Meter dinero en más planes de rescate para Grecia es como echarlo a «un pozo sin fondo», se oyó ayer decir en el Parlamento Europeo. La advertencia no llega por boca de algún político alemán (por ejemplo, Wolfgang Schauble o Hans-Peter Friedrich) preocupado por el uso que Europa y Grecia dan al dinero de sus […]
Meter dinero en más planes de rescate para Grecia es como echarlo a «un pozo sin fondo», se oyó ayer decir en el Parlamento Europeo. La advertencia no llega por boca de algún político alemán (por ejemplo, Wolfgang Schauble o Hans-Peter Friedrich) preocupado por el uso que Europa y Grecia dan al dinero de sus contribuyentes, sino de Alexis Tsipras, el líder de la izquierda radical griega (Syriza). Pero Tsipras no cree que el pozo sin fondo sea Grecia, como sugieren muchos políticos del norte de Europa, sino los planes de rescate que se empeñan en aplicar la zona euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La UE, dijo Tsipras, debería abandonar «el callejón sin salida» en que se ha metido, admitir que la estrategia no ha funcionado (la deuda no deja de crecer, a pesar de que se negocia ya el tercer plan de rescate y se le han aplicado ya dos quitas, dos reestructuraciones) y «decir a la verdad a los ciudadanos griegos y europeos: se está pagando los errores que los bancos griegos cometieron con los del resto de Europa», no por ayudar a la población. «Se está hablando de si debería haber una tercera quita de la deuda. Empecemos a hablar de algo que impedirá que deba haber una cuarta, porque la tercera es inevitable». Su propuesta: Europa debería renegociar parte de la deuda griega.
La crisis del euro produce a veces extrañas coincidencias. Por ejemplo, el primer ministro de Chipre, el comunista Dimitris Christofias, con -¡horror!- el FMI. Y es que por mucho que le duela al rusófilo líder chipriota, no puede más que dar la razón al organismo monetario internacional cuando sugiere ahora a los gobiernos europeos que acepten pérdidas en sus inversiones en deuda griega para aligerar la carga del rescate… Si no llega a la conclusión de que la deuda pública griega es sostenible y de que el Estado podrá devolver sus préstamos, el FMI se retirará de la operación, al menos financieramente.
La propuesta de Syriza va en la misma dirección, pero a gran escala y prescindiendo por supuesto de los planes de austeridad : una renegociación y condonación de la deuda pública griega y ¿por qué no? de otros países. «Proponemos celebrar una conferencia europea sobre deuda que lleve a resultados concretos y permita perdonar parte de la deuda. Lo mismo que se hizo con la República Federal de Alemania en 1953», planteó ayer Tpsiras en Bruselas, dejando pasmados con la comparación a los periodistas alemanes que la seguían. «Se debe dar una oportunidad a la economía griega para que recupere el aliento, no estrangularla todavía más con un nuevo plan de medidas de austeridad», reivindicó. Y es que el problema no ha sido «la dosis de la medicina» (los planes de austeridad diseñados por el FMI y el BCE) sino la medicina en sí, insiste.
El líder de la oposición griega recordó como, tras la II Guerra Mundial, la comunidad internacional perdonó parte de la deuda pendiente a Alemania y se mejoró sus condiciones de pago, para hacerlo más llevadero y no asfixiar su economía. Grecia, recordó Tspiras, «fue uno de los países que aceptó reducir un 60% de la deuda de Alemania» (en este caso, reparaciones por la I Guerra Mundial) en la Conferencia de Londres. Ahora «hay que dar una oportunidad a la economía griega para que recupere el aliento, no estrangularla con más planes de austeridad», reclamó Tsipras.
¿Otra cumbre internacional?, le respondió escéptico un periodista alemán… «Ha habido muchas cumbres, muchos Eurogrupos y Ecofines, sí, pero sin resultados, porque no afrontan el problema en su globalidad», replica el político griego. A esa conferencia, deberían acudir los Gobiernos europeos y los acreedores privados de Grecia, los bancos, aunque dado que la mayor parte de la deuda está ya en manos de los inversores públicos, son estos los que deberían asumir pérdidas (los Estados, el BCE…). La solución podría aplicarse también a otros países de la zona euro, como España, ahogados por sus deudas, en este caso más privadas que públicas en su origen.
Es un discurso conocido el de la izquierda radical griega, pero era la primera vez que llegaba de primera mano a Bruselas, al Parlamento Europeo, donde Tsipras ha sido invitado por Izquierda Unida Europea. Se entrevistó también con el presidente de la institución, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, que se mostró poco interesado en su propuesta: «No es lo más urgente en cuanto a los problemas que tenemos que resolver, con independencia de que pueda ser interesante», zanjó educadamente Schulz. Entretanto, la troika internacional se dispone a volver a Atenas para negociar con el Gobierno el nuevo plan de ajuste (incluye recortes por valor de 12.000 millones, en una economía que lleva ya cinco años en recesión) y preparar el terreno para firmar el que será el tercer plan de rescate de para el país en menos de tres años. ¿Quién está cavando el pozo sin fondo?
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/bruselas-navarro/?p=493