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Entrevista a Jorge Costa, miembro de la Ejecutiva Nacional del Bloco de Esquerda y uno de sus 16 diputados

«El debate sobre la naturaleza depredadora del capitalismo se ha vuelto popular en Portugal»

Fuentes: Diagonal

Con el 10% de los votos en las últimas elecciones legislativas, el Bloco se consolida como alternativa cada vez para más votantes en Portugal. La victoria sobre el ‘voto del miedo’ hace mella en la hegemonía del Partido Socialista.

DIAGONAL: ¿Cuál es el papel del Bloco en la política portuguesa tras diez años de existencia?

JORGE COSTA:Nos definimos como un movimiento de izquierda socialista que busca constituirse en una alternativa para Portugal, un socialismo del siglo XXI junto a las corrientes que en Europa y el mundo se dedican a esta misma tarea. Somos el partido más joven del panorama político nacional (el 40% de sus 7.000 militantes tiene menos de 30 años), pero estamos integrados por generaciones y sensibilidades muy distintas. La andadura del Bloco comenzó como una convergencia de grupos políticos revolucionarios y de izquierda radical. Hoy, estamos presentes en todo el país y participando activamente en distintas luchas.

D.: En vuestro programa os definís primero como un movimiento anticapitalista. ¿No es poco propositivo, para empezar?

J.C.: La crisis financiera mundial ha hecho evidente para una parte importante de la población las dinámicas salvajes del capitalismo y su modo de organización social que implica la destrucción de libertades, recursos y posibilidades históricas. El debate sobre la naturaleza depredadora del capitalismo se ha vuelto popular, se ha dejado de ver como una «fatalidad» o «el mejor mundo posible». Urge una opción anticapitalista desde la izquierda, pero el Bloco no es solo anticapitalismo. Venimos de una tradición de luchas populares y tenemos propuestas muy concretas, entendiendo el socialismo como forma de organización social libre de explotación, de respeto al entorno, con igualdad, que debe ser construida hoy desde experiencias actuales concretas y como proyecto de futuro. Que ese ‘otro mundo’ se entienda como posible es una condición para la existencia de la izquierda.

D.: ¿Cuáles están siendo los efectos de la crisis en Portugal?

J.C.: Está golpeando a los sectores más desprotegidos con una violencia brutal. El paro está en los mayores niveles de los últimos 30 años, uno de cada cuatro niños vive en la pobreza y hay dos millones de personas bajo el umbral de la pobreza en un país de apenas diez millones de habitantes. Las respuestas del Gobierno son un fracaso absoluto, no hay medidas económicas anticíclicas ni políticas de apoyo a los afectados. Es una situación social insostenible que genera mucha violencia.

D.: Daniel Bensaid planteaba a los nuevos proyectos desde la izquierda dos posibles posturas: de «presión» o de «ruptura». ¿Dónde queréis que se sitúe el Bloco?

J.C.: El programa del Bloco provoca la agresividad de las elites dominantes. Nuestra responsabilidad es la de presentar alternativas políticas concretas que la población explotada pueda entender como suyas, propuestas sencillas que el Partido Socialista y el gran capital rechazan: gravar con más impuestos a las grandes fortunas, prohibir el despido en empresas con beneficios, mejorar los subsidios por desempleo o nacionalizar el sector energético para convertirlo en instrumento estratégico de una política energética al servicio de la población y el medio ambiente.

D.: ¿Cómo es vuestro trabajo con los movimientos sociales?

J.C.: Queremos ser un partido abierto, que el cotidiano de nuestra intervención sea muy visible para la gente, con una presencia muy importante en todas las luchas sociales. Nuestra relación con los movimientos debe basarse en el respeto a su autonomía y en el aprendizaje mutuo entre la intervención política partidaria y su trabajo de base. No planteamos jerarquías respecto a los temas y experiencias de los movimientos, consideramos como un todo esa acumulación de saberes y luchas.

D.: ¿Vuestra apuesta es la de varios proyectos de izquierda, diferentes, o la construcción de uno unitario?

J.C.: La lucha del Bloco es por la destrucción del mapa político tradicional del país. Queremos que el Partido Socialista pierda su lugar histórico de referente principal de la izquierda y la clase trabajadora portuguesa, porque ni ha estado ni está a la altura de lo que es una izquierda transformadora vinculada a valores de igualdad y solidaridad. Hoy, es la herramienta de los proyectos de los sectores más agresivos y más beneficiarios de la desigualdad en la sociedad portuguesa. Queremos construir una izquierda socialista grande, que será diferente a lo que hoy es el Bloco pero mucho más diferente de lo que es el Partido Socialista.

¿El principio del fin del ‘voto del miedo’?

Mientras los dos grandes partidos siguen recibiendo la mayoría de los votos (más del 65%), se fortalecen opciones a la izquierda. Además del Bloco, el Partido Comunista de Portugal (PCP) obtuvo el 7,8% de los votos en las últimas legislativas, en coalición con los verdes. Ante la negativa de estas dos formaciones de izquierda a pactar nada con un PS sin mayoría absoluta, la única opción de José Sócrates ha sido la formación de extrema derecha Centro Democrático Social – Partido Popular (CDS-PP), con un discurso basado en la xenofobia y el populismo.

Esta alianza ha sido vista con buenos ojos por Francisco van Zeller, presidente de la patronal portuguesa, que calificó un posible pacto del PS con el Bloco o el PCP como «trágica». El trasvase de votos del PS al Bloco se ha convertido en una sangría que Sócrates intentó evitar durante toda la campaña con durísimos ataques a la formación anticapitalista.

Ya en junio, el PS recibió un severo toque de atención en las elecciones europeas, cosechando apenas un 26% de los votos mientras PCP y Bloco obtenían el 21%. El desencanto de la ciudadanía con su clase política es más que patente tras registrarse en los últimos comicios una participación de apenas el 60%, la más baja de la historia de Portugal.

http://www.diagonalperiodico.net/El-debate-sobre-la-naturaleza.html