Traducción para Rebelión por Chesús Yuste Cabello
¿Tuvo el Sinn Féin unas buenas o unas malas elecciones el 5 de junio? Las dos cosas, es la respuesta honesta.
En 2004 el Sinn Féin dio el mayor salto adelante en los 26 Condados [la República de Irlanda, tal como la llaman los republicanos] triplicando su representación municipal, asegurando un escaño europeo en Dublín y quedando muy cerca de alcanzar un segundo escaño en el Noroeste. Este resultado, junto al éxito del Sinn Féin al obtener un escaño europeo en el Norte, sacudió el establishment político a ambos lados de la frontera.
Iba a ser difícil mantener esa tasa de crecimiento en el Sur, aún más después del significativo revés para el Sinn Féin en las elecciones generales de 2007.
Llegamos a las últimas elecciones con 51 concejalías en consejos de ciudad y de condado y salimos con 54. Hicimos importantes avances en Limerick, Wicklow, Cork, Tipperary y Kilkenny. Nuestro voto europeo subió en conjunto, y subió significativamente en las circunscripciones del Sur y del Este.
Decisivamente, nuestro voto en todo el Estado, en términos reales y en porcentaje, subió sobre la pobre actuación de 2007. No obstante, en un número de municipios, la ciudad de Dublín en particular, nuestra cuota de voto descendió. Perdimos tres escaños en el Ayuntamiento y uno en Fingal.
Las mayores pérdidas fueron las de nuestra eurodiputada por Dublín Mary Lou McDonald, en el que fue el escaño más estrechamente disputado en estas elecciones. Siempre iba a ser un escaño difícil de conservar, una vez que Dublín se había reducido a una circunscripción de tres escaños [en 2004, era de cuatro].
Oficialmente el Sinn Féin ha argumentado que fue una buena elección, particularmente en el contexto de los resultados de 2007. Otros han descrito de forma estrafalaria nuestros resultados como una «fusión» [de fundirse, derretirse…]. Algunos comentaristas han preguntado cómo es que la europarlamentaria del SF Bairbre de Brún puede encabezar las elecciones en el Norte, mientras el partido en el Sur parece estancarse.
La valoración más justa de nuestra actuación electoral en los 26 Condados desde el punto de vista de éste que escribe es que nos mantuvimos… lo justo. Sin duda estamos en mejor posición hoy que la semana después de las elecciones generales de 2007. Ahora tenemos representación en 31 de los 32 Condados [alusión a la isla completa]. No obstante, también necesitamos preguntarnos por qué, en el momento en que el Gobierno era el objeto de tal ira pública en ebullición, nuestro partido no creció más allá de las ganancias de 2004.
El Sinn Féin hizo una buena campaña. Nuestro mensaje político fue claro. Exigimos el final de las fallidas políticas socioeconómicas derechistas tanto del Fianna Fáil como del Fine Gael. Ante la masiva pérdida de empleo, la creciente crisis de la vivienda, un sistema de salud en caos y los amplios recortes en educación y transporte público, dijimos que había un camino mejor. Argumentamos que no era suficiente con criticar los fracasos del Gobierno, y que la oposición tenía una responsabilidad en trazar una alternativa real.
A este fin, el Sinn Féin presentó propuestas detalladas para el mantenimiento y creación de empleo, y para afrontar el déficit público. También trazamos muchas alternativas positivas sobre asuntos tales como la crisis bancaria, vivienda, salud y prestación de servicios municipales. Llamamos a los votantes a convertir su ira hacia el Gobierno en una acción positiva para cambiar a nivel local, nacional y europeo.
Aunque muchas personas escucharon nuestro mensaje, un número significativo eligió al Partido Laborista en lugar de al Sinn Féin. En Dublín un número más pequeño pero sin embargo significativo de votantes eligió a otros partidos de izquierda o candidatos independientes.
Mi propia experiencia de la campaña fue que, aunque una parte significativa del electorado estaba abierta a nuestro mensaje, fallamos al «cerrar un acuerdo» con muchos de ellos. Por qué ocurrió eso es materia de debate dentro del partido. Asuntos como la capacidad organizativa, el acceso a y uso de los medios de comunicación, y la claridad y credibilidad de nuestras políticas y mensajes serán todos escrutados en los próximos días.
Ciertamente el Sinn Féin tiene que trabajar más para convencer a la gente de que la necesidad de una política sin Fianna Fáil ni Fine Gael es lo que más interesa a todos. Igualmente tenemos mucho trabajo que hacer para demostrar que, además de principios sólidos, nuestro partido tiene las políticas y la capacidad de promover un auténtico cambio cuando es elegido.
Decisivamente, la reputación positiva por el duro trabajo y la representación honesta que nuestro partido disfruta en muchas de las comunidades más pobres del Estado todavía tiene que ser trasladada a la creencia más general de que el Sinn Féin puede y debe ser un partido de gobierno.
Nuestro éxito en el Norte a lo largo de la última década se ha construido sobre esa base. El Sinn Féin ha combinado con éxito una aproximación a la política local basada en el poder comunitario con una agenda fuerte y progresista para el cambio en la Asamblea del Norte. No hay razón para creer que una realización similar no sea posible en el Sur.
De hecho, mirando los resultados en los principales centros urbanos como Dublín y Cork, está claro que hay un apetito por un futuro político sin Fianna Fáil ni Fine Gael. Las ciudades de Dublín y Cork ahora tienen una clara mayoría de izquierda, y si otros están dispuestos a asumir sus responsabilidades, el cambio real se puede lanzar en una amplia serie de frentes social, económico y político.
El Sinn Féin está preparado para este reto. El 5 de junio no fue una gran elección para el Sinn Féin, pero tampoco fue un desastre. Si el partido continúa creciendo al, a pesar de todo, lento ritmo hecho hasta ahora, entonces 2009 bien podría ser visto como un importante momento decisivo para nuestro partido.
El próximo reto será la elección anticipada en Donegal Sudoeste, donde Pearse Doherty luchará por asegurar un escaño más para el Sinn Féin en la Dáil.
Eoin Ó Broin es miembro de la Ard Comhairle (comité nacional) del Sinn Féin, candidato sin éxito en las últimas municipales y autor del libro ‘Sinn Féin and the politics of Left Republicanism’. Representa el sector más izquierdista de este histórico partido republicano.
Artículo original: http://www.irishtimes.com/