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Panamá

El espejo mundial de la corrupción

Fuentes: Rebelión

A pesar de que Panamá es un país pequeño en número de habitantes y en población, es el más corrupto del planeta, con una constitución, códigos y leyes que la fomentan. La pasada administración de Ricardo Martinelli Berrocal rompió todos los parámetros de nuestra historia. Algunas aproximaciones indican que se robó más de 4,000 millones […]

A pesar de que Panamá es un país pequeño en número de habitantes y en población, es el más corrupto del planeta, con una constitución, códigos y leyes que la fomentan. La pasada administración de Ricardo Martinelli Berrocal rompió todos los parámetros de nuestra historia. Algunas aproximaciones indican que se robó más de 4,000 millones de dólares, es decir, le quitó a cada panameño un millón de dólares y dejó a más de un millón en situaciones verdaderamente precarias. En ese atraco a los fondos públicos participaron todos los funcionarios, con mando y jurisdicción, por acción o complicidad, que lo acompañaron en su gestión (2009-2014), incluyendo al actual Presidente de la Republica, Juan Carlos Varela.

Las denuncias de actos ilícitos abundan, porque algunos de sus colaboradores se han dado a la tarea de contar la verdad. La indignación ciudadana está creciendo y los panameños exigimos justicia, pero nos preguntamos cómo va a haber justica si los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se desempeñaron bajo las órdenes de Martinell y se enriquecieron con coimas, prebendas, etc. Ahora, ante la presión popular, emiten un fallo para solicitarle al Tribunal Electoral que le levante el fuero electoral por ser el presidente de su partido político; pero ya ese ciudadano abandonó el país, y según las leyes, se le tiene que notificar personalmente, o sea cuando el ex presidente decida regresar, que será después que venzan los términos. Esa actitud de los magistrados deja al descubierto, una vez más, que la legislación panameña está diseñada para proteger a los corruptos, tantos del sector público, como del privado.

Afortunadamente, los panameños nos estamos quitando esa capa gruesa que nos tapaba los ojos. El pasado 29 de enero, el pueblo, espontáneamente, convocó a una multitudinaria marcha contra la corrupción y la impunidad, pero, además, para exigirle al Presidente que convoque a un referéndum para que seamos los panameños los que digamos si los magistrados de la Corte se mantienen en sus puestos o se van. Miles de panameños lucían un pañuelo: Constituyente Soberana Ya. Queremos que sea el pueblo soberano el que tome las decisiones del Estado y fiscalice sus acciones. Que convoquemos a un Proceso Constituyente, que no es más que la activa y permanente participación del pueblo, a través de cabildos abiertos nacionales, el que le coloque cada letra a la nueva constitución. Los ciudadanos y ciudadanas participarán sin intermediarios que son esos cascarones llamados Partidos Políticos, coparticipes de los inimaginables niveles de corrupción a las que se ha llegado.

Con este artículo aspiro buscar el apoyo de todos los hombres y mujeres del mundo que quieren vivir en un mundo donde todos nos sentamos libre, iguales y solidarios.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.