Tras 14 horas de sesión, el Senado uruguayo votó en contra del desafuero del senador del ultraderechista Cabildo Abierto y excomandante del Ejército, Guido Manini Ríos, imputado de omitir la admisión del represor José Nio Gavazzo en un Tribunal de Honor militar de 2018, donde éste reconoció que había hecho desaparecer el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro en febrero de 1973, durante la dictadura civil-miltar (1973-1985).
El artículo 114 de la Constitución uruguaya marca que se necesitan dos tercios de los 31 senadores para aprobar una medida de este tipo. Pero sólo los 13 legisladores del Frente Amplio y dos de Ciudadanos, facción del Partido Colorado, emitieron votos favorables.
El desafuero de Manini Ríos fue solicitado el primero de noviembre de 2019 por la justicia para poder imputar a quien fuera comandante en jefe del Ejército entre 2015 y 2019 por la omisión de denunciar la confesión del exmilitar Gavazzo por la desaparición y muerte de un guerrillerodurante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985).
La confesión de Gavazzo sobre la muerte del tupamaro Roberto Gomensoro en 1973 salió a la luz después de que en 2019 se publicaran actas del Tribunal de Honor del Ejército en las que había documentos que incluían las declaraciones del exmilitar. Sin embargo, dichas declaraciones fueron omitidas por el Tribunal de Honor y nunca fueron llevadas a la justicia.
Si es inocente, nunca podrá probarlo. Si es culpable, queda impune, sintetizó Ladiaria.. El Partido Nacional (PN), Cabildo Abierto (CA) y el sector del Partido Colorado que lidera Julio María Sanguinetti decidieron evitar que se formara la mayoría de dos tercios necesaria para permitir que el ex comandante compareciera ante la Justicia.
La cuestión central era el relato de Manini Ríos, que contracdecía a todas las otras personas interrogadas por la Fiscalía y no demostró que haya ocurrido lo que él dice. Había dos opciones: dejar que el Poder Judicial analizara el caso y resolviera, o impedir que lo hiciera. Se impuso la segunda opción, y esto deja un saldo muy problemático para el futuro democrático del país.
Para maquillar ante el país esa decisión, se habló en el Senado de la Guerra Fría y también de Dios, de Fidel Castro y de Gilberto Vázquez; de intentos de fracturar la coalición “multicolor” derechista de gobierno y de frenar el ascenso político de Manini. Se alegó que el fiscal debería haber actuado de otra manera, que una cantidad importante de personas votaron para que el conductor de Cabildo Abierto ocupara una banca en el Senado, y que el represor Nino Gavazzo ya fue condenado dos veces.
Los ataques de la derecha a la justicia no se obviaron en el Sdnado ya que en varios de los alegatos contra el desafuero se se dijo que el sistema judicial no ofrece garantías de imparcialidad e independencia. El debate incluyó acusaciones directas o indirectas de mentir con intenciones viles.
Manini Ríos, en un discurso poco conciliador señaló que está «convencido de que hay una operación para dividir, para fracturar la coalición de gobierno, sacando del medio a uno de sus principales sostenedores». Recordó su promesa electoral de no ampararse en los fueros parlamentarios, pero argumentó que hay «nuevos elementos que surgieron» desde aquel entonces.
Asimismo, acusó una «campaña de enchastre» que lleva varios meses y manifestó su «más profundo rechazo a la muerte de un detenido desaparecido». Criticó a quienes «izaron la bandera con la hoz y el martillo, la bandera soviética a la sombra de la cual decenas de millones de personas pagaron con su vida la lucha por la libertad».
El senador frenteamplista Charles Carrera, leyó las actas en las que Gavazzo reconoció haber tirado al río Negro el cuerpo del tupamaro Gomensoro. «Este plenario tiene por delante resolver una cuestión fundamental: dar lugar o no a la verdad y la justicia», dijo Carrera. En tanto el senador y dos veces presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, defendió su posición en contra del desafuero de Manini Ríos. «No veo una intención criminal, de ocultamiento, en la conducta del comandante en jefe», manifestó.
En televisión , Maninio Ríos consideró que los familiares de los desaparecidos «siguen prisioneros de ese odio que los ha movido toda la vida» y que «tienen que fabricar un enemigo porque sino no tienen razón de existir si no hay un enemigo presente». Lejos de bajar el tono, agregó que «Pareciera que simplemente lo que quieren es seguir en esa lucha permanente. Los mantiene vigentes, con protagonismo. No digo que sea así, sino que pareciera por la forma en la que actúan».
Ignacio Errandonea, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, aseguró Manini «Es un tipo que está educado en la doctrina de la seguridad nacional, que divide entre los amigos y los enemigos. Dice que todo el que es crítico es un enemigo, él está educado en el odio y la cobardia escondiéndose en el uniforme. (…) «En realidad el que está enfermo de odio es Manini, que nos sigue negando información».
Más allá de la grieta, la disputa puso en tela de juicio reglas de juego básicas para la convivencia democrática y será difícil mitigar el daño a las instituciones y a la democracia.
Luvis Pareja. Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)