerales (además de las exoneraciones tributarias), utilidades espectaculares. Más bien habría que exigir más impuestos para los grupos de poder como G y M y demás. Y si hay licencias, estas deben ser al 100% del salario. Por la incorporación de más trabajadores de la Salud y el derecho a la negociación colectiva.

4-Aumento de la pensión de lxs jubilados a 1000 soles para que puedan enfrentar la pandemia, así como una mayor inversión en los planes de asistencia social, para que los beneficiarios que tienen empleo no se vean obligados a ir a trabajar enfermos.

5-Deben organizarse Comités de Seguridad, integrado por profesionales adecuados, las universidades públicas y los gremios sociales, que coordinen con el Estado y manejen la información sobre el avance de la pandemia –contrarrestando el lobby y lucro-, sin ninguna clase de censura como sucedió en China).

6-Formación de Comités de seguridad e higiene en los centros laborales y especialmente en los hospitales, integrados por todas las disciplinas de salud para monitorear la aplicación correcta de los protocolos.

7-Empresa que quiera argumentar el cierre de la misma por razones de caída de la demanda, debe ser puesta bajo control de sus trabajadores, poniendo por delante el derecho constitucional al trabajo como dignificación humana.

8-Que las centrales sindicales convoquen asambleas y plenarios para que lxs trabajadorxs puedan intervenir en defensa de un programa propio y colectivo.

9-Priorizar la deuda social (y no la deuda externa que consume el 25% del Presupuesto nacional). Y con esa plata pagar la deuda social con lxs ciudadanxs trabajadorxs.

10-Por un gobierno del pueblo trabajador.

César Zelada. Director de la revista La Abeja (teoría, análisis y debate).