El comisario europeo de Derechos Humanos, Nils Muižnieks, ha aprovechado el 12 aniversario de los atentados del 11-S para recordar que los abusos de la CIA durante la guerra contra el terrorismo que declaró la administración Bush aún permanecen, en la mayoría de los casos, impunes. De ahí que haya reclamado a los países que […]
El comisario europeo de Derechos Humanos, Nils Muižnieks, ha aprovechado el 12 aniversario de los atentados del 11-S para recordar que los abusos de la CIA durante la guerra contra el terrorismo que declaró la administración Bush aún permanecen, en la mayoría de los casos, impunes. De ahí que haya reclamado a los países que aún no han empezado si quiera a investigar ─ entre los que se encuentra España ─»a poner en marcha iniciativas políticas urgentes para levantar el velo del secretismo que los gobiernos han puesto por encima de sus responsabilidades».
El letón Muižnieks comienza un post en su blog este miércoles recordando a las víctimas de los atentados de las Torres Gemelas, pero denuncia que la respuesta de EEUU y Europa de «permitir detenciones ilegales y técnicas de interrogatorio equivalentes a la tortura […] causaron más sufrimiento y violó la legislación sobre los derechos humanos«. «Hasta la fecha, los gobiernos han sido incapaces de establecer la verdad y asumir su responsabilidad por su complicidad en el programa ilícito de las ‘rendiciones extraordinarias’ llevado a cabo por la CIA en Europa entre 2002 y 2006» denuncia el comisario quien cree que «en muchos casos, el abuso del secreto de estado obstaculizó las iniciativas judiciales y parlamentarias para determinar la responsabilidad». Según un informe de la Open Society Foundation, 25 estados de la UE colaboraron con esas prácticas.
El Consejo de Europa consiguió romper ese secretismo cómplice con el proceso de El Masri contra Macedonia, el primero en el que se juzgó la complicidad de un estado miembro con las cárceles secretas de la CIA. «El tribunal no sólo declaró responsable a este país por las torturas sufridas por el demandante a manos de un equipo de la CIA y en presencia de oficiales macedonios […] sino que también concluyó que el Estado no cumplió con su obligación de llevar a cabo una investigación efectiva».
Muižnieks recalca que por el momento, el único país que ha emitido una sentencia contra personajes involucrados en esta ofensiva de la CIA ha sido Italia, que en 2009 condenó a 23 estadounidenses ─ todos menos un agentes de la CIA, recuerda─ y a cinco miembros de los servicios secretos italiano, por el secuestro de Abu Omar en Milán en 2003. El pasado mes de febrero, el Tribunal de Milán ratificó la pena de 10 años de prisión para el exjefe de la inteligencia Italiana, Nicolo Pollari, y de nueve años para su número dos, Marco Mancini.
Mientras Alemania ha dado pasos para avanzar en las investigaciones, el comisario denuncia que otros como Austria, Bélgica, Croacia, Chipre, Grecia, Irlanda, Portugal, España y Reino Unido no han hecho absolutamente nada por desvelar qué ocurrió. «Aún tienen que dar explicaciones por su cooperación en el programa ilegal de EEUU, sobre todo en lo que concierne al uso de su espacio aéreo y aeropuertos durante los vuelos en los que se trasladaba a sospechosos y su participación en interrogatorios», dice Muižniek.
Los papeles de la Diplomacia de EEUU revelados por WikiLeaks demostraron cómo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero permitió los vuelos de los aviones de la CIA en los que se trasladaba a estos sospechosos desde o hacia las cárceles secretas donde se cometían los abusos o al centro de detención de Guantánamo.