El nuevo Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla asumió el pasado 8 de mayo en una ceremonia en el Parque La Sabana, con el fondo del nuevo y monumental Estadio Nacional que el Gobierno de China Popular está construyendo como regalo a Arias por hacer de «padrino» político para la ofensiva económica y comercial de […]
El nuevo Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla asumió el pasado 8 de mayo en una ceremonia en el Parque La Sabana, con el fondo del nuevo y monumental Estadio Nacional que el Gobierno de China Popular está construyendo como regalo a Arias por hacer de «padrino» político para la ofensiva económica y comercial de China en Centroamérica y América Latina. El apuro de Arias para que estuviera terminada la obra y sirviera de escenario del traspaso de poderes, como emblema majestuoso ante los pobres resultados de su Administración en la reducción de pobreza, del faltante de vivienda, de reducir el creciente desempleo y de un sinfín de necesidades del pueblo, fue infructuoso. El acto tuvo que hacerse a la sombra del Estadio en construcción y al aire libre rebajarlo a un espectáculo de «pasarela» de los salientes y los «nuevos» gobernantes en medio de carretas típicas y bailongo de «carnaval» estilo «El Chinamo».
El discurso y las primeras acciones de Laura Chinchilla luego de su «coronación»
Presidenta, fija las pautas de lo que la burguesía quiere en este segundo período de los llamados «Teleceistas». En su discurso de toma de posesión, Chinchilla acentuó en la necesidad del diálogo, pero advirtiendo que este se debe hacer por canales democráticos y con «responsabilidad». La misma, según la nueva Presidenta, debe entenderse como respeto al Estado de Derecho en primer lugar. Chinchilla luego advirtió que la democracia nada tiene que ver con las vías de hecho: «El disentimiento enriquecedor de la democracia, sin la contrapartida de la responsabilidad, desemboca en el caos y en la ingobernabilidad. Las vías de hecho y la impunidad favorecen al agresor en el Estado, en la familia, en la escuela o en la calle». (Discurso citado).
Terminado el discurso de la nueva Presidenta, la televisión nacional hizo la toma de la represión policial con caballos y macanas contra el grupo de manifestantes que habían convocado a una protesta en el acto del Traspaso de Poderes en el mismo Parque. Para el que no le quedó claro el discurso, Laura Chinchilla y su escudero en el Ministerio de Seguridad Pública, José María Tijerino, lo hicieron más pedagógico para hacer valedera aquel refrán de «la letra con sangre entra». El Ministro Tijerino, señaló ante estos hechos que la policía será «firme» con las manifestaciones. Previamente a estos hechos, los organismos represivos del Estado, OIJ y Fuerza Pública habían invadido el Campus de la Universidad de Costa Rica reprimiendo a un sector de estudiantes y trabajadores de la U.C.R que salieron espontáneamente a reclamar la violación a la autonomía universitaria y a reclamar el matonismo y represión policiaca.
Una semana antes, el 1 de mayo, habían asumido funciones los nuevos diputados a la Asamblea Legislativa y el nuevo Presidente de la misma, el liberacionista Luis Gerardo Villanueva , elegido como tal como resultado del pacto Liberación- Libertarios, hizo un discurso político muy claro respecto al problema más importante de la burguesía: la ingobernabilidad. Señaló el continuador del G38 (la anterior coalición del PLN- Libertarios para aprobar el TLC y la Agenda Complementaria) que la labor en esa asamblea era el compromiso con la democracia y que esta significaba una amplia discusión, pero que, madurada la misma, se tenía que resolver con la votación. Ello se iba a entender como la decisión de no aceptar ninguna práctica de dilación o mecanismos para obstaculizar proyectos.»¡Aplicaré el Reglamento !», señaló categóricamente en su intervención de inicio de la nueva legislatura.
Es necesario que analicemos estos dos aspectos de la política por superar la «ingobernabilidad» de la burguesía en el poder: La concertación y el bonapartismo con la mano fuerte. Ya en el pasado número de la Revista Propuesta Socialista, hicimos un intento por señalar a este gobierno como gobierno del «garrote concertado». El segundo round de los teleceistas es pasar a ejecutar los acuerdos y leyes logradas con el anterior «Capitán».
Para servirse de la mesa hay que continuar con la ofensiva contra los trabajadores y el pueblo
Está la mesa servida para echarle mano a la privatización de los muelles de Limón, de la generación y distribución de energía eléctrica, de los parques nacionales y zonas protegidas, de cuanto recurso haya de interés para la explotación de las grandes multinacionales, de las telecomunicaciones, del espectro de la televisión digital, del desmantelamiento de los servicios públicos para que entre la «competencia» en todos los campos.
Pero de esa mesa se sirven los que están invitados especialmente. Para los demás hay o muy poco o nada. Y es que los indicadores macroeconómicos son alarmantes: un déficit fiscal cercano al 5% del PIB e índices de pobreza y desempleo que crecieron en el último año. Francisco De Paula Gutiérrez, Presidente del Banco Central «… explicó que esa cifra se ubica dentro de las proyecciones realizadas en el programa macroeconómico. Sin embargo, reconoció que un déficit de ese tipo «no es consistente con una economía que tiende a recuperarse», por lo que adelantó que el nuevo Gobierno deberá decidir «si reduce el gasto o busca la generación de nuevos ingresos». (Infolatam/Efe, San José, 6 mayo 2010)
El bonapartismo y la concertación o el «garrote concertado»
La ofensiva de la burguesía en el plano económico vendrá, porque es insostenible este creciente déficit fiscal, con reducciones en los ingresos por caída de la recaudación de Hacienda y con lentas perspectivas para el crecimiento económico y no haya una política por la austeridad del gasto público, es decir recortes en gastos sociales y por un aumento de la tasa de impuestos que algunos hablan debería ser del 16 o 20 %. Chinchilla avisa que sacarán un decreto o ley para que todo proyecto de ley aprobado en la Asamblea Legislativa tenga a la par la propuesta de fuente de recursos para su financiamiento. Los Libertarios que hasta ahora habían planteado su oposición a los impuestos ahora plantean que estarían de acuerdo con un impuesto único y Fernando Herrero, Ministro de Hacienda ha declarado a la prensa que es necesario dotarse de una política o plan fiscal aunque la Presidenta haya señalado que tal opción no es necesaria porque el déficit es «manejable» y se puede mitigar aumentando la recaudación fiscal.
Los rasgos bonapartistas de este Gobierno son de carácter «senil». No es el bonapartismo del figuerismo después de su triunfo de la Revolución de 1948. Figueres era la cabeza de un gobierno bonapartista que arbitraba entre distintos sectores de la burguesía y de la sociedad pero asentado sobre una situación de expansión del capitalismo de la postguerra. Las características bonapartistas de los gobiernos que vienen de la crisis de los años 90s tienen una gran debilidad porque están anclados en una situación mundial y nacional de crisis que lejos de remontarse se profundiza. El bonapartismo del Gobierno de Laura Chinchilla echa los caballos a los manifestantes el 8 de mayo y hace vociferar elevando la voz a Tijerino, que haciendo coro con el Fiscal General D’Allanesse y el Director del OIJ, Jorge Rojas amenazan con el garrote.
Pero mientras esto ocurre la Presidencia ha ido y venido con un discurso que cambia cada veinticuatro horas, según el rosario que toque, sobre cuestiones como el aumento de salarios que se votaron sus diputados. Como hemos visto y en una crisis de indecisión, Laura Chinchilla ha decidido vetar la ley de aumento salarial de los diputados ante el repudio masivo de la población. De haber seguido sosteniendo el galimatías de condicionar el veto a la búsqueda de la fuente que respaldaría tal erogación para hacerle la masa aguada a un acto inmoral, Laura Chinchilla habría acelerado su desenmascaramiento ante el pueblo . Por ahora se salva de esta y la Giganta y sus diablillos seguirán con sus máscaras puestas como en el acto de Traspaso de Poderes, aunque muchos de ellos han dejado en los alambres muchos de sus trapos y entre ellos y la Presidenta se abren más fracturas.
Es entonces un bonapartismo en decadencia y en medio de un país polarizado objetivamente y políticamente y por lo cual la burguesía llama a la concertación. Concertación que es a nivel de la burguesía de conjunto y con las organizaciones sociales (como por ejemplo las ligadas al ambiente, los porteadores, las organizaciones campesinas) y sindicales. Tales son los ejes que anunció Chinchilla para su gestión política.
Una voluntad de garrote concertado (entendiendo este no solo en la represión, sino también como golpes económicos anti obreros y antipopulares), es un hueso duro de roer. La realidad, es otra cosa. Por ahora hay un compás de espera. Las masas están a la expectativa con las primeras decisiones que tome el Gobierno. Y como buen bonapartista éste tratará de hacer un poco de espectáculo: Hará demostraciones por la «seguridad ciudadana» con algunas llamadas al orden a los jefes de policía y alentarán más demostraciones de matonismo como la que hicieron ante los «muchachos y muchachas» estudiantes del Liceo J.J. Vargas Calvo en San Pedro de Montes de Oca o el desahucio del local de SINTRAJAP con decenas de matones el pasado miércoles 26 de mayo en Limón, entre otras demostraciones.
El Gobierno de Chinchilla es más débil que el de Arias
Este Gobierno de continuidad llega con menos de un tercio de los votos del padrón; con una abstención que en términos generales se mantuvo; con un diputado menos en la Asamblea Legislativa y teniendo que abrir el naipe para incorporar distintos sectores de la burguesía pero que es más débil porque ya no se trata de una legislación o un texto de acuerdo de apertura de mercados sino de quienes son los que van a tener los beneficios :¿La ejecución de las aperturas, como por ejemplo en electricidad, telecomunicaciones, obra pública, etc., y para distribuir las cuotas de acceso al comercio de importación y exportación con los nuevos mercados de los TLCs aprobados, como con la Unión Europea y con China, qué sector burgués será ganancioso y cual cargará con las pérdidas?.
¿De la actividad administrativa del Gobierno a cuales sectores se les beneficiará en licitaciones, permisos, asesorías, etc? Esto no aparece muy claro. La alianza primera entre el liberacionismo figuerista, arista y hasta con el Arayista, con sus distintos sectores burgueses detrás, es muy frágil. Lo es por la situación mundial, política y económica y por la situación nacional donde el banquete no se ha terminado de repartir y en varias áreas ni se ha empezado. Las diferencias entre los distintos sectores burgueses respecto del Plan Fiscal, inclusive respecto al aumento vulgar del salario de los diputados (hemos visto al ex ministro de Hacienda Zúñiga oponerse, por ejemplo). Lo hemos visto también en la distribución de puestos como el Relaciones Exteriores o en el Ministerio de Cultura.
Las fluctuaciones en la cotización del dólar muestran una gran incertidumbre en la burguesía. La apertura de los mercados con los TLCs puede que solo sea un alegrón de burro y otros «países» ganen terreno aprovechando las llamadas «ventajas comparativas». La Unión de Cámaras ha publicado el 1 de mayo pasado un campo en la prensa nacional con sus demandas al Gobierno para liberalizar las normas, derechos y jornadas laborales para mejor «competir» en el mercado de los TLCs.
Si bien Marcos Vargas el Ministro de la Presidencia es una importante figura política y con experiencia como ejecutivo en la Presidencia, tanto en la Administración Figueres como en los inicios de la de Arias, no es lo mismo que los «gemelos» Arias que obligaban a toda la burguesía a cerrar filas alrededor del sector que representan. Que Chinchilla ponga a Vargas en su especialidad de componedor o «apaga fuegos» como ella misma lo llama, ya es un signo de que es un Gobierno que no solo tiene que concertar con los otros sino que también lo debe hacer a nivel de los distintos sectores liberacionistas que han vuelto a reorganizarse con la salida de Arias. La debilidad no solo la marca el contexto económico, la división de la sociedad, el empobrecimiento de la población, la no recuperación del empleo( la deuda social que le llama «La Nación» y que dejó Arias), el déficit fiscal y comercial y el lento crecimiento económico, como lo hemos señalado antes. También es débil porque el proceso de desgaste del régimen burgués continuará en un proceso donde la Justicia se ve más necesitada de llenar los huecos de las debilidades de los gobiernos y de la ingobernabilidad en la Asamblea Legislativa. A nivel del Presidencialismo que caracteriza de por sí al régimen, Chinchilla, no tiene ni por asomo el nivel de su antecesor.
La debilidad cubre el Pacto del Gobierno con los libertarios. El mismo no los compromete más allá de la agenda común y no necesariamente del acuerdo en los proyectos específicos. Sin embargo, hay que advertir que si Chinchilla y Villanueva hablan de aplicar la democracia y votar, debería haber también una serie de acuerdos entre estos dos sectores que aseguraría una cogobernabilidad al menos un poco más segura. La profundización de la crisis económica y política de la burguesía terminará fundiéndolos y con ello liquidando a los libertarios como oposición o los obligará a estos a salir a defender a los sectores que agrupan esta formación, que tiene sus intereses muy marcados en la actividad especulativa, inmobiliaria y turismo y que tiene una base social en sectores masivos de la pequeña burguesía que cobrarán las posiciones «revisionistas» de los libertarios al apoyar la corrupción de los diputados con el «salariazo» y con su disposición a aceptar una política de incremento de los impuestos, por ejemplo.
Un compás de espera pero con mucha rabia acumulada
Por ahora el movimiento de masas ha dado un compás de espera. Está a la expectativa de las ilusiones que le creó la nueva figura presidencial. Como hemos visto con la decisión de los diputados de legislar a su favor ha habido un gran descontento y la población ha visto la poca firmeza y claridad de la Presidenta. Dos de los pilares de Laura Chinchilla, la Asamblea Legislativa y el periódico La Nación, han quedado desprestigiados por el descaro de aprobar unos y apoyar otros la sinvergüenzada y corrupta decisión de aumento salarial millonario. La segunda prueba está cerca y es la definición del aumento salarial del segundo semestre. Si las cifras oficiales para los primeros tres meses no alcanzan al 2% de inflación, ya estaría cantado cual va a ser el aumento para el sector privado. Para el sector público sería menos en razón de sentar un precedente para la política de recorte de gasto público si todavía no se define la burguesía por el Plan Fiscal.
Y no solo la figura de la Presidenta sino la misma Asamblea Legislativa que ya ha quedado en figurillas con el «salariazo» tendrá que aprobar en un futuro próximo el paquete fiscal y el curso de desprestigio de esta institución se profundizará. El aumento del Presupuesto de Educación al 8%, recién aprobado por los diputados, que además es un aumento por plazos que no va a significar cambios espectaculares en este sector, ha quedado oscurecido por la voracidad y desfachatez con que los diputados han demostrado justificando el fastuoso aumento de su salario.
En el campo ambiental, el Proyecto Crucitas sigue su curso porque no lo frena la engañosa «moratoria» de la minería de Laura Chinchilla y el conflicto con el sentimiento ambientalista de las masas volverá a salir a flote.
La población, según algunas encuestas, fija sus necesidades en el empleo, la seguridad y la vivienda. La perspectiva de mejoramiento del empleo es muy lejana por la contracción económica mundial y la política de los patronos es la de aumentar la jornada y reducir el salario acogiéndose al Plan Escudo y a la arbitrariedad y el chantaje contra los trabajadores con los que amenazan con los despidos. El empleo que queda es el precario y el informal que por más controles y represión policial será imposible que lo puedan controlar. Vinculado a este grave problema del desempleo y de incremento de la pobreza a nivel de la clase trabajadora y de la pequeña burguesía, la delincuencia aumentará. La actividad del narcotráfico es fundamental en nuestro país y no solo en el consumo interno sino en la actividad de bodegaje, trasiego y lavado en el que la actividad «legal» de sectores de la burguesía se cruza con la «ilegal» en la actividad financiera, inmobiliaria, turística y de exportación. Y esto no es solamente capital local sino capital multinacional.
El Plan de Seguridad del Gobierno para los primeros 100 días solo ofrece más policías y focalización de la actividad policial en zonas, comunidades y hasta colegios específicos. Tal política es solo espectáculo y demostración represiva contra la juventud especialmente que está condenada al fracaso salvo que se propongan el aniquilamiento como lo hace la policía brasileña o mexicana y que tampoco logran acabar con la delincuencia porque esta es hija de este sistema capitalista en decadencia y sin posibilidad de ofrecer la resolución de problemas tan básicos como la alimentación, la salud, la educación, el empleo, la vivienda y la diversión y cultura.
La vivienda es un problema que no solo está en déficit sino que va a aumentar en su demanda y la presión por tomas de tierra volverá pronto a aparecer. A los problemas de las desgravaciones en el campo agrícola y pecuario con los TLC ya suscritos más los nuevos que se han sumado y los que vendrán darán una estocada a la actividad de la pequeña y mediana producción agropecuaria. Las ilusionistas opciones de actividad agrícola orgánica son solo eso porque requiere de un gran capital y por su precio no es de gran consumo. Lo que está dentro de los planes de Laura Chinchilla son la ampliación de la agricultura extensiva del mono cultivo como la piña que seguirá desplazando de la actividad agrícola a muchos pequeños y medianos productores de otros productos agrícolas.
Es fácil para el Gobierno blandir su garrote represivo a grupos pequeños que han salido a realizar algunas manifestaciones , pero será muy distinto con sectores de masas cuando estos salgan a dar sus luchas, porque hay un fuerte sentimiento democrático en las masas y estas demostraciones represivas van a tener respuestas que harán más marcada la polarización.
La posición ante el nuevo Gobierno de las organizaciones sindicales y políticas del movimiento obrero y popular son muy claras
El Frente Amplio está bien ubicado dentro del régimen y hará lo que es característico en el estalinismo reciclado: labor parlamentarista tratando de sacar algún brillo en algún proyecto y tratará de hacer una gestión parlamentaria crítica. Pero la burguesía es la que pone las reglas, no solo en el parlamento sino poniendo a raya con recursos «sucios» como el que ha armado con el OIJ contra el que fuera candidato a Presidente por el FA, el Rector del Tecnológico Eugenio Trejos. Es un claro mensaje al FA para que atempere sus tibias críticas al Gobierno. El FA buscará jugar algún papel en la política de concertación, junto a los sectores de sindicales como los de ANEP y similares de la burocracia sindical.
La burocracia sindical está jugada a la espera de la agenda de concertación mientras el Gobierno impondrá sus políticas de manera «dura». El Gobierno no solo negoció una nueva Convención con la directiva montada por ellos en SINTRAJAP, sino que ya tienen hasta la aprobación expedita del Ministerio de Trabajo de la misma y tiene en desahucio del local de Sintrajap ocupado todavía por la dirigencia sindical a la que el Gobierno le dio Golpe de Estado. Es en esta Convención Colectiva de Trabajo modificada en Casa Presidencial donde se establece el marco legal para la concesión de los puertos. Cada sector de la burocracia hace lo propio para colocarse ante la concertación. Los pasivos y bien portados como ANDE-SEC y las principales centrales que no solo no mueven un dedo sino que hacen lo propio contra los que mueven una uña. La ANEP y UNDECA haciendo algunas acciones controladas, como la huelga de la Imprenta Nacional de la primera para hacerse de un buen lugar en la mesa de negociación, después de haberle regalado flores y una edición especial de recuerdo del Código de Trabajo a Chinchilla, y los activos, como algunos sectores del ICE, APSE, Sindeu, FEUCR que hacen algunas acciones, especialmente la APSE que busca hacerse del ala izquierda de la concertación pero que se une con sectores de la llamada «calle» para amplificarse un poco. Estos de la «calle» son sectores socialistas y que hasta se reclaman del trotskismo, que tienen políticas vanguardistas pero al mismo tiempo oportunistas y capituladoras, especialmente las vinculadas con la UCR respecto a la rectoría y por su especial aprecio al control de los aparatos. Por sus características vanguardistas reducen sus acciones a la ejemplaridad minoritaria y aislada sin ninguna perspectiva. Más allá de provocar desmoralización en sus bases y ofrecerle argumento a los sectores de derecha y al gobierno para justificar sus medidas represivas estas políticas solo los aíslan del movimiento de masas.
En el aislamiento y ante la incapacidad para darse una política seria ante el nuevo gobierno desesperadamente buscan afirmarse en la propagandización de sus organizaciones pero lo hacen para la «escasísima» clientela de la «calle», a la que se le arrima el autodenominado «anarquismo» solo para hacer de ellos su razón de existir, pues el Estado aparece tan abstracto que es mejor tener como enemigo principal a los trotskistas que no son consecuentes con la política de «la calle». El Encuentro obrero popular que organizó Sindeu- PRT y suscribieron MAS y PST se disipó en el mar de la ingenuidad respecto de la posición de las burocracias por la concertación ( incluyendo a la misma dirección de SINDEU que sigue como antes tratando de compañera a la Rectora y a los miembros de la bancada de «izquierda» del Consejo Universitario. Por su inmediatez y oportunismo aparatista, esta izquierda se la devora el Gobierno. Este ya aprobó el aumento al 8% del PIB para educación, consigna limitada del MAS y compañía en el pasado reciente. Ya le llevan adelante los rectores la negociación del Fondo de Educación Superior en frío y las únicas banderas que les quedan son las que se empeñan en encaramarles a sus militantes y simpatizantes en los rituales del 1 de mayo para dar muestra aparente de lo que en esencia poco significan para armar una alternativa al movimiento obrero y popular.
Nuestra política es la de luchar por la unidad de las fuerzas sociales contra los planes del «nuevo» gobierno, desde las bases y contra la concertación y claudicación. Nuestra política es la de exigir un pliego de demandas del movimiento de los trabajadores y el pueblo que debe responder a las necesidades de estos y que el mismo sea discutido y votado en asambleas por centro de trabajo, organización y en las bases para concluirlo en una asamblea nacional del sector de los trabajadores y el pueblo junto a un plan de lucha para preparar el Paro Nacional con el que debemos responderle a la ofensiva del capital, de su Gobierno y sus partidos. En el próximo número formularemos nuestra propuesta de demandas que tenemos los socialistas del POS.