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El entusiasmo con la Cumbre europea del pasado 29 de junio no duró ni tres días

Fuentes: Sin Permiso

Las semialegrías y semicelebraciones que suelen suceder a las Cumbres europeas siguen apagándose. La decimonovena de las cumbres celebrada desde la erupción de la Crisis fue, según dejé ya dicho la semana pasada, la más exitosa, pues tomó, por vez primera en dos años y medio, una decisión que no es totalmente fraudulenta, irracional e […]

Las semialegrías y semicelebraciones que suelen suceder a las Cumbres europeas siguen apagándose. La decimonovena de las cumbres celebrada desde la erupción de la Crisis fue, según dejé ya dicho la semana pasada, la más exitosa, pues tomó, por vez primera en dos años y medio, una decisión que no es totalmente fraudulenta, irracional e irrelevante. Fue, en efecto, un primer paso importante hacia el desacoplamiento entre la banca insolvente y los estados insolventes. Sin embargo, poco han tardado los políticos de las naciones excedentarias en socavar los elementos esperanzadores de esa decisión, tras haber sido derrotados frente a la Troika latina (la alianza espontánea entre Italia, España y Francia). Así pues, no resulta sorprendente que el pequeño entusiasmo generado por la Cumbre del pasado 28/29 de junio apenas haya durado tres días.

Para conseguir ese acuerdo, la Troika latina negoció avances en materia de crecimiento y la financiación de los Estados miembros que no pueden seguir autofinanciándose. ¿A cambio de qué exactamente? Holanda exige un cambio del Tratado, a fin de permitir que el MEE pueda inyectar directamente capital en los bancos. Finlandia sigue exigiendo colateral (una acción de resuelto rechazo a comportarse como un futuro miembro de una unión más estrecha). La CSU bávara amenaza con derribar a la Sra. Merkel por este mismo asunto. El Tribunal Constitucional de Alemania aguarda en los flancos. Grecia, Irlanda y Portugal han quedado petrificados con este acuerdo, a cuenta de algún que otro argumento a favor de dobles y triples raseros. La vaguedad de los ritmos previstos y de las condiciones para las inyecciones directas de capital amenaza, a su vez, con convertir esa idea singularmente buena en letra muerta. En cierto sentido, la Troika latina se aseguró un acuerdo que, lejos de llegar a ponerse por obra, puede terminar en una ruptura total.

El aspecto más llamativo del asunto es la actitud de quienes critican las concesiones de la Sra. Merkel a la Troika latina: su plante hace espectacularmente claro que ni desean poner fin al pánico bancario en la periferia, ni quieren tanpoco que caigan hasta niveles manejables los diferenciales de la prima de riesgo de los países periféricos. Ergo: están más que felices viendo perecer la eurozona. A nadie puede, pues, sorprender que los mercados hayan regresado a sus niveles anteriores a la Cumbre.

Yanis Varoufakis es profesor de Economía en la Universidad de Atenas.

 

Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5130