Italia viola los derechos de sus detenidos encerrándoles en prisiones hacinadas, en celdas donde disponen de menos de tres metros cuadrados de espacio. Eso ha sentenciado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, en un fallo en el que condena a Italia por trato inhumano y degradante contra siete presos, a los que deberá de […]
Italia viola los derechos de sus detenidos encerrándoles en prisiones hacinadas, en celdas donde disponen de menos de tres metros cuadrados de espacio. Eso ha sentenciado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, en un fallo en el que condena a Italia por trato inhumano y degradante contra siete presos, a los que deberá de pagar en total 100.000 euros en concepto de indemnización por los daños morales que les ha provocado.
Los jueces del Tribunal de Estrasburgo dictaminan que el problema de masificación que afecta a las prisiones italianas es «estructural» y que la falta de espacio vital no afecta sólo a los siete presos en cuestión que han llevado el caso ante esa sede de Justicia europea, sino a muchos más. De hecho, el Tribunal asegura haber recibido más de 550 recursos por parte de reclusos que aseguran estar encerrados en celdas en las que no disponen ni siquiera de tres metros cuadrados. La propia ministra italiana de Justicia, Paola Severino, ha asegurado que la sentencia le duele pero que no le pilla desprevenida. «Por desgracia no me sorprende, me la esperaba», ha declarado.
Las prisiones italianas, según varios estudios, son las más abarrotadas, masificadas y en peores condiciones de habitabilidad de toda Europa, con la única excepción de Serbia. Las estadísticas señalan que en las prisiones italianas se hacinan de media hasta un 48% más de presos de los que en realidad debería de haber. Y en algunos presidios hay encerrados hasta un 202% más de reclusos de los que en teoría tendrían capacidad de albergar esas instalaciones.
La situación de los presidios italianos es tan vergonzosa y desesperante que el Gobierno de Mario Monti aprobó hace un año, en su primera iniciativa legislativa no estrictamente ligada a la crisis, varias medidas destinadas a mejorar las condiciones de las cárceles del país. Entre las varias disposiciones adoptadas estaba el aumento de 12 a 18 meses de la parte final de la condena que los reclusos sin delitos graves ni que generen alarma social pueden cumplir en régimen de arresto domiciliario. Gracias a esa medida los reclusos han bajado de 68.047 en noviembre de 2011 a los 65.725 actuales.
Los magistrados de Estrasburgo invitan en su sentencia a las autoridades italianas a resolver el problema de masificación que sufren sus cárceles, aconsejándoles entre otras cosas el recurso a penas alternativas a la de prisión. Además, el Tribunal de Estrasburgo pide a Italia que ponga en marcha un sistema interno que permita a los reclusos dirigirse a los tribunales italianos para denunciar sus condiciones de vida en prisión y obtener una indemnización cuando sus derechos se vean pisoteados.
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