Como es tradición, cada año, desde inicios de la republica peruana, los gobernantes de turno (dictadores o democráticos) celebran las fiesta nacional y por ello, cada 28 de julio rinden cuentas de sus actos, ante el congreso de la república, si fuese el caso. Allí, no sólo mencionan sus logros, sino que también, hacen anuncios […]
Como es tradición, cada año, desde inicios de la republica peruana, los gobernantes de turno (dictadores o democráticos) celebran las fiesta nacional y por ello, cada 28 de julio rinden cuentas de sus actos, ante el congreso de la república, si fuese el caso. Allí, no sólo mencionan sus logros, sino que también, hacen anuncios de futuras acciones políticas para atender su agenda haciendo frente a las demandas populares o tratando de resolver problemas que afectan al país, buscando hacer prevalecer sus intereses, los mismos que se sujetan a los del capital extranjero.
Como no podía ser de otra manera, en una sociedad de clases, los medios de comunicación masiva, bajo el control de la clase dirigente, y con periodistas a su servicio, brindan cobertura a todos los actos oficiales que implica esta festividad, evaluando el balance de la gestión de gobierno actual, ignorando ó tergiversando las luchas de la clase trabajadora, y tomando posición por la patronal gubernamental. Las autoridades de turno, los dirigentes políticos, los analistas a sueldo, son los protagonistas de la escena nacional.
Si optamos el punto de vista del interés popular, podemos enfocar la situación real de la clase trabajadora de la ciudad y del campo; en tal sentido, la condición de la clase trabajadora en relación a las relaciones de producción, no han sufrido cambio alguno, es más, con la incorporación de nuevos instrumentos tecnológicos, y la mayor penetración y sometimiento incondicional, al capital foráneo, se ha intensificado la explotación, y con ello todos los males colaterales que agobian a la clase trabajadora sumiéndola en la pobreza y el desamparo.
Sin embargo, las luchas del pueblo peruano se intensifican siendo los maestros de escuelas públicas y los médicos del sistema de salud estatal, los que destacan, también se puede apreciar a trabajadores mineros, y otros gremios que se declaran en huelga por mejoras salariales y de condiciones de trabajo.
El gobierno de PPK, incapaz de atender las justas demandas, apela a medidas represivas declarando estados de emergencia y la intervención policial para sofocar las movilizaciones y bloqueos de carretera que realizan los trabajadores.
El pueblo peruano está acumulando experiencia de lucha, así lo demostró el pueblo del distrito de Puente de Piedra, al norte de Lima, que se opuso abiertamente al cobro del peaje en la panamericana norte, ya que era abusivo e injusto y que beneficiaba, escandalosamente, a una filial de Odebrecht -empresa cuestionada por corrupción- logrando erradicar el cuestionado peaje. De esta manera, la práctica nos demostró que para lograr reivindicaciones populares, hacer prevalecer los intereses de la mayoría popular, se debe tomar medidas de fuerza colectiva, denunciando y haciendo movilizaciones, sólo así, el pueblo podrá hacer retroceder a las autoridades incapaces y prepotentes, que se coluden con empresarios corruptos, para seguir esquilmando al pueblo.
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