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Entrevista a Michael Hardt

«Es el momento de utilizar a los partidos políticos como táctica en la estrategia de los movimientos sociales»

Fuentes:

Michael Hardt da clases de Crítica Literaria y Filosofía Comparada en la Universidad de Duke, y a la vez, no deja de pensar y analizar el mundo a través de la política. La muestra se refleja en Imperio, Multitud, Commonwelth y, su último libro, Consolidation. En todos ellos, también aparece la firma de Antonio Negri, […]


Michael Hardt da clases de Crítica Literaria y Filosofía Comparada en la Universidad de Duke, y a la vez, no deja de pensar y analizar el mundo a través de la política. La muestra se refleja en Imperio, Multitud, Commonwelth y, su último libro, Consolidation. En todos ellos, también aparece la firma de Antonio Negri, uno de los pensadores italianos más destacados en las últimas décadas.

En esta entrevista, Hardt responde a algunas cuestiones que se enmarcan en el pasado y en el futuro más inmediato en la política nacional e internacional. 

Aunque usted vive en Estados Unidos, conoce la celebración de las próximas elecciones para el Parlamento Europeo. ¿Qué opinión le merece esta convocatoria?

El espacio nacional no es el único campo en donde hay que luchar porque en Europa es donde está el terreno de batalla, y aunque es complicado que se unan l@s activistas de Italia, de Grecia, de Alemania o de otros países, considero hay que crear ese espacio europeo de lucha. Otra cuestión es la cuestión electoral de l@s europe@s y yo no creo que haya contradicción entre una crítica muy fuerte de la representación electoral y participar en las elecciones, y particularmente en esta próximas: es posible hacer las dos cosas. En el terreno europeo se pueden hacer algunos progresos con una nueva forma electoral y se puede participar sin pensar que es la única manera de la acción política. Votar es algo importante pero con un objetivo claro o con una buena línea de conducta que estuviera basada en que la izquierda tuviera más representación parlamentaria a la vez que se produjeran movilizaciones y acciones protagonizados por los movimientos sociales.

Y para usted en qué consistiría esa representación de un gobierno de izquierdas en el Parlamento Europeo?

Sobre los gobiernos de izquierdas, recuerdo una pregunta que le hicieron a Deleuze. El respondió que no hay un gobierno de izquierdas, hay un gobierno que da espacio a la izquierda, y en estas europeas, se puede crear un gobierno con elementos de apertura progresista para toda Europa, solamente en el sentido que de espacio a una acción autónoma para la verdadera acción autónoma de los movimientos sociales. Tradicionalmente, se ha pensado que los movimientos sociales representaban la herramienta desde el punto de vista táctico y los partidos eran la parte estratégica. Ahora es el momento de utilizar el partido como táctica en la estrategia de los movimientos sociales. Sólo así tiene sentido la participación en las elecciones.

Entonces ¿considera que es muy importante la participación en este momento en el que vive Europa?

Tal vez no sea tan necesario participar, pero si no se participa, la estrategia de la abstención tendrá sentido si es organizado como resultado político.

¿Cree que en la próxima legislatura europea el tema de la deuda soberana es clave?

No considero que sea el único espacio en donde confrontar este problema, pero puede ser una estrategia, a través de los partidos representados, para que los movimientos sociales europeos ejerzan una política contra la política de la deuda. El trabajo de los activistas tiene que convertirse en el referente de la política contra la deuda. Y en el caso español, igual que en el resto de países europeos, el movimiento social no puede tener suficiente fuerza si no trabaja conjuntamente con el resto.

A Occupy Wall Street le salió «un brote»- como le llaman ellos-que se llama Strike Debt ¿Las luchas estadounidenses contra la política de la deuda pueden importarse a Europa?

En EEUU hay muchas y diferentes formas de deuda, por lo tanto hay un número muy grande de personas que las sufren en forma de hipotecas, en créditos solicitados para estudios, para asistencia médica. et. Después de Occupy, para un gran número de activistas, esas diferentes deudas, se convirtieron en su principal objetivo de lucha. A través de Strikedebt se visibiliza esas diversas formas de endeudamiento para diferentes generaciones de ciudadanos.

Sin embargo, los métodos de trabajo que emplea Strikedebt no se pueden trasladarse directamente a Europa o a otros países porque, fundamentalmente, los mecanismos y las formas de deuda no son las mismas. En España, además, creo que la PAH está más avanzada en las acciones organizadas alrededor de cualquier clase de deuda. Es más, diría que los activistas estadounidenses tienen que aprender de los españoles, y no viceversa.

Michael, cambiando de tema, aunque esté estrechamente relacionado, en este 2014 se cumplen tres años de las primaveras árabes. Desde su punto de vista, hay un antes y un después en los países que protestaron contra sus respectivos gobiernos?

Considero que sí que hay un antes y un después y que la multitud continuará resistiendo porque es como un león que se ha despertado. Pero también ha sido horrible para algunos países. Egipto es el ejemplo de cómo el autoritarismo militar y el fundamentalismo religioso crece y ocupa todo el terreno. En este país, son las únicas opciones y el efecto es que se van abandonando los deseos revolucionarios como espacio para la expresión: ha habido una trágica derrota. En Siria esa dinámica es aún mucho más dramática y cruel. Ciertamente, esto es un fase muy desalentadora en el proceso.

Y cuando también faltan pocos días para el tercer aniversario del 15M ¿cree que sigue vivo?

¡Por supuesto que el 15M está vivo! Los movimientos sociales como el 15M son ríos kársticos que flotan en la superficie un tiempo y que luego van al subsuelo, para, más tarde, volver a la superficie. Tal vez, si no lo vemos ahora, es que, de momento, flota fuera de la vista. Cuando regrese, será diferente.

¿Se podría decir que tiene una influencia anticapitalista o al menos antineoliberal?

El 15M se compone de muchos elementos y algunos de ellos tienen dificultades para ir juntos. Lo elementos antineoliberales son ciertamente una parte importante del 15M tanto en sus acampadas como en sus ocupaciones en los últimos- recientes- años. Pero,lo más importante, desde mi punto de vista, no es sólo el rechazo a las privatizaciones, sino, junto con eso, un deseo por lo común.

España está en el punto más alto de la práctica y del desarrollo teórico de los movimientos sociales, no solo con lo de las hipotecas, de la deuda, etc. Para mi, es un momento de laboratorio en España. Hay experimentos con nuevos partidos, con otras formas que son muy interesantes, muy positivas, muy ricos. No estoy diciendo que sean modelos para otra parte del mundo, porque aún no tienen la respuesta, pero es un momento de una gran experimentación,

Entonces, desde su punto de vistas ¿estamos por delante de Italia en ese laboratorio de ideas?

Si, al menos para mi, y para Toni Negri también. En España hay un increíble desarrollo de ideas y prácticas.

Es curiosa su respuesta, porque,desde el punto de vista de la crisis económica, estamos en medio de Grecia e Italia…

Por ejemplo, los historiadores que estudian la Revolución Francesa ya nos dicen que la gente que sufre más, no tiene por qué luchar más.

Usted aboga por el común como protagonista de las luchas…

Las pruebas en los campamentos y ocupaciones de los últimos tres años han sido pruebas para el común, específicamente para hacer común en el espacio metropolitano. En el caso de Turquía y en Brasil en el 2013 nacen como respuesta contra las amenazas hacia espacio urbano. En Turquía la chispa fue el proyecto de construcción de un un centro comercial en Gezi Park, y en Río de Janeiro fue la subida del precio del transporte. Sin embargo, en las protestas como respuestas a estas estrategias neoliberales, la gente no demandaba que el gobierno ejerciera mayor control y que lo público les protegiera de la privatización, n o. Se pretendía que la ciudad tuviera un espacio común caracterizado por el libre acceso a lo colectivo y en donde se tomaran las decisiones democráticamente. Es una manera, por la cual, el común ha sido el espacio central de las nuevas luchas .

Pero cree que a priori, las personas que protestan saben que están luchando por ese común que usted describe o sólo responden a un hecho que se ha producido en su ciudad?

En muchas países, la gente primero se moviliza, y luego aparece el concepto del porqué y para qué. El concepto surge más tarde que la acción.

Michael, y volviendo al Estado Español, en su última visita ha hablado sobre el concepto del tiempo en la sociedad industrial de Thompson. Ahora, ante el cambio de la situación laboral de millones de personas ¿cómo puede incidir ese tiempo «libre» en sus vidas?

Thompson analizó las formas que el trabajo en la producción industrial cambió profundamente en nuestro sentido del tiempo. El tiempo en la sociedad moderna capitalista cambia nuestro tiempo, cuantifica en unidades homogéneas que dividen el día.

Me gustaría entender cómo hoy nuestro sentido del tiempo es cambiante. En un libro reciente llamado «24/7». Jonathan Crary pone en evidencia que nuestro «incrustamiento» en las nuevas tecnologías como internet o las redes sociales está creando una nueva temporalidad que rompe las fronteras tradicionales, no sólo entre el trabajo y el ocio, sino además entre el sueño y el desvelo. El autor plantea el debate sobre si la constante disponibilidad del email, de las compras online, de los entretenimientos y las innumerables pantallas que llaman nuestra atención, socavan las bases para una vida sin capitalismo. Esto no responde solamente a la cantidad de personas que sufren trastornos del sueño y a que los fármacos para el insomnio prevalezcan: esta carencia de tiempo para el sueño, es una buena manera de entender nuestro nuevo y contemporáneo sentido del tiempo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.