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Eslovenia: La revuelta de los zombies

Fuentes: Sin Permiso

Eslovenia está siendo sacudida por primera vez desde 1991, cuando se convirtió en país independiente, por una revuelta masiva. Las protestas se dirigen contra todas las élites políticas, las medidas de austeridad y el sistema capitalista en su conjunto. Desde noviembre de 2012, ha habido 42 manifestaciones en todas las ciudades eslovenas más importantes, con […]

Eslovenia está siendo sacudida por primera vez desde 1991, cuando se convirtió en país independiente, por una revuelta masiva. Las protestas se dirigen contra todas las élites políticas, las medidas de austeridad y el sistema capitalista en su conjunto. Desde noviembre de 2012, ha habido 42 manifestaciones en todas las ciudades eslovenas más importantes, con más de 110.000 participantes en total. Las protestas son en su mayoría pacíficas y descentralizadas, pero algunos cientos de personas han sido detenidas, y muchas otras han resultaron heridas.

Las protestas en Eslovenia comenzaron en noviembre de 2012 en Maribor, como respuesta a las corruptelas de su alcalde Franc Kangler, en un conflicto que se inició por la instalación de las nuevas cámaras de vigilancia de tráfico. La instalación y gestión de las cámaras de vigilancia en el municipio de Maribor, el segundo más grande de Eslovenia, fue concedido a una empresa mixta público-privada eslovena. La tramitación del proyecto no solo careció de toda transparencia, sino que tenía un tufillo corrupto porque Kangler no solo había permitido que una empresa privada instalase cámaras en toda la ciudad, sino que además cobrase las multas por exceso de velocidad en vez de ingresarse estas directamente en el presupuesto de la ciudad.

Las protestas comenzaron con pequeñas manifestaciones en octubre, frente al ayuntamiento de Maribor y se intensificaron el 21 de noviembre, con la primera gran protesta. Los manifestantes exigieron la dimisión de Kangler, al grito de «¡estás cesado!», en el dialecto esloveno de Estiria («Gotof je!»). Esta sería la consigna más popular en todas las protestas. Kangler fue acusado de corrupción por la Comisión Oficial para la Prevención de la Corrupción de la República de Eslovenia y, finalmente, renunció a fines de 2012.

En noviembre, las protestas se extendieron por todo el país, especialmente a la capital, Ljubljana, pero también a las ciudades de Celje, Kranj, Murska Sobota, Koper, Nova Gorica, y Trbovlje. El 21 de diciembre, el primero de los llamados «levantamientos de todo el pueblo de Eslovenia» tuvo lugar en Ljubljana, seguido por un segundo el 11 de enero. Una de las razones más importantes por la que la protesta se extendió a otras ciudades fue un informe de la Comisión para la Prevención de la Corrupción, que acusó tanto al primer ministro, Janez Jansa, como al líder del principal partido de oposición, Zoran Jankovic, de corrupción. Ninguno de los dos fue capaz de explicar el origen de algunos de sus ingresos en los últimos años. Janša también es sospechoso de estar involucrado en un escándalo de corrupción en la adquisición de vehículos blindados finlandeses. El 8 de febrero (Fiesta de la Cultura eslovena), tuvieron lugar dos manifestaciones en Ljubljana. La pro-gubernamental «Asamblea por la República» organizó una manifestación en apoyo de Janša, en la que participaron unas 5.000 personas. Por la tarde, sin embargo, más de 20.000 personas salieron a la calle en el mismo lugar en un tercer «levantamiento de todo el pueblo de Eslovenia» para protestar contra la élite política gobernante. Esta ha sido la mayor manifestación contra el gobierno desde que comenzaron las protestas ( ver video ).

La organización de las protestas

 

Desde el principio, las protestas fueron organizadas con la ayuda de las redes sociales, sobre todo a través de Facebook. Posteriormente se formó un comité de coordinación, pero no actuó como organizador. Ninguna de las protestas habían sido comunicadas previamente a la policía, lo que es un requisito legal. Además de los «levantamientos de todo el pueblo de Eslovenia», el Comité de Coordinación de la Cultura de Eslovenia, que agrupa a las organizaciones de trabajadores de la cultura eslovena, organizaron también «Protestivales», con programas culturales, en señal de protesta contra los recortes del gobierno en el presupuesto para cultura. El movimiento es muy diverso y se compone de muchos grupos sociales e iniciativas: hay alumnos y profesores, sindicatos, trabajadores precarios, jubilados, anarquistas, ecologistas, socialistas, entre otros, y todos exigen cambios sociales más profundos. Entre los nuevos grupos, los más destacados son la Asamblea General del Levantamiento de todo el Pueblo Esloveno, el Comité para la Justicia Social y la Solidaridad, el Comité de Coordinación de la Cultura de Eslovenia, el Comité para la Democracia Directa, el Movimiento de Responsables, y Hoy es un Nuevo Día. También hay grupos y partidos que estaban activos antes, como la Federación de Organizaciones Anarquistas (FOA), la Universidad de los Trabajadores y los Punks (WPU), la Asociación de Estudiantes Iskra, los Trabajadores Invisibles del Mundo (IWW), la Asociación de Sindicatos Libres de Eslovenia, el Partido Pirata y el Partido para el Desarrollo Sostenible. Entre estos grupos, la Universidad de los Trabajadores y los Punks ha sido el más importante. Se trata de un colectivo de estudiantes y activistas que organizan anualmente una serie de conferencias públicas e intervienen regularmente en las luchas sociales tanto con sus análisis teóricos como sus declaraciones políticas.

La austeridad y la severa recesión

 

Aunque las protestas comenzaron como una respuesta a los casos de corrupción locales, las manifestaciones rápidamente exigieron la dimisión de todas las élites políticas y económicas, independientemente de su afiliación política. Pero los manifestantes también critican las medidas de austeridad, y un sector de ellos al sistema capitalista en su conjunto. Eslovenia sufre la segunda mayor caída del PIB de cualquier miembro del euro como consecuencia de la crisis económica. Janša y Borut Pahor (el ex primer ministro y actual presidente de Eslovenia) han aplicado meticulosamente las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), imponiendo duras reformas que han costado muchos puestos de trabajo y derechos sociales, dejando a la gente (especialmente los jóvenes), sin esperanzas de un futuro seguro.

El gobierno ya ha elevado la edad de jubilación y quiere reformar el mercado de trabajo con la intención de facilitar los despidos. También tiene previsto el recorte de los salarios del sector público. Por otra parte, el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional un posible referendum sobre la creación de un denominado «banco malo» y un fondo soberano que permitiría la privatización de las empresas y bancos eslovenos. El gobierno también ha propuesto una enmienda constitucional relativa a las consultas populares que reduciría la posibilidad de solicitar un referéndum y recurrir a este instrumento de democracia directa.

La respuesta oficial

 

El gobierno, en particular el partido de Janša y los medios de comunicación que lo apoyan, ha fracasado en su intento de criminalizar el movimiento, describiendo a los manifestantes como «zombis comunistas» dirigido por «unos tíos en la sombra». Lo que provocó reacciones bastante creativas en el segundo levantamiento, en el que muchos manifestantes participaron con máscaras de zombies. Durante las protestas, sin embargo, el calificativo «comunista» pasó de ser una definición de los ex funcionarios yugoslavos y los presuntos «tíos en la sombra» a designar a cualquier opositor a las medidas de austeridad. Por otra parte, en la manifestación de la pro-gubernamental «Asamblea por la República», fue transmitido un discurso de Janša, grabado en Bruselas, en el que el primer ministro comparó los métodos de sus adversarios a los de los nazis, llamando a los manifestantes «fascistas de izquierda». Independientemente de la caricaturización de Janša de acontecimientos históricos tan graves como el Holocausto y el mal uso de los términos, es la primera vez en veinticinco años que algunos medios de comunicación y los grupos que participan en el movimiento han hablado de socialismo de una manera positiva.

Los intentos de Janša de criminalizar y desacreditar el movimiento de protesta parecen lógicos, ya que sus dos socios menores de coalición han abandonado el gobierno a causa de los escándalos de corrupción. Janša ha perdido su mayoría parlamentaria y puede verse obligado a convocar elecciones anticipadas. El 22 de febrero, el Partido de los Jubilados abandonó el gobierno, reduciendo la coalición de Janša a sólo 36 de los 90 escaños parlamentarios. La oposición está tratando de alcanzar un acuerdo sobre un nuevo primer ministro, pero no hay todavía ningún candidato oficial. A pesar de que la situación probablemente desembocará en un gobierno provisional, o unas elecciones anticipadas, lo que obligará a posponer algunas reformas, las protestas en Eslovenia continúan. El cuarto «levantamiento de todo el pueblo de Eslovenia» tendrá lugar el 9 de marzo en Liubliana.

Un precursor y los retos organizativos

 

En cierto modo, la situación recuerda a la de 2011, cuando el llamado Movimiento 15 de octubre (15O) organizó protestas similares en respuesta a las medidas de austeridad. El movimiento ocupó la plaza frente a la bolsa de valores de Eslovenia durante unos meses en señal de protesta por la crisis financiera mundial. El gobierno del primer ministro Pahor habían caído unos meses antes, y la gente esperaba que los manifestantes del 15O produjeran una alternativa. Sin embargo, el 15O fracasó a la hora de proponer soluciones concretas y, al mismo tiempo, se negó a transformarse e institucionalizarse en estructuras políticas más formales. Por lo tanto, aunque el 15O tuvo inicialmente un gran apoyo popular, fue eclipsado por las elecciones anticipadas de diciembre de 2011. A pesar del nuevo gobierno, la élite política continuó con las medidas de austeridad y el único partido que se opuso a las reformas neoliberales frontalmente en su programa fue derrotado por completo en las elecciones.

Como es probable que haya nuevas elecciones anticipadas este año, será esencial desarrollar nuevas formas de organización. Aunque el movimiento parece más fuerte que el de 2011, tiene una dura tarea por delante. Al parecer, algunos sectores del movimiento tratarán de convertirse en partidos, pero como el movimiento se compone de muchos grupos de diferentes tendencias, será esencial que la izquierda socialista defienda sus posiciones en este proceso. Ello le daría a Eslovenia una oportunidad de evitar la formación de un gobierno cuyo único objetivo sea continuar las contrarreformas previstas.

Brigita Gra č ner es activista de la Universidad de los Trabajadores y los Punk de Ljubljana

Traducción para www.sinpermiso.info : Enrique García

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