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Escocia: ¿por qué los socialistas deben apoyar la independencia?

Fuentes: Sin Permiso

ommy Docherty, el legendario y genial manager del Manchester United, declaró después de que su equipo sufriese una derrota humillante: «hemos perdido 4-0, y francamente, tuvimos suerte de conseguir el cero». Los Tories en Escocia saben exactamente cómo se sintió, ya que solo cuentan con uno de los 56 parlamentarios y ¡tienen suerte de tener […]

ommy Docherty, el legendario y genial manager del Manchester United, declaró después de que su equipo sufriese una derrota humillante: «hemos perdido 4-0, y francamente, tuvimos suerte de conseguir el cero». Los Tories en Escocia saben exactamente cómo se sintió, ya que solo cuentan con uno de los 56 parlamentarios y ¡tienen suerte de tener ese!

Por increíble que parezca, sus compañeros de coalición en Londres son aún más despreciados. Los Demócrata-Liberales no cuentan con ningún representante electo en el parlamento escocés por ninguno de sus condados y fueron «destrozados» en las últimas elecciones locales por unirse a los odiados conservadores Tories en el parlamento de Westminster.

Todo ello plantea a los laboristas un gran dilema. Como impulsores de la campaña «No a la Independencia» están en coalición con los Tories y los Liberal-demócratas. El exparlamentario escocés Charlie Gordon, que perdió su puesto ante el SNP (Scottish National Party) expresó el extendido desasosiego que embarga a las gentes de Ed Miliband cuando twiteó recientemente, «los millones de los Tories y los activistas laboristas ‘Mejor Juntos’ !!*??».

Esta es la oposición política que se enfrenta al exuberante movimiento independentista que se manifestará por Edinburgo este sábado 22 de septiembre. Será la primera vez que los soberanistas tengan la oportunidad de reunirse desde que se lanzase la campaña Yes Scotland en junio. Promete ser un gran día. El Primer Ministro Alex Salmond tomará la palabra por parte del SNP como Patrick Harvie lo hará por los Verdes y yo mismo por el SSP (Scottish Socialist Party). Nuestros tres partidos -fundadores de la Scottish Independence Convention en 2005 – se reunirán con miles de personas que llegarán de toda Escocia, incluyendo a muchos miembros de asociaciones cívicas y culturales.

Es digno de atención que los términos del debate han cambiado significativamente desde los años 90. Los «unionistas» aceptan ahora que Escocia es una nación con el derecho inalienable a la autodeterminación. También aceptan que Escocia es perfectamente capaz de gestionar sus asuntos, e incluso admiten que seríamos una de las naciones más ricas del mundo. No siempre fue así. Pero ellos insisten, «estaríamos incluso mejor siendo parte del Reino Unido». Volveré sobre este argumento, pero primero es importante remarcar que el que los socialistas apoyemos la autodeterminación no nos hace nacionalistas. Lenin, por ejemplo, apoyó el derecho de los pueblos a la autodeterminación, como lo hicieron Rosa Luxemburgo, John MacLean y James Connolly. Nadie que conozca sus obras les llamaría «nacionalistas».

La independencia no está reñida con la lucha de clases, es parte de ella. Y para el Partido Socialista Escocés, la independencia quiere decir que los escoceses serán libres del dominio neoliberal de los especuladores financieros que dominan hoy la economía mundial. El SSP ve en la independencia un paso hacía una sociedad mejor y no un fin en sí misma. Trabajamos por una Escocia socialista independiente, una república democrática moderna. Y esta visión esta concitando mayores apoyos a medida que se desarrolla el debate.

El SSP defiende que si todos los ingresos, rentas, tasas, impuestos y tributos recaudados en Escocia, y actualmente transferidos al Tesoro del Reino Unido, se quedasen aquí, es evidente que Escocia sería un lugar más próspero. Pero también aceptamos que la gente trabajadora solo estará mejor si lucha por compartir esta riqueza. No hay ninguna mejora automática que se derive de la independencia. Solo la clase trabajadora puede mejorar sus estándares colectivos de vida. Y mejorarlos es imprescindible, porque Escocia padece una de las peores condiciones sociales en el Reino Unido. Con 225.000 personas oficialmente desempleadas y cerca de 800.000 trabajadores a tiempo parcial o temporal ganando el salario mínimo interprofesional (£6.08), hace falta mucha ayuda. Una de cada tres unidades familiares tirita en la pobreza y la calidad de vida se desploma sin remedio. Las obscenas desigualdades escocesas se extienden sin parar mientras padecemos las consecuencias de la peor recesión económica en 80 años. Los 1.700 empleos perdidos esta semana en la empresa cárnica Halls of Broxburn son simplemente el último caso en una larga cola de reveses colectivos.

El debate sobre la independencia, hasta ahora, ha sido muy criticado por estar demasiado enfocado en temas de procedimiento: si habrá una sola pregunta o dos en la papeleta de voto, si el parlamento escocés tiene poder legal para convocar el referéndum, quién supervisará el proceso electoral… Por eso, el debate debe enfocarse cuanto antes en el tema más importante: ¿La clase trabajadora estará mejor con la independencia o no?

Mejor Juntos defiende que Escocia se beneficia y recibe transferencias de la Unión. La verdad es que el capitalismo británico impide el avance de la clase trabajadora escocesa. Deniega oportunidades y ahora está llevando a cabo drásticos recortes en sus servicios públicos básicos. Igualmente, el belicismo británico, con el quinto mayor presupuesto militar del mundo, nos avergüenza a todos con la ocupación de Afganistán, después de haber invadido Irak y bombardeado Libia.

Todo esto plantea cada vez más una pregunta directa a los progresistas escoceses: ¿debemos situar nuestras esperanzas en otro gobierno laborista inútil, o poner rumbo a la independencia? Ed Miliband promete más recortes, más belicismo, más exenciones de impuestos para los ricos, más subidas para la clase trabajadora, más privatización y más asaltos contra las libertades públicas. Hemos tenido más que suficiente de todo ello. La tradición social demócrata escocesa aspira a otras políticas: la abolición del copago en la sanidad, la gratuidad del cuidado a la tercera edad, la educación universitaria gratuita… Estas prestaciones simbolizan el compromiso escocés con el colectivismo, el rechazo a la austeridad, los recortes y, sobre todo, los Tories.

El movimiento por la Independencia tiene una oportunidad excepcional de transformar Escocia y de dar al país la política que necesitan los ciudadanos. El camino para ganar el referéndum es defender esta «agenda transformadora» y promover una visión alternativa para Escocia; una que rechace el neoliberalismo, y el actual modelo capitalista y belicista.

 

Colin Fox es el portavoz del Scottish Socialist Party (SSP), antiguo diputado escocés por Lothian y su representante en el Comité Coordinador de la campaña soberanista Yes Scotland

Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5300