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Francia

El NPA agitado por el movimiento social

Fuentes: Médiapart / Viento Sur

Retroceder para mejor clarificar. El fin de semana pasado, el Consejo Político Nacional (CPN) del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) ha decidido, una vez más, retrasar su primer congreso, tras el, fundador, de enero de 2009. Por causa del movimiento social contra la reforma de las jubilaciones, los encuentros internos de la base anticapitalista han sido […]

Retroceder para mejor clarificar. El fin de semana pasado, el Consejo Político Nacional (CPN) del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) ha decidido, una vez más, retrasar su primer congreso, tras el, fundador, de enero de 2009. Por causa del movimiento social contra la reforma de las jubilaciones, los encuentros internos de la base anticapitalista han sido retrasados a comienzos de febrero, tras un voto apretado (49 contra 42), que ha dividido a cada una de las tres principales sensibilidades (por resumir, los unitarios, los ortodoxos y la dirección, que se sitúa entre los dos). Ninguna relación, a priori, con un presunto problema de la dirección reagrupada alrededor de Olivier Besancenot, que temería no ser mayoritaria ella sola.

«No hay que buscar lectura política en este retraso, explica así Pierre-François Grond, dirigente cercano a Besancenot. Se tenían varias opiniones de comités que no estaban preparados, debido a su implicación en el movimiento social, como en Bouches-du-Rhône en la Haute-Garonne. No se quería correr el riesgo de un congreso chapuza con militantes agotados». Representante de la sensibilidad unitaria (llamada «P3» en la jerga anticapitalista, por «Posición 3»), Fanny confirma: «No era una posición contra otra, todo el mundo estaba dividido, lo que muestra que la organización está viva. Algunos no comprenden este retraso porque han hecho ya asambleas, pero esto va a permitir prepararse a quienes no lo están. Esto permite discutir a nuestro alrededor, integrar para el congreso a nuevas personas conocidas durante el movimiento, y debatir puntos precisos como la huelga reconductible, los bloqueos o los sindicatos».

Del lado de los partidarios de la línea «más revolucionaria» (la «P2»), se apoya también la decisión del CPN. Así, uno de sus representantes, Gaël, estima que «es más bien una buena decisión. Hay que tomarse el tiempo de leer los textos. Y lo fundamental después del movimiento no es discutir en el interior del partido, sino sacar el balance con los militantes de la huelga». Innegablemente la movilización ha hinchado la moral de la tropa, atenuando las divergencias profundas que oponen a los defensores de la unidad con otros partidos de izquierda y quienes privilegian la implicación en la calle y el supersindicato. Una cuarta orientación, defendida por el grupo CRI y un militante de la CGT-Peugeot de Mulhouse, plantea una línea radicalmente revolucionaria, pero que corre el riesgo de ser ultraminoritaria.

Un observador siempre activo y comprometido, el antiguo dirigente de la LCR Alain Krivine, se dice «muy incapaz de predecir los resultados del próximo congreso. Habitualmente, yo era más bien bueno en este tipo de pronóstico, pero ahora me siento un poco perdido. Esto prueba que el NPA no es la Liga, incluso si se ha perdido un cierto número de militantes y mecánicamente los antiguos de la LCR han recuperado más peso. Pero como se han registrado nuevos afiliados durante el movimiento social…». Signo de los tiempos, Krivine ha formado parte de los minoritarios, pronunciándose por un mantenimiento del congreso en diciembre. «Por optimismo, sugiere, ¿qué vamos a hacer si el movimiento resurge en enero?».

El movimiento, una «bocanada de aire»

La vuelta a la calle parece haber actuado como un antídoto a la depresión post-regionales y a las disensiones internas que siguieron. En lugar del congreso, con la sala ya reservada, se organizará el 11 de diciembre una reunión nacional abierta a los simpatizantes con los que se ha participado en las movilizaciones de estas últimas semanas. «Este movimiento contra la reforma de las jubilaciones es un poco el bautismo de fuego que no se tuvo en la primavera de 2009, estima Pierre-François Grond. Un momento en que el NPA ha mostrado una capacidad de intervención sindical, así como una superficie social y territorial sin común medida con lo que podía ser la LCR antes. Se estaba en todos los movimientos, todos los mítines, en toda Francia, y incluso hemos impulsado algunos de ellos. Incluso si no es una victoria, es nuestra primera revuelta. Pero eso no arregla sin embargo la cuestión de las orientaciones y de las alianzas».

Responsable de la corriente «Convergencia y Alternativa» (partidario de la «P3»), Daniele Obono considera también que «el movimiento ha dado nueva confianza, una verdadera bocanada de aire. Es toda la paradoja de la situación: el hecho de haber estado en el movimiento no borra la crisis interna. Todo el mundo se ha movilizado, pero se sigue con una crisis de orientación, ciertamente menos fuerte que tras las regionales, pero entera. Mientras no sea resuelta, el partido no podrá relanzarse». Antiguo candidato a las europeas, pasado de la «mayoría» al lado de Besancenot a la «minoría» en favor de un acercamiento al Frente de Izquierdas, Omar Slaouti espera que «el congreso vaya a servir para zanjar el punto en suspenso desde la creación del NPA: ser un partido realmente abierto que se inscribe en el marco de la recomposición a la izquierda del PS, o ser un partido revolucionario inmaculado». En su opinión, «el Frente de Izquierdas ocupa hoy el espacio que habría debido ser el del NPA» y hay que apostar por las cantonales para «demostrar que hay materia que plantear en el plano político, ciertamente siguiendo siendo anticapitalista e independiente, pero acercando a otras partes el modelo del Limousin con el PCF y Mélenchon, es decir en sintonía con las luchas».

A la inversa, los militantes de la «P2» privilegiando la acción a las elecciones juzgan, como Gaël, que «durante el movimiento, había puntos de unificación importantes -sobre la retirada del texto y el llamamiento a la huelga general- pero también divergencias profundas sobre lo que había que hacer en el movimiento». Y concluye que «hay que estar fuertemente implantado en las empresas que cuentan, como las refinerías. Es la cuestión que se debe zanjar, la de saber donde se pone lo esencial de nuestras fuerzas»

Entre estas dos posiciones («P2» y «P3») se encuentra una dirección que sigue intentando encontrar el punto de equilibrio menos inestable posible. Así como resume Pierre-François Grond, «investigar del lado del Frente de Izquierdas podría concebirse, pero hay sin embargo un problema Mélenchon. La gran Francia republicana, combinando Clemenceau y Jaurès, no es francamente nuestra tradición. Wallonia unida a Francia, francamente nos pone los pelos de punta…. Pero al mismo tiempo, no se puede permanecer en un ejercicio aislado». Entonces, valora la participación en «la construcción de alternativa política unitaria, como proponen Attac y la Fundación Copernic. Es exactamente el marco del que se tiene necesidad, en terreno neutral».

La espinosa cuestión Besancenot

La cuestión de la candidatura a las presidenciales, por su parte, no debeería en cualquier caso ser un tema del futuro congreso. «No estamos apresurados, dice Grond. Sería raro ser los primeros en desenfundar cuando decimos estar en contra del electoralismo. Y, además, no tenemos todas las claves de ese escrutinio. No será lo mismo si se presenta Aubry que si lo hace Strauss-Kahn». Para la línea más «ortodoxa» de la «P2», «hay en primer lugar una crisis de dirección. Vamos a discutir a la luz de un movimiento social enorme, y no de un fracaso electoral, lo que no puede sino ser beneficioso para el NPA, según los términos de Gaël. Esto vuelve a poner en el centro de nuestras discusiones la cuestión prioritaria, las luchas, y no la cuestión electoral».

Derrotista, el viejo lobo Alain Krivine no cuenta con 2012 para recuperarse a tope: «La movilización ha sido muy fuerte, pero no me hago ninguna ilusión sobre el voto útil masivo a favor del PS». En cuanto a la espinosa cuestión Besancenot, queda en suspenso. Tras su melancolía post-regionales, el portavoz y ya dos veces candidato a la presidencial parece haber recuperado su tono político, dejando esperar a sus allegados la hipótesis de una última aparición. Pero, según Alain Krivine, «si Olivier está como siempre muy cómodo en las luchas, sigue sin tener ninguna gana de presentarse. Eso está bien, pues muestra que no le ha cogido el gusto al asunto, pero como no hemos tenido jamás ningún portavoz con tanta presencia mediática y popular, pues es complicado…».

Pierre-François Grond admite por su parte que «la candidatura Mélenchon ha cogido peso durante el movimiento». Pero añade a continuación que «ha perdido muchos puntos entre los militantes del NPA, con su idea de referéndum sobre la reforma de las jubilaciones en el preciso momento en que la huelga general era posible. Como si el poder económico obedeciera a la lógica del sufragio universal. Es un desacuerdo profundo sobre la visión del socialismo». Queda por saber si los militantes del NPA llegarán, por su parte, en febrero de 2011, a una definición común.

Fuente: http://www.vientosur.info/

Traducción de Alberto Nadal